O72

2.4K 376 40
                                    

Calmar a Nicha fue todo un desafío dado que estaba demasiado alterada, aterrorizada en mis brazos llorando a todo pulmón. YoonGi con mucha paciencia le había intentado explicar que la abuela era una persona con graves problemas de personalidad y que por lo tanto aquella faceta solo era un arrebato de la mujer que tarde que temprano se le pasaría. Le había suplicado que no tomase enserio sus palabras, y solo fuese la niña alegre de siempre, porque de lo contrario él se sentiría muy decaído, lo cual hizo sonreír a la pequeña de inmediato, lanzándose a su regazo a recibir mimos de su parte. Al otro lado de la estancia, sentados muy juntos en el sofá; un enfadado HyoJong le curaba las heridas en el rostro a Hyunah en total silencio, la rubia se había tranquilizado, casi quedándose inexpresiva, sin el más mínimo rastro de alguna emoción. Se notaba en el ambiente que nos sentíamos fatal, no obstante, podía dar crédito que tras ese firme ultimátum de Yoongi esa desquiciada mujer no se atrevería a poner un pie en nuestras vidas de nuevo. Tendría que tener demasiadas agallas como para arriesgar su libertad tras todos los delitos que había cometido contra nosotros.

Cuando todo estuvo más sosegado, me marche de la habitación con Yoongi pisándome los talones totalmente deprimido, brindándoles a los demás su respectivo espacio para recomponerse de lo ocurrido. Había olvidado por completo la razón por la que había ido a buscar a ese tonto que arrastraba los pies a mi lado, se había esfumado de mi mente por ese trágico incidente cuán importante era mencionarle lo que llevaba ocultándole por días enteros. No obstante, cada vez que trataba si quiera comentárselo algo sucedía, quizás era el destino que me rectificaba que lo mejor era guardar silencio, pero para mí desgracia un gran remordimiento invadía mi cuerpo, cohibiéndome de actuar con naturalidad, por ello me urgía confesárselo cuanto antes. Este detuvo su caminata quedándose a mis espaldas con sus manos en los bolsillos de su pantalón, y su mirada clavada en el piso conteniendo los deseos desenfrenados de llorar o gritar, tal vez las dos. Me di la vuelta lentamente para observarlo con una ceja arqueada, controlando mis ganas de estrecharlo entre mis brazos para despojarlo de su pésimo estado anímico.

— Ya era hora de que le dijera unas cuantas cosas a mi madre, ¿verdad? — se rio cabizbajo, decepcionado de que todo en su enredada vida tuviera que ser de esa manera una y otra vez, sin poderme contener mordí mi labio inferior ansioso, saboreando en mi boca la espesa sangre. — Realmente lamento todo lo que te ha hecho pasar, lamento que fuera ella quien más te ha hecho sufrir, lamento que allá arruinado nuestra relación una vez, sin embargo, sé que no lo hará más, Jimin. No voy a permitir que siga dañándonos, quiero estar a tu lado por el resto de nuestras vidas. — murmuro demasiado circunspecto para mi gusto, sus palabras por alguna extraña razón fueron como puñaladas en mis tripas. Sentí un escalofrío recorrer mi espalda y las ganas de romper a llorar, pero me aguante con todas mis fuerzas. — Tu y yo, sin nadie de por medio que esté afectando nuestra felicidad, así que si ella no quiere aceptarlo, tendrá que irse de nuestras vida. Después de todo, si solo te tengo a ti sé que nada más me importara, eres lo único que realmente hace más llevaderos los días, eres mi razón de existir.

— Yoongi... — susurre en un hilo de voz, y este al escuchar su nombre salir de mis labios temblorosos, se me quedo viendo extrañado, a la espera de que le explicase que estaba ocurriendo conmigo.

— ¿Qué sucede?

— Tu...

— ¿Yo?

— Tú eres el donante compatible con Nicha. — solté atropelladamente cerrando mis ojos bruscamente, permitiendo con ello que las lágrimas se derramaran a su antojo, convertí mis manos en puños clavando mis uñas en las palmas de mis manos, al menos así el dolor en mi interior se desvanecía un poco al concentrarlo en otro lugar. No quise mirar a Yoongi de nuevo, porque sabía su mirada seria acusadora cargada de un disgusto inigualable por no habérselo dicho antes, lo cual me haría sentir aun peor, incluso más que su respuesta con respecto a la operación. — Yo no quería decírtelo porque sé que tu salud no está del todo bien, no eres apto para recibir la cirugía, no cuando tu cuerpo esta tan delicado, eres el único donante pero no permitiré que arriesgues tu vida.

— Lo hare, Jimin.

— ¡¿Qué?! — gruñí observándolo estupefacto, sabía que sería de esa forma, Yoongi era así y no podría hacerlo cambiar por mucho que quisiera, no obstante, nunca había podido imaginarme cuan mal me sentí al cerciorarme de que definitivamente era un tarado.

A solo unos pasos de mí, fresco como una lechuga, sin ni siquiera una sonrisa, o un brillo en sus ojos, respiraba pausadamente devastado con mi reacción encolerizada. Pareciera como si las palabras que me acababa de dedicar con tanto amor se las hubiera llevado el viento, junto con los trozos destrozados de mi corazón.

— Acepto la operación. — declaró intentando sonreírme, pero aquello lo único que consiguió fue hacerme palidecer, aquel idiota realmente le gustaba jugar con su suerte, al punto de no pensar en la difícil situación en la que me estaba poniendo.

— ¡¿Me estas escuchando?! — chille plantándome en a centímetros de su rostro, lo tome del cuello de su camisa obligándolo a que me mantuviera la mirada. Necesitaba que recapacitara, que me escuchara a como diera lugar. No podía perderlo de nuevo. — ¡No eres apto! ¡Podrías morir!

— Lo harás bien, si estoy en tus manos todo saldrá bien. — mascullo dejando escapar una sonrisa cariñosa, que no fui capaz de devolverle, acerco sus manos a mi cara limpiando con sus helados dedos cualquier rastro de lágrimas, sin previo aviso me planto un dulce beso en los labios, mientras yo me hundía en las más profundas de las miserias.

— ¡Yoongi no me hagas esto! — gimoteé con mi respiración irregular, y mi cabeza dando vueltas, lo libere de a poco de mi agarre sintiendo que en cualquier instante mis piernas cederían, retrocedí varios pasos aterrorizado, y el suspiro con tristeza al escuchar mis quejidos. — ¡Prácticamente te estoy llevando a tu lecho de muerte! ¡No lo haré! ¡No me pidas ser parte de tu ridículo suicidio!

— Si es para salvar a Minnie o a ti, yo pondré en riesgo mi vida si es necesario.

— ¡¿No estás pensando en lo que yo siento?! — grite histérico dispuesto a alejarme de ese lugar, dado que las personas que pasaban comenzaban a vernos raro, no obstante, el me detuvo rodeándome con sus brazos, furioso intentaba apartarlo de mi cuerpo, pero era inútil por mucho que me removiera desesperado. — ¡Prometiste quedarte conmigo! ¡Prometiste que viviríamos juntos! ¡Prometiste que te quedarías a mi lado hasta que fuéramos ancianos! ¡Prometiste quedarte hasta que yo dejara de existir en este mundo! ¡Tú me lo prometiste, Yoongi!

— Jimin, confió en tus capacidades, sé que saldré ileso de esta. — farfullo el más alto acariciando mi cabello, como si aquello fuese a calmar mi conmoción, oculte mi rostro en su hombro empapando su camisa de inmediato con mi llanto.

— Lo estás haciendo de nuevo, Yoongi. — bufe desanimado. — Solo llegas a mi jodida vida para ilusionarme, y luego cuando se te da la reverenda gana te vas, dejándome como un completo idiota que ha caído redondito en todo lo que le dices.

— Jimin, escúchame...

— ¡No lo hare, maldita sea! ¡No me pidas hacerte algo así! — rugí con vehemencia, sin poder soportar aquella tortura, le propine un violento empujón que logro liberarme de sus manos. — ¡Si quieres matarte hazlo! Pero no cuentes conmigo, no pienses ni por un segundo que te apoyo en esta tontería. No voy a quedarme a ver cómo te marchas para siempre de mi lado.

Yoongi al escucharme respiro profundamente, afligido de notar el trasfondo de mis palabras, y sin más remedio, giro su rostro en otra dirección completamente resignado a hacerme cambiar de parecer, contra su voluntad estaba aceptando mis deseos. Paso una de sus manos por su rostro completamente desganado, perdido con lo que estaba rodeándonos. Enfadado como nunca antes con lo idiota y testarudo que a veces podía llegar a ser, además de entregado a los demás sin pensar en las consecuencias, me aleje seguro de que había terminado, convencido de que había acabado para nosotros.

Por primera vez, en todo el tiempo que habíamos compartido no me ponía de su lado, y él estaba seguro de que no había poder humano que me convenciera de lo contrario, en pocas palabras, era mejor dejarlo por el bien de los dos, sabía que dolía como los mil demonios pero sería aún más grande mi herida si no pasaba la prueba, si él no lograba sobrevivir realmente caería en lo profundo de un abismo del cual no podría escapar jamás. Era mejor de esa manera, era mejor separarnos para siempre aun cuando lo amaba como un poseso.

UNKNOWN ROMANCE » YoonMin Adaptación.حيث تعيش القصص. اكتشف الآن