O22

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Caminé con prisa el amplio patio de juegos de la casa, intentaba caminar lo más rápido posible, pero me era muy difícil debido a que mis pies se terminaban hundiendo en lo profundo de la nieve, ni correr me era factible en ese estado del suelo tan pésimo. Mi vista estaba totalmente borrosa a causa de las agrias lágrimas, sentí unos deseos inmensos de vomitar y gritar, pero no lo haría, en especial lo último, ya que no quería que YoonGi o alguno de los niños me viera de esa manera. Me escabullí por el inmenso bosque, ande sin un verdadero destino en mente, solo deseaba estar lo más lejos de la gente un buen rato. No quería hablar, ni escuchar a nadie, en especial a YoonGi. Solo necesitaba pudrirme en algún punto sin salida, o por lo menos calmarme, lo que sucediera primero, a fin de cuentas ya ni me importaba que me ocurriera. Sin darme cuenta de ello, termine deteniéndome en el lugar donde me escondía de pequeño cuando sentía esa misma sensación desagradable en lo profundo de mi alma. Una que era tan asquerosa, y repulsiva, que ni ganas de seguir viviendo me daban, llegaba en ocasiones a desear fervientemente estar muerto de una buena vez, para que así por lo menos todo detuviera de una buena vez.

Los árboles que solo eran ramas desnudas, me protegían escasamente de los copos de nieves que comenzaron a caer, entonces agotado como nunca antes, me deje caer en el piso tras la cómoda piedra que ahí había, y llore como nunca en 21 años de vida, hiperventilaba y sollozaba sin parar. Abrazaba mi cuerpo con todas mis fuerzas como si hacer aquello me volvería a juntar cada pedazo destrozado de mi corazón. Como si de alguna manera mágica me haría olvidar en algún punto la sensación de ser violado sin piedad, de ser golpeado por mera diversión, como si me brindara la seguridad de que todo estaría bien, me hacía creer en silencio que me recuperaría pronto. Pero no fue así, me hubiera gustado que sucediera, pero mi cerebro prefirió empeorar las cosas, distorsionando mi pensamiento a su antojo, trayéndome de golpe todo lo que viví a tan corta edad, las palabras lascivas regresaban perfectamente a mi cerebro como si alguien junto a mí las estuviera pronunciando, su voz gruesa y siempre burlona me invadía, su desagradable risa, su forma repugnante de mirarme, sus manos tocando mi cuerpo, y sin poderme contener más chille aterrorizado. Me estaba enloqueciendo.

No supe cuánto tiempo estuve sentado en ese reducido espacio, ni tampoco me interese en contabilizarlo, pero a pesar de sentirme un poco mejor, las lágrimas no se detenían aun cuando se lo ordenaba a mis ojos, se había convertido en una reacción involuntaria. Dejó que mi mirada decaída pasara por todo el panorama distrayéndome un poco con los colores fantásticos, y el cielo que en lo alto se bañaba de gris. Sin embargo, los pasos de alguien aproximándose me detuvieron de sopetón.

- Vete. -susurré sin mucho ánimo al YoonGi con expresión lastimera que se había plantado frente a mí. Oculte mi rostro de su vista, a la espera de que se fuera ya que aún no tenía la energía suficiente para tener esa conversación que sabía tarde que temprano terminaría ocurriendo. No obstante, siguió de pie como si nada, hacia oídos sordos a mi orden. Fruncí el ceño molesto de que todo tuviera que ser a su manera, así que tome un poco de nieve que transforme en una bola y se la lancé a la cabeza.

- ¡Déjame en paz!

- No me voy a ir. - murmuro tomando lugar a mi lado, antes de que pudiera hacer algo para impedírselo. - Prefiero escuchar de ti sobre ese asunto, que de tu madre.

- No hay nada de lo que hablar. - mascullé en un hilo de voz, sacándole una cálida sonrisa con mis palabras.

- ¿Seguro?

Nos observamos en silencio por unos cortos segundos, sus ojos acaramelados me confirmaban que definitivamente no me juzgaría, ni menos me señalaría con un dedo, o me tendría pesar por el resto de su vida. YoonGi seria comprensivo, aceptaría todo con madurez y estaría para mí sin importar las circunstancias, podía dar crédito de ello. Respire profundamente, con la esperanza de que mi corazón acelerado se tranquilizara un poco con eso, sentía el miedo correr desenfrenado por mis venas, ante lo que estaba a punto de salir de mi boca, y entonces se lo conté sin poderlo siquiera mirar a la cara.

UNKNOWN ROMANCE » YoonMin Adaptación.Where stories live. Discover now