CAP. 45.- 27 HORAS

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CAP. 45.- 27 HORAS

27 horas hasta el enfrentamiento.

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"¡Soarin!"

El Capitán se volteó. La fría corriente de la mañana le calaba los huesos. Se había metido en uno de sus uniformes para el frío, pero tampoco le era de mucha ayuda. Sin embargo, se había decidido a no ponerse bufanda para mantener la imagen (nadie la estaba usando, así que él sin duda no lo haría).

Se sorprendió al ver a Pinkie correr hacia él. Usando una bonita bufanda violeta con globos azules.

De pronto se sintió muy estúpido. Por supuesto. Conociendo lo espontáneos que eran allí, debió haberlo supuesto.

La yegua rosa, aunque aún decaída, parecía estar mejor que el día anterior. Supo de buena fuente (Cheese) que le tomó mucho tiempo irse a las barracas por lo alterada que estaba. Se la había pasado dando vueltas por ahí por horas y pasó al menos dos horas más mirando a Maud a través del cristal.

Cuando por fin se había ido a las barracas, Orange Waffer, que compartía litera con Candy Apples justo junto a la de las Pie, le contó que le tomó como media hora dormir, revolcándose en la cama de abajo hasta poner conciliar el sueño.

Ahora parecía más relajada, pero Soarin notó el desosiego en sus ojos. Muy probablemente estaba dividida entre ir a ver a su hermana y volver a sus obligaciones.

"¿Qué sucede Pinkie?" preguntó. Pinkie hizo un gesto con la cabeza hacia un lado del campamento. Su melena fucsia se combinó con la colorida bufanda.

"Ven a ver esto. Si creías que ya lo habías visto todo, esto te dejará con la boca abierta"

No muy seguro de lo que la yegua quería decir con eso, la siguió al oeste. Notó que el campamento se veía extrañamente vacío. De camino a la salida oeste se cruzaron con Amethyst Star y Apple Fritter, quienes corrieron en la dirección que Pinkie lo guiaba. Unos metros más adelante, interceptaron a Flam y Meadow Song, les dijeron algo y el cuarteto volvió a arrancar en dirección de la salida oeste.

Soarin, confundido, levantó una ceja y aceleró el paso cuando Pinkie empezó a trotar en la dirección en que los otros ponies habían desaparecidos.

No tardaron mucho en desviarse un poco al sur. Tras unos minutos de recorrido, escuchó un murmullo suave, producto de las calladas conversaciones de un grupo grande de ponies. Cuando estuvieron lo suficientemente cerca, notó una multitud de soldados de ambos escuadrones. Estaban aglomerados entre dos rocas enormes, intentando ver por la abertura entre estas. Algunos se habían trepado a las rocas, aparentemente demasiado interesados en el espectáculo como para inmutarse por lo incomodas que pudieran ser. Los pegasos volaban y algunos corceles cargaban a yeguas en su espalda para que tuvieran un mejor ángulo para ver.

Soarin enseguida teorizó que solo querían ser de ayuda a sus compañeras de escudaron y nada más. Pero cuando una de las yeguas le plantó un beso en la mejilla al corcel sobre cuya espalda estaba trepada, enseguida sus ingenuas teorías se vinieron abajo. Obviamente.

Descubrió a Flash entre quienes estaban volando. En su espalda, estaba Twilight, aferrada como si su vida dependiera de ello a él.

Con un nudo en el estómago, siguió a Pinkie entre la multitud, quien abrió camino para que la Teniente caminara seguida del Capitán. Casi parecía que ya no vieran a la usual Pinkie, la que todo el mundo trataba como una amiga más que como una superior. Mas bien, incluso pudo notar en la mirada de algunos sus condolencias.

Si Pinkie lo notó, no lo demostró. Así que Soarin hizo un gesto con la cabeza a la multitud mientras Pinkie no lo podía ver para que volvieran a lo suyo. Todos los que miraban se voltearon al mismo tiempo a ver lo que sus compañeros miraban con tanto interés.

Heridas del PasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora