CAP. 53.- GET TAM CITO

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Todo estaba oscuro.

Sin sueños ni pesadillas, era como un sueño profundo y vacío.

A veces le llegarían ruidos, pero le era imposible reconocerlos. Letras sueltas y murmuraciones la inundaban de vez en cuando, pero esta vez, cuando llegaron los murmullos, eran diferentes a los calmados que había escuchado en todo ese tiempo. Estos eran más frenéticos, más alarmados y venía de muy cerca, probablemente de su lado. El sonido de varios cascos los acompañaban mientras los dueños de esos cascos se movían de un lado a otro en..., donde fuera que la tuvieran.

Dulce Celestia ¿dónde estaba?

No podía sentir nada más que un dolor palpitante en lo que parecía ser su costado ¿o era su brazo? No sabría decirlo.

Intentando concentrarse en los frenéticos ruidos a su alrededor, forzó a su adormecido cerebro a concentrarse. Todo seguía oscuro y, por más que quisiera, no tenía la fuerza para abrir los ojos por el momento. Así que se concentró en los sonidos: Pasos, murmullos de conversaciones, más pasos, algo cortando tela y una puerta abriéndose y cerrándose, algo que parecía el zumbido de unas luces y luego una cortina desplegándose muy cerca de sí misma.

¿Qué estaba pasando?

Los ruidos siguieron por un buen rato hasta que, nuevamente, una puerta se abrió. Logró sentir algo: Una fría corriente, pero esta fue rápidamente interrumpida. Tan rápidamente que se preguntó si fue su imaginación o en verdad lo sintió. Una conversación y una clase de discusión, luego un sonido ahogado y completo silencio, interrumpido por alguien gritando.

"¿¡PERO...!?" fue todo lo que sus oídos captaron. Al menos era un progreso.

Alguien más habló, esta vez más cerca de ella.

"... razón...." Era como una fantasía. Escuchaba un murmullo y luego una única palabra "... Morirá...."

¿Morirá? ¿Quién morirá?

Un grito ahogado, seguido de muchos pitidos. Estaban muy cerca ¿¡Qué estaba pasando!? ¿¡Qué era ese ruido!?

Los pitidos no cesaron: Más bien, se volvieron peores. Continuos y alarmantes, aunque no podía descifrar por qué, el sonido sonaba muy familiar...

Entonces lo entendió: En lo que había tenido algo de conciencia, era un ruido constante, para ella demasiado lejano aunque, si lo pensaba mejor, tal vez no había sido tan lejano como había creído. Pero no podía decir qué era, pero por alguna razón estaba sincronizado con su corazón, cuyos latidos eran lo único que podía sentir en su penumbra...

Los pitidos empezaron a calmarse hasta que se volvieron constantes y clamados. Hubo murmullos y luego... Algo así como una exhalación, o varias ¿o tal vez un suspiro? No sabría decirlo, todo era muy confuso.

¿¡Dónde demonios estaba!?

Hubo más ruidos de conversaciones o lo que supuso eran, luego una puerta se abrió y cerró. Hubo algo más de conmoción, no tan frenética como antes, algunos murmullos y, luego, varios cascos en una sola dirección, la puerta se abrió y se cerró.

Todo volvió a la calma que había reinado antes. No podía calcular cuánto tiempo estuvo ahí, pero le parecieron horas hasta que por fin se sintió un poco más en sí. Era como si las fuerzas estuvieran volviendo a su cuerpo poco a poco, recuperando los sentidos uno a uno.

Escuchó el constante pitido a su izquierda.

Olió un aroma estéril.

Saboreó el aire, que le sabía a medicinas y hierbas combinadas.

Heridas del PasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora