CAP. 35.- ATAQUE

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CAP. 35.- ATAQUE

"ATENCIÓN TODOS LOS PONIES. HAY UN ENEMIGO ACERCANDOSE AL NORTE DEL CAMPAMENTO Y NO ES CUALQUIER ENEMIGO. ES EL ENEMIGO 077. TODOS AQUELLOS QUE ESTEN EN SU CAPACIDAD UNIFORMENSE Y VAYAN A LA ENTRADA NORTE DEL CAMPAMENTO EN ESTE MOMENTO. ¡NO HAY TIEMPO QUE PERDER!" gritó la voz de Dash por los altavoces.

Cuando dejó el entrenamiento, este estaba por terminar. En el tiempo que le tomó volar devuelta al campamento, que prepararan el baño de hielo para Twilight y con la conversación que tuvo con la unicornio, el tiempo pasó más rápido de lo que pensó y ya todos los soldados estaban en el campamento cuando la usual patrulla del mediodía localizó a los enemigos.

Los habían localizado algo tarde y estaban mucho más cerca que la última vez que atacaron, lo cual no les daba nada de tiempo que perder.

Dash ya estaba en la entrada norte segundos después de dar el anuncio por los altavoces y el grupo de soldados crecía incesantemente. Soarin corrió a su encuentro, colocándose junto a ella en la primera fila y elevándose con ella cuando esta tomó vuelo.

"¡Raindrops! ¡Peachy Sweet! ¡Apple Fritter! ¡Apple Bumpkin! ¡Red Gala! ¡Double Diamond! ¡Candy Apples! ¡Pink Lady! ¡Sunburst! ¡Fluffly Cloud! ¡Toe Tapper! ¡Orange Waffer! ¡Lucky Clover! ¡Bluenote! ¡Feather Bangs! ¡Davenport! ¡Point Dexter! ¡Ustedes se quedan como defensa del campamento! Ya saben lo que deben hacer ¡El resto! Sígame"

Los soldados nombrados los que había resultado heridos en la última batalla y no estaban al cien. Estaba claro que Dash no quería arriesgarse a llevar a alguien que no estaba en toda su capacidad de defenderse y perderlo.

Los que se quedaban retrocedieron y el resto empezó a correr detrás de sus Capitanes, con buenos deseos de sus amigos y compañeros que se quedarían atrás para proteger el campamento.

Mientras volaba y se alejaba de la base, Soarin no podía evitarlo y lo veía venir...

¡Pánico!

Era el enemigo 077, eso quería decir que era Dark Blackout...

Eso quería decir que esa podría ser su última batalla...

Guiaba al grupo junto a Dash, volando a todo dar hasta el norte.

En el camino, muchas cosas pasaban por la mente de Soarin (a parte del pánico). Temía por la seguridad del campamento, donde los soldados incapaces de batallar al cien estaban. ¡Double Diamond estaba con ellos! El corcel blanco aún estaba algo alentado por la herida en su abdomen ¡Uno no se recupera de algo así tan rápido!

No solo él ¡Nueve de sus soldados! Y siete de los de Dash. Solo dieciséis para proteger el campamento ¿Serían suficientes? No había manera de saberlo. Solo quedaba depositar la confianza en ellos y rogar que fueran suficientes

¿Y qué con los amigos que tenía detrás de él, corriendo hacia la boca del lobo? Todos tenían claro a lo que se iban a enfrentar y habían trabajado duro para mejorar. Se habían vuelto más fuertes, más agiles, más veloces y habían aprendido muchas técnicas increíbles para la batalla, pero eso no sería suficiente.

Soarin no podría salvarlos a todos, y eso era lo que más lo molestaba.

¿Y qué había de Dash? Ella todavía llevaba la ortopedia, su ala estaba mejor pero no curada del todo. Llevaba un tiempo con la marca de Blackout en el ojo, pero ¿Y si él decidía acabar con ella hoy? ¿Y si esta era la última batalla que pelearía? ¿Qué haría entonces?

No podía perderla. No hoy, no ahora y no de esa manera.

¿Y si era una trampa? ¿Y si solo los estaban sacando del campamento para atacarlo mientras ellos estaban fuera? ¿Y si lo hacían por ambos lados? No era imposible y ya había pasado antes, así que tampoco quedaba descartada la posibilidad.

Mientras su mente vagaba, Soarin se dio cuenta de que debían de estar ya realmente cerca de los enemigos, una meseta rocosa extendiéndose a sus cascos y bajando en un valle amplio, árido y rocoso. Varios picos se alzaban por el valle y una capa de polvo cubría cada centímetro cuadrado del suelo. Soarin notó los sonidos de cientos de pares de alas aleteando tras él, de camino al peligro y con vuelo decidido... Pero en cuanto vieron contra quien iban a batallar, sus ojos se abrieron como platos y sus mandíbulas cayeron al piso.

Algunos soldados detrás de ellos soltaron chillidos de pavor y gritos ahogados.

El grupo de soldados de Sombra era, como mínimo, el triple de grande que el de ellos.

Los enemigos con sus uniformes oscuros estaban cabalgando hacia ellos con paso decidido. No se detenían, no parecían estar a punto de haberlo ni parecía que lo fueran a hacer pronto.

Por un efímero momento, Soarin vio terror en los ojos de Dash, pero este desapareció casi tan rápido como llegó, una mirada penetrante y decidida reemplazando el miedo enseguida.

Mientras se acercaban, una nube negra emergió del grupo de soldados de Sombra.

Poco a poco, tomó la forma de un pegaso de alas enormes, negro como el alquitrán y de ojos rojos como la mismísima sangre, un cristal negro colgando de su pecho y una permanente sonrisa demoniaca plantada en su hocico.

Dark Blackout se acercaba, y era claro que no habría una conversación esta vez...

Heridas del PasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora