Parte 15

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N. A: Buenas noches, acabo de enterarme de la separación "temporal" oficial de las vagas y veo que muchas personas tiran odio hacia las chicas o culpan a Camz, la verdad no comprendo el grado de ignorancia de esas personas, o sea, ¿sólo apoyaban a las 5 cuando estaban juntas? For Christ's sake!!!!!!!
¿Por qué no comprenden que ése era el sueño de TODAS ellas desde un principio? En vez de demostrar el apoyo incondicional, lo único que hacen es tirar mierda a las chicas.

Obs: Desde que salió Camzi del grupo me volví Camilizer, peor cuando Normani fue mala onda cuando le preguntaron si compartirían el premio ganado con la ex integrante y fue muy mambaso, en fin, no es justo para ninguna de ellas que los supuestos Fans se comporten así.

Ya me desahogue, mejor continúo el relato.

Fin del comunicado...

* * * * * *

Lauren condujo aproximadamente como una hora; la ojiverde sólo respondía cuando Luna preguntaba. Tendrían todo el tiempo del mundo para hablar los próximos seis meses, pero por el momento, la artista estaba intentando establecer cierto dominio. Quería que la niña tuviera claro que, Lauren era la que llevaba los pantalones en esa casa.

Luna habría disfrutado de esos momentos si no hubiera estado enfadada. Viviendo en una gran ciudad, no sabía que esa parte del país pudiera ser tan bonita. Lauren sabía que el ir a Dana Point por la carretera de la Costa del Pacífico impresionaría a la joven.

— ¿Realmente hay focas ahí abajo? -preguntó Luna sorprendida, mirando fijamente a las rocas del agua.

— Yeap. Apuesto a que no tienen de éstas en Chicago, ¿eh? -respondió Lauren.

— ¡Por supuesto que no! -sonrió Luna y por un momento se olvidó que estaba enfadada con la desconocida.

Dejaron la carretera y fueron por el puerto, dirigiéndose hacia los acantilados. Pararon ante la cerrada puerta y Lauren presionó varios números en el teclado numérico del llavero desde el coche.

— Parece el exterior de una prisión. -se refirió Luna hacia la puerta.

— Te daré los códigos. No es que vayas a ser una prisionera aquí, Luna. -explicó Lauren mientras la puerta negra se balanceó abriéndose y cerrándose automáticamente tras ellas. — Tengo muchos trabajos caros y deben estar bien protegidos.

— Whoa... -exclamó Luna mientras entraban en el garaje. La joven salió rápidamente y examinó el Mercedes rojo descapotable. — ¡Buen coche! -comentó Luna.

— Gracias. -replicó Lauren con orgullo.

Luna estaba intentando desesperadamente no andar por el lugar con la boca abierta. Todo lo que pensaba era que su madre adoraría ese sitio. Había claraboyas y vidrieras de colores prácticamente en cada habitación. Era obvio que allí vivía una artista. Las habitaciones estaban decoradas con un ojo experto y un gusto impecable.

Llegaron a una enorme cocina que parecía que había sido usada en contadas ocasiones.

— Podemos ir mañana a comprar al supermercado, tengo los alimentos básicos, pero las horas y lo que suelo comer no son muy regulares. Le prometí a tu madre que te daría de comer bien, así que intentaré limitar nuestras llamadas a la pizzería a dos por semana. Oh, espera un minuto, ¿sabes cocinar? -añadió Lauren apresuradamente.

— Estás bromeando, ¿verdad? -Luna miró a la mujer con sorpresa.

— Bueno, ¿quién cocina en tu casa? -preguntó Lauren.

El Amor Es Ciego... (CAMREN)Where stories live. Discover now