CAP. 73.- EL EJÉRCITO DE CELESTIA

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CAP. 73.- EL EJÉRCITO DE CELESTIA

La princesa Celestia estaba ataviada en una armadura dorada con intrincadas runas por todos lados, salvo por el casco, que colgaba de su cinturón de armas. También llevaba una espada y una serie de dagas que formaban una amplia y útil colección. Su melena estaba recogida en un práctico moño que la apartaba del rostro.

Detrás de ella, su legión. Todos los escuadrones estaban formados listos para partir, con los Capitanes en el frente. Shining Armor estaba parado a su derecha. Detrás de ella estaba el Capitán 3B, flaqueado de los del 3C y el 3A. Todos estaban organizados en líneas paralelas de 15 Capitanes.

Celesta sabía que una gran mayoría de la población de Equestria se había enlistado, pero no pensaba que fuera tanta. Era verdaderamente irreal todo el apoyo que la causa tenía.

Shining Armor la ayudaba muchísimo, a costa de su descanso, a manejar toda la caballería, y ella jamás se lo había agradecido lo suficiente. Jamás se había dado cuenta de cuanta carga él retiraba de sus hombros al ayudarla. Se aseguró de recordar compensárselo.

"¿Todo listo, Capitán Armor?"

Shining Armor, en armadura, asintió "Todos los escuadrones están listos para moverse. Están esperando sus órdenes, Princesa"

Celestia inhaló profundamente "Trae a las chicas... y a la Capitana Dash. Tráelas aquí adelante, por favor"

Shining Armor saludó "Enseguida, Princesa"

Y se fue.

Pocos minutos después, volvió con las seis yeguas siguiéndolo. La Capitana Dash llevaba el uniforme beige, como todos los Capitanes; la Teniente Pie llevaba su uniforme de Rock Tropper; Rarity y Fluttershy iban de enfermeras, con su impecable uniforme blanco que se perdía en el paisaje nevado; y Twilight y Applejack iban de soldados, como los miles y miles de ponies detrás de los Capitanes.

Al llegar al nivel de Celestia todas se inclinaron en una reverencia al unísono y ella les dedicó una sonrisa. No necesitó voltearse para saber que todos los ojos estaban puestos en ellas: era suficiente con el silencio. Solo esperaba que la atención indeseada no las pusiera nerviosas, en especial a Fluttershy. Sobre todo a Fluttershy.

"Levántense, mis queridas ponies. Tenemos una tarea importante que cumplir"

Las seis se irguieron. Twilight se había puesto a la cabeza de las seis, con Rainbow Dash a su derecha pero medio paso atrás, y Applejack del otro lado.

Celestia las miró de una en una, deteniéndose unos segundos a observarlas. Todas eran tan jóvenes y tenían una vida con tanto potencial por delante que podría apagarse si esto les salía mal. Tenían demasiada presión sobre ellas con esta tarea.

Esperaba que les fuera bien.

Iluminó su cuerno e invocó al cofre de los Elementos. En realidad, Celestia no hacía ese hechizo solo por lo práctico que era. Le encantaba la reacción de los ponies. Quedaban maravillados, siempre, al verla hacer aparecer objetos de la nada sin ningún probable esfuerzo, aunque suponía mucho. Lo cual no importaba considerando la incomparable magia que Celestia poseía, tanta que una porción tan mínima como la cabeza de un alfiler podría freírle el cerebro a un unicornio común.

El cofre azul apareció frente a todas con un destello blanco. Fluttershy respingó. Todas, menos la Capitana Dash, agrandaron los ojos en sorpresa, y la pegaso solo levantó un poco las cejas.

Celestia frunció los labios un poco, pero pronto reemplazó su expresión por una más cálida.

"La batalla más importante de esta guerra está sobre nosotros. Ustedes lo saben bien. Por ello, me gustaría que llevaran estos con ustedes, en caso de que quieran usarlos en algún punto"

Heridas del PasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora