CAP. 71.- LA GRAN MESETA SUR

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El frío en la Gran Meseta Sur de Canterlot tenía sus huesos rígidos. Soarin se enfundaba en cuanta ropa de frío encontraba entre sus cosas, tanto las que había llevado a Canterlot casi un mes atrás como las que sus compañeros de escuadrón le habían traído de su tienda en el campamento. A lo largo de los años había recolectado una formidable colección de bufandas en todos los colores del arcoíris. Se envolvía hasta en tres para mantenerse abrigado.

Y, por mencionar el arcoíris, ahora pensaba en Rainbow Dash de nuevo.

No la había visto en días. El campamento provisional de su escuadrón estaba muy dejos del de él, y no podía irse así como así. No sabía cómo estaba. Se habían visto por última vez en la última reunión de Capitanes, hace cuatro días, y ya no habría más reuniones de Capitanes.

La segunda luna llena del año era en tres días.

Sentado frente a una hoguera con sus amigos, Soarin sintió que el estómago se le retorcía en un nudo. En tres días lo imposible podría pasar: o todo acababa por las malas, o todo se resolvía. Esperaba con fervor que fuera lo segundo.

Desde que se habían trasladado a los campamentos provisionales, había una imagen que lo perseguía todo el día: un grueso manto de nieve manchado de rojo escarlata. Y el pequeño cuerpo de Dash tendido en la nieve, inerte.

En sus más crueles pesadillas, corría a ella pero llegaba muy tarde. La hemorragia ganaba y la vida se escapaba de sus ojos magenta como arena entre sus cascos. Su frágil cuerpo (su cadáver) lo culpaba de todo. Sus cascos se quedaban clavados en la nieve mientras Blackout la atravesaba con la propia katana de Dash.

Despertaba sudando frío y con el corazón en la boca, golpeándose siempre la cabeza en el mismo punto de la viga que sostenía su diminuta tienda de campaña sobre él al incorporarse sobresaltado. Esas imágenes lo perseguirían el resto de la noche. Varias veces no podía volver a dormir. Varias veces todavía lo seguían en la mañana.

Frotó sus cascos uno contra otro frente a las llamas, sofocando un escalofrío.

Necesitaba verla.

"Esto apesta" se quejó Flash, subiendo el tupido cuello de su abrigo hasta su barbilla "Hace un frío que pela"

"Me parece que te acostumbraste mucho a dormir calentito en el Palacio" Trend alimentó el fuego con una rama que sacó del contenedor de la leña. Tenía la punta de la nariz rosada de frío.

"No hace tanto frío" Diamond se encogió de hombros "Sí un poco más de lo agradable, pero bastante soportable todavía"

Cheese frunció la nariz "¿Dónde te criaste? ¿En el Monte Everhoof?"

Diamond inclinó la cabeza a un lado, hipnotizado por las llamas "No sé... No lo recuerdo" se encogió de hombros de nuevo "Creo que es un efecto secundario de la extracción de Cutie Mark. No recuerdo mucho de mi vida antes de eso"

"Yo tampoco recuerdo mucho" admitió Party Favor. Sugar Belle estaba acurrucada contra él. Soarin los notaba más cercanos desde que habían venido a la Gran Meseta Sur. Se preguntó lo que había sucedido en el campamento en su ausencia "Solo recuerdo retazos, como el rostro de una yegua joven, tal vez adolecente. Creo que era mi hermana o algo, no sé, no recuerdo su nombre..."

Soarin se acomodó su bufanda verde "Debe ser terrible no poder recordar a tu familia"

"Es triste, pero aprendes a vivir con ello" Sugar Belle no parecía incomoda de pasar tiempo entre tantos corceles.

"Hace siglos que no hablo con mi familia" Caramel comentó con una mueca "No nos llevábamos muy bien con mis padres. No tengo hermanos, así que no fue tan difícil dejarlos"

Heridas del PasadoWhere stories live. Discover now