CAP. 61.- URGENTE

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Una nevada más suave que las de días anteriores había caído por la noche, cubriendo el campamento en un nuevo manto de nieve. Ni siquiera necesitó levantarse para saberlo, pues el frío que se colaba por la puerta-cortina lo anunciaba. Acurrucándose bajo su cobija, Dash se redujo a una bolita en el colchón, tratando de entrar en calor hasta que se dio cuenta de que cierta presencia había desaparecido.

Sacudiendo las pestañas, Dash abrió los ojos y se dio la vuelta en su cama, hacia el lado donde Soarin había estado durmiendo. Pero se encontró con soledad.

Frunciendo el ceño se incorporó ligeramente, sacudiendo las alas al tiempo que soltaba un largo bostezo. Gracias al suero de Master Key, sus alas habían mejorado considerablemente, y se sentía. Ya no estaba rígidas todo el tiempo. Además, Firefly le había dicho que, si se cuidaba, probablemente no tendría que volver a saber nunca más de su ortopedia. Así que escuchó.

Frotándose los ojos, levantó una ceja en dirección al espacio vacío en la cama y, esperando verlo en algún otro lugar de la tienda, miró alrededor. Pero esta estaba tan vacía como la almohada a su lado. Estirándose, Dash pensó que tal vez solo había soñado cosas, cosas increíbles. Anoche, o en sus sueños, por primera vez en mucho tiempo se había sentido segura. Protegida, gracias a un par de fuertes alas. No había guerra. No había muerte. Todo lo que había sufrido se había esfumado, como rocío matinal.

Si había sido solo un sueño, había sido uno muy real.

Justo cuando iba a ponerse de pie para empezar su rutina, notó un papel en la mesa de noche, doblado a la mitad. Cuando lo recogió y lo desdobló, enseguida reconoció la caligrafía de Soarin.

Lamento haberme ido así como así, pero debía irme temprano para que los ponies no sospecharan nada ni empezaran con rumores. No necesitamos eso ahora. Volveré en unas horas para ver cómo estás, así podemos hablar un poco más (creo que nos quedó un par de cosas que dejar claro).

Cuídate mientras no estoy.

Soarin.

P.D: Te ves adorable mientras duermes.

Dash sonrió.

Así que no había estado soñando.

~~~

Quedarse un rato más era muy tentador en verdad, pero Soarin sabía que, si se quedaba más tiempo, probablemente no saldría de ahí nunca. En su lugar, se había esforzado por no despertarla al retirar el ala que había envuelto alrededor de su pequeño cuerpo, y dejó una nota antes de irse, rogando a las estrellas que nadie encontrara la nota antes de que ella la leyera.

El campamento estaba vacío, el sol ni siquiera se asomaba por el horizonte, así que Soarin lo cruzó en dirección a su tienda sin problemas. Cuando llegó quiso acostarse a dormir de nuevo, pero no pudo. Así que mejor adelantó papeleo: de todos modos se sentía bastante lleno de energía.

Para cuando salió el sol, Soarin ya había adelantado bastante, así que, tras recoger sus implementos de baño, salió de su tienda y se dirigió hacia las duchas. Casi dando saltitos, se encontró con sus amigos en el lugar, los cuales lo miraron raro por su saltarina actitud, pero se limitaron a encogerse de hombros y entrar juntos a las duchas de corceles. Antes de entrar, sin embargo, Soarin se detuvo en el umbral al ver a Dash llegar detrás de las hermanas Pie, que entraban juntas a las duchas. La Capitana también se detuvo brevemente y miró sobre su hombro, cruzando miradas con Soarin, quien le sonrió sutilmente. Ella esbozó una diminuta sonrisa que borró un segundo después y entró, dedicándole una última mirada sobre el hombro.

"¡Soarin! ¿Qué miras?" lo llamó Flash, obligándolo a volver a la realidad. Su amigo estaba volviendo hacia él y Soarin se apresuró a alcanzarlo antes de levantar sospechas.

"Nada. Solo vi algo, olvídalo" aseguró Soarin, alcanzando al resto sus amigos. Flash miró sobre su hombro.

"¿Y qué viste que captó tanto tu atención?"

Soarin sonrió "Una estrella"

~~~

"Creí que dijiste que no necesitaba decir nada más"

Dash arqueó una ceja "Sí, bueno, pero creí que supondrías que era el siguiente paso"

Soarin frunció el ceño. Ambos iban caminando por el campamento, a distancia prudente para evitar sospechas, tratando de no elevar mucho la voz para que nadie los escuchara. El manto de nieve que había aparecido en la mañana se estaba derritiendo lentamente bajo los escasos rayos de sol filtrándose entre las nubes, dejando a su paso una nieve más blanda y maleable. Pinkie, Maud y Cheese habían aprovechado esto y se habían puesto a armar un pony de nieve, obteniendo una carcajada de Soarin y una ceja arqueada de Dash.

"Creí que ya era oficial" murmuró Soarin.

"Bueno, usualmente se hace la pregunta antes de pronunciar un sentido voto gracias al cual estamos prácticamente casados"

"Tú no me detuviste, así que parte de la responsabilidad recae en ti"

Dash resopló "No es el punto"

Soarin soltó una risita y Dash se detuvo, obligándolo a mirarla. Se habían detenido junto al comedor, y al mirar alrededor, se dio cuenta de que prácticamente no había nadie en esa zona, salvó por Vera, quien recogía nieve en un enorme tazón a varios metros de los dos pegasos.

Dash levantó ambas cejas, mirándolo a los ojos "Nunca has hecho esto antes ¿verdad?"

Soarin hizo un puchero "Claro que sí, pero pensé que un beso y compartir la cama era más que suficiente"

"Lo haces sonar como si hubiera pasado algo"

Soarin sacudió la cabeza, sonrojándose "Agh, no, es no era lo que quería decir"

"Lo sé" Dash giró los ojos "Solo bromeaba"

"Pero tienes razón" Soarin sonrió acercándose un poco a Dash. Ella reclinó el cuello, mirando alrededor frenéticamente.

"¿Qué estás haciendo?" parpadeó dos veces, levantando las cejas al entender "¿Aquí? Estamos en pleno campamento"

Soarin sonrió "No hay nadie alrededor. Tú ni siquiera deberías estar fuera de la cama"

"Tenía las extremidades entumecidas" aseguró Dash, acomodándose la bufanda "Necesitaba estirar las patas"

Soarin le puso un casco en el hombro, obteniendo un respingo de parte de Dash como si la hubiera quemado.

"Rainbow Dash..." susurró Soarin "¿Quieres-?"

"¡CAPITANES!"

Soarin hizo para atrás las orejas retirando su casco, soltando un gruñido "Retomaremos la conversación más tarde"

Dash bufó "Claro que sí"

Ambos se dieron la vuelta, pero no vieron a nadie al principio. De pronto, Derpy, la pony del correo, aterrizó bruscamente frente a ellos, haciendo saltar a Soarin en sorpresa, mientras Dash se mantenía impasible. La gris yegua pegaso de ojos bizcos se puso de pie de nuevo de un salto, sacudiendo dos sobres idénticos hacia los Capitanes.

"¿Sucede algo malo, Derpy?" preguntó Dash, y Derpy le entregó uno de los sobre a ella y el otro a Soarin.

"¡Directo desde Canterlot!" dijo Derpy, con tono urgente "Es inminente que todos los Capitanes lo lean: ¡La Princesa Celestia requiere de su ayuda!"

~~~

NOTA DE AUTORA:

Y dijeron que las cosas serían calmadas desde el capitulo anterior *inserte risa malévola*

Sí... Puede o no puede que estemos entrando a otra parte llena de subidas y bajadas, prepárense para una montaña rusa emocional (de nuevo). Tranquilos, no será tan intensa como las anteriores.

Dios, si algún día me caso, que mi esposo sea como Soarin ¡Es un amor!

¡Hasta la próxima!

-Midday Giggle

Heridas del PasadoWhere stories live. Discover now