CAP. 1.- UNA GUERRA INTERMINABLE

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Miles de ponies arriesgaron su vida por salvar a Equestria. Muchos perdieron familia, amigos, seres amados. Todo para solo lograr un día más en el que tengas que cuidarte de las sombras. Los soldados llegaban de todos lados, viejos, jóvenes, adultos, todos con la edad suficiente ayudaba.

Ese día se había desarrollado otra batalla más. Una batalla más que ganaron. Gracias a Celestia no habían perdido ningún pony esa vez, pero nadie podía decir cuánto duraría su racha. Los soldados estaban cansados, heridos, hambrientos, ahora solo querían ir a la base, comer, atender sus heridas y echarse una buena siesta. Pero frente a todos ellos, una pegaso Cian, de melena corta arco iris, expresión seria, con una cicatriz que atravesaba su ojo izquierdo y un pedazo de oreja perdido. Ella caminaba erguida, sin tambalear, cojear o doblarse frente al todo el dolor que había en su cuerpo. Una de sus alas estaba usando un ala ortopédica, y su inusual corte la hacía ver más militar.

"¡Todos! Sigan caminando, la base está cerca" gritó al grupo detrás de ella.

"AYE" respondieron todos juntos.

Después de unos cuantos Kilómetros de recorrido desde el lugar de la batalla, llegaron a la base. Más que una base era un campamento donde estaban ubicados.

"¡Han llegado!" gritó un pony cercano a la dirección a la que venían.

Algunos ponies se acercaron para poder saludar y darles la bienvenida. Empezaron a preguntarle a la Cap. que había sucedido.

Ella pidió silencio con su casco. Una vez que todos los ponies estaban en silencio la Cap. habló.

"Hoy hemos ganado una batalla más, no perdimos a ningún pony y las fracturas más graves son unos cuantos cascos y huesos rotos. Estamos todos vivos. Con su permiso" y se abrió paso entre todos hacia la enfermería.

Al llegar a la enfermería quien la recibió primero fue una pegaso de piel rosa y melena ceruleo.

"Dash, ¡Llegaste!" gritó y corrió a su encuentro.

"Hola madre" dijo Dash, regresando en abrazo que le daba su madre, pero menos cariñosa "Es bueno verte ¿alguna novedad?"

"No, aquí todo tranquilo" aseguró Firefly "¿Cuándo será el día en que me regreses un abrazo cariñosamente y no tan seria, hija?"

Ambas se quedaron en silencio, mirando los ojos de la otra.

"Cuando vengue su muerte" dijo al cabo Dash

Firefly suspiró comprensiva "Él estaría muy orgulloso de ti" le dijo a su hija "Vamos, hay que cuidar de tus heridas"

Ambas se dirigieron juntas a la enfermería, a la tienda que era la enfermería.

Recuerdos de esa noche vinieron a la cabeza de Dash. Los gritos, gemidos, los quejidos, el olor acre del miedo y de la sangre que había sobre el campo de la batalla, los pedidos de ayuda...

Cerró los ojos, fuerte, para poder borrar esos pensamientos de su cabeza. Todavía se culpaba por la muerte de... De él. Tenía que vengar su muerte, demostrar que su sacrificio no fue en vano.

El calor se intensificó un poco al entrar a la tienda, todos estaban acostumbrados a ello, pero seguía siendo sofocante.

"¿Cómo está tu ala?" preguntó Firefly, mientras Dash se sentaba en una de las mesas de la enfermería "¿Sigue dando guerra el ala ortopédica?"

"Ya no" dijo Dash mientras se acomodaba para el procedimiento de su ala "Todavía es molesto a la hora de volar, pero después de estar usando esta cosa durante 3 meses se volvió costumbre"

Heridas del PasadoOnde histórias criam vida. Descubra agora