CAP. 26.- GENUINA PREOCUPACIÓN

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CAP. 26.- GENUINA PREOCUPACIÓN

Soarin estaba acostado en su cama, mirando al techo, pensando.

Durante la cena, las yeguas que había llegado ese día se sentaron en la mesa que las Pie compartían con Rainbow Dash. Esto, obviamente, atrajo la atención del corcel, que se la pasó el resto de la cena mirando ocasionalmente sobre su hombro hacia ellas.

Todo iba bien, Soarin incluso vio al grupo conversar con las Pie. Todo iba perfectamente.

Hasta que la yegua terrestre, Applejack, pareció preguntarle algo a Dash y la conversación en la mesa cesó.

Las Pie se miraron entre sí con expresiones que se compararían a la de un potro pequeño diciendo a su padre que vio un monstruo bajo la cama a la mitad de la noche.

Y tras unos segundos de completo silencio en la mesa de las yeguas, Dash se levantó de su asiento y salió del comedor.

Soarin se había propuesto ir a verla después de la cena, pero al final voto en contra. Ni siquiera Maud o Pinkie habían ido, él no sería mejor en ayudar que ella.

Pero la curiosidad de saber que era lo que había pasado lo mataba. Dash no parecía ella cuando salió del comedor. Ni siquiera agradeció a los cocineros como ella suele hacer ¡Y ella nunca dejaba de hacer eso!

Soarin suspiró y miró el frasco en su mesa de noche. Hace dos noches que no tomaba de esas pastillas para dormir ¿Sería buena idea volver a hacerlo?

Soarin se acostó sobre su estómago. De todos modos no había traído un vaso de agua.

Forzó sus parpados a cerrarse y su mente a relajarse para obtener un poco de sueño. Con un poco de suerte no sería tan difícil...

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Lo que él no sabía era que no era el único preocupado...

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Las barracas femeninas estaban bastante serenas después de un día largo y agotador para las yeguas del campamento. Algunas compañeras y vecinas de litera charlaban desde sus camas y otras se movían por el cuarto hablando con las demás. Las barracas (femeninas y masculinas) consistían básicamente en una larga construcción transportable de forma rectangular. De cada lado estaban alienadas literas que tenían a su derecha un pequeño ropero para los dos habitantes de la litera. Al fondo había una pequeña sección que contenía unos armarios para guardar objetos de aseo y demás. Luces largas rectangulares recorrían en tres columnas el techo para dar iluminación.

En el fondo de la habitación, a diferencia de en otras ocasiones, habían cuatro sacos de dormir en el piso y junto a cada uno, una alforja y una capa.

Como sea, sentadas en sus correspondientes sacos, estaban Applejack, Fluttershy, Rarity y Twilight. Se habían instalado al fondo y un poco alejadas de las últimas literas en el lado derecho de la habitación para no molestar a nadie. Algunas yeguas les dedicaban miradas muy breves, pero volvían a lo suyo enseguida. Hace solo unos breves momentos se habían acercado Twinkleshine, Minuette, Lemon Hearts y Lyra a saludar a Twilight, pues eran amigas de la unicornio lavanda.

Rarity usaba su magia para pasar suavemente un cepillo por su corta melena mientras el grupo charlaba.

"¿Qué vamos a hacer?" cuestionó preocupada Fluttershy "¡Rainbow Dash no nos creyó! No podemos hacer esto sino estamos las seis"

Heridas del PasadoWhere stories live. Discover now