CAP. 44.- HUEVOS, ZANAHORIAS Y GRANOS DE CAFÉ

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CAP. 44.- HUEVOS, ZANAHORIAS Y GRANOS DE CAFÉ

Sopa de vegetales. Maíz desgranado con zanahorias. De postre un dulce de durazno con canela.

Soarin iba cargando con su bandeja hacia la mesa que compartía con sus amigos. El comedor estaba lleno, pero sorprendentemente callado. Apenas se elevaba un murmullo de conversaciones, pero era tan suave que Soarin podía escuchar el sonido de su respiración.

Todos habían sido atendidos a tiempo para la cena y ambos escuadrones estaban reunidos en el comedor. Una gran parte de los soldados habían recibido heridas tan graves que fueron dados de baja del servicio temporalmente hasta que sus heridas sanaran, igual que había pasado con Double Diamond. Sin duda, los números habían bajado en su contra y ahora un ataque repentino podría ser extremadamente devastador para ambos escuadrones.

Debido a la gran cantidad de ponies que no estaban en condiciones y a que había excedido a su capacidad, las enfermeras se habían visto obligadas a usar algunas de las camillas para que durmieran en la enfermería. Estas no eran exactamente las más cómodas, por lo que les habían puesto dos frazadas encima para dar la sensación de suavidad, pero no serviría de mucho. Quienes hubieran sido tan desafortunados como para terminar en una de las camillas tendrían que soportar uno que otro dolor de espalda. Gracias al cielo, se llevaron almohadas para cada pony para tratar de ponerlos más cómodos, pero eso tampoco haría gran diferencia.

Con un suspiro, se sentó en la mesa donde Caramel, Flash, Favor, Diamond y Trent estaban sentados, esperándolo. Ninguno dijo nada, siguiendo con su cena. El silencio era insoportable, pero ninguno hizo nada para romperlo. No estaban de humor para ello. Soarin escrutó con la mirada el comedor. No recordaba en qué punto de la última semana había visto a Key y Rusty ir allí para hacer algunas modificaciones. Se las habían arreglado para expandir la tienda un poco y habían puesto dos hileras completas de mesas más. El lugar estaba abarrotado de ponies, aun con los que estaban en la enfermería. Pero tampoco parecía que a alguno le molestara. Sabían muy bien que en el momento en que llegaran a un escuadrón, tendrían que acostumbrarse a prescindir de algunas comodidades y de algo de privacidad.

Dejó sus ojos vagar hasta la mesa en la que usualmente estarían sentadas Pinkie, Maud y Dash, pero ese día solo estaba Pinkie. Dash no había vuelto de la enfermería... Maud no estaba allí por obvias razones. Cheese estaba con ella, sentado a su lado mientras le susurraba al oído, probablemente incitándola a comer ya que ni siquiera había tocado su plato.

Twilight apareció por la entrada, sola. Fue a la barra y tomó su comida y se fue a buscar un lugar donde sentarse. Pasó junto a Pinkie, mirando de reojo a ella y a Cheese. Se detuvo, pero parecía dudar si preguntar si podía sentarse. Cheese la notó y le indicó con un gesto de la cabeza que el lugar estaba libre. Cuando la unicornio se sentó, el trio ni siquiera interactuó. Cheese seguía muy concentrado en tratar de que Pinkie comiera y Twilight se revolvía incomoda en su lugar, conjurando su aura mágica para llevar poco a poco comida a la boca.

Con un suspiro y una última mirada a Pinkie, Soarin se volvió a su comida y empezó a comerla en lentas cucharadas. Cuando tomó una de zanahorias, vino a su mente algo que su mentor le había dicho años atrás, un relato de una yegua que tenía problemas.

La yegua fue a casa de su madre y le contó todo lo que estaba pasando. Sin decir nada, la madre se levantó y puso tres ollas de agua hirviendo en la estufa. En la primera puso unas zanahorias, en la segunda un par de huevos y en la tercera granos de café. Después de un rato, sacó las zanahorias y los huevos cocidos y el agua donde había metido los granos de café se habían vuelto café. Puso las zanahorias y un huevo en un plato y sirvió una taza de café. Le dijo a su hija que tocara la comida y que bebiera un poco del café. Le explicó que las tres cosas habían pasado por la misma dificultad: Agua hirviendo. La zanahoria se había vuelto blanda y débil ante la dificultad. Los huevos se habían vuelto duros. El café, en cabio, había logrado sacar lo mejor de la dificultad y se había convertido en algo mucho mejor. Luego le preguntó a su hija cuál de los tres elementos era.

Heridas del PasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora