O20

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O eso era lo que había dicho una y otra vez, no obstante, ese tonto chico estaba allí sonriente con su victoria, sentado junto a mí en el bus en el lado de la ventana, mientras yo tenía que conformarme con la silla que daba para el pasillo, sintiendo como la gente me ponía su trasero en la cara al pasar, y me golpeaban más de una vez. Respire profundamente intentando con todas mis fuerzas no enfadarme conmigo mismo ante lo débil que era con YoonGi, o quizás era su forma de conseguir las cosas a como diera lugar, no era del todo mi culpa ceder a sus deseos después de todo. Este al ver mi ceño fruncido, tomo uno de mis brazos, jalándome en su dirección, para abrazarme divertido con mi expresión de vergüenza ante sus actos, y no se dignó a soltarme a pesar de mis protestas, así que sin más opciones tuve que dormir en su pecho durante todo el trayecto.

Salimos de Cheonghack-Dong casi a las nueve de la mañana, en un bonito autobús que condujo por una larga hora, en dirección a la ciudad más cercana, pero ese no era nuestro destino, dado que el orfanato quedaba prácticamente en medio de la nada, así que nos bajamos en un extenso campo repleto de árboles sin hojas, y follaje de color blanco debido a la intensa nieve. En aquella época el sol no se asomaba demasiado, así que todos los días eran grises, donde con solo respirar salía humo de tu boca, debido al espeluznante frio. YoonGi llevaba nuestro equipaje al hombro, y al ver que la autopista estaba desolada me tomo de la mano, dado que el camino que teníamos que recorrer era bastante largo, y no era buena idea separarnos hasta lograr llegar a la villa donde había vivido gran parte de mi vida.

Andamos lentamente por un camino empedrado, vislumbrando a nuestro paso paisajes maravillosos, tras largos minutos llegamos a una casa en lo profundo del bosque, o mejor dicho una mansión, porque después de mi partida la habían remodelado haciéndole una ampliación para poder acoger a más niños en ella. Respire profundamente, sintiendo como mi corazón se aceleraba al tener que soltarme del agarre de YoonGi, para poder entrar en la casa sin llamar demasiado la atención. Para mi sorpresa los niños no estaban jugueteando en los columpios, o corriendo por el claro, quizás porque era difícil dar un solo paso entre ese espeso manto de nieve sobre el suelo.

- ¿Quién es? - pregunto una voz de niño cuando di tres toquecitos suaves sobre la puerta de madera.

- JiMin.

- ¿Cuál JiMin? - inquirió callándose una risita burlona al otro lado, YoonGi sin poderlo evitar tubo que cubrirse la boca con una de sus manos para no romper a reír.

- Vamos, Taehyung... - bufe poniendo mis ojos en blanco, no podía dejar de fastidiarme aun cuando ya no vivía con ellos, ese chiquillo siempre tenía que sacarme de mis casillas, era como un YoonGi pero en miniatura. - Sabes que soy yo.

- Palabra clave. - insistió.

- ¡Taehyung! - gruñí dándole un golpecito más fuerte a la entrada, la cual sin más remedio tuvo que abrir de par en par, dejándome ver el cambio tan grande que había tenido en el último año en el que no lo había visto, ese tonto chico era el mayor de los que vivían por ahora en ese orfanato, tenía once años, su piel morena se había oscurecido un poco debido a las intensas horas de juego bajo el sol, sus ojos negros como el carbón brillaron al verme y una hermosa sonrisa se dibujó en su rostro cuando se dignó a abrazarme.

- ¡Hyung!

- ¿Acaso que otro JiMin conoces?

- ¡Te extrañé! - ronroneo dejándome sin aire ante la fuerza de su caricia.

UNKNOWN ROMANCE » YoonMin Adaptación.Where stories live. Discover now