Parte 48

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— ¿Puedo hacerte una pregunta personal, Camz? -preguntó Lauren mientras paseaban por el desierto muelle, viendo golpear al oleaje de la noche.

— Sabes que no hace falta que me pidas permiso para ninguna pregunta, Lern.

Lauren parecía algo incómoda, pero lo deseaba saber.

— Me he dado cuenta de que has traído tu portátil contigo, pero no te he visto usarlo desde que has llegado. ¿Hay algún problema?

— Estoy de vacaciones. -Camila intentó sonar natural, pero se olvidó de que no podía esconderle nada a aquella mujer.

— Uh huh... bueno, es curioso porque estaba acostumbrada a verte escribir cada minuto libre del día. ¿Qué sucede, Camz?

— ¿Has leído mi último libro? -preguntó Camila.

— Por supuesto. Está genial.

— ¿No has notado nada... diferente en él?

— No sé. Tal vez estabas un poco más contenida, pero di por hecho que como tenías todos esos problemas con Luna y todo lo demás... -la voz de Lauren se apagó.

Ahora que Camila lo mencionaba, Lauren había notado algo extraño en el esfuerzo de la última historia literaria de su amiga. La historia era entretenida e instructiva, como siempre, pero parecía un poco... plana, era la única palabra que se le ocurría.

— No tienes que decir nada más. -dijo Camila suavemente. — Lo puedo ver en tu rostro. Tú también lo has notado. Es simplemente que la musa se me ha ido y no sé cómo hacer que vuelva a mí.

— Tal vez ahora que no tienes que preocuparte tanto por Luna, ahora que los dolores de cabeza se han marchado, tal vez las cosas vuelvan a calmarse para ti.

— No estoy segura de que tuviera que ver con Luna. Sí, correr detrás de ella y preocuparme por ella me quitaba tiempo y energía, pero creo que hay algo más profundo en mí. Algo que no puedo sacar lo suficientemente a la superficie para escribirlo…

Camila deslizó un brazo alrededor de la cintura de la artista y Lauren atrajo el cuerpo de la pequeña mujer hacia ella. La artista se preguntó cómo se sentiría si las ideas, las emociones que la ayudaban a crear su arte, no volvieran a aparecer. Sería como perder una mano o un brazo. Un pedazo de sí misma que se hubiera ido.

Lauren paró y se inclinó contra la barandilla del muelle, sintiendo pequeñas gotas de agua contra su piel de las olas que golpeaban los pilares inferiores deshaciéndose en el aire. Camila también se paró, sin dejar su agarre de la mujer más alta.

— ¿Puedo hacer algo para ayudarte? -los profundos ojos verdes de Lauren tomaron los de Camila en una mirada tensa.

— No creo que un beso y un abrazo me ayuden mucho, pero tampoco me harán daño. -la castaña sonrió a su amiga con brillantes ojos del color del chocolate que tenían debajo.

Lauren le ofreció una media sonrisa y arrastró a la pequeña mujer a un abrazo que la artista no quería soltar. Camila se dejó sujetar durante unos momentos y disfrutó de la sensación del cuerpo de Lauren presionado contra el suyo. Cuando se retiró del abrazo, apenas reconoció a la mujer que la miraba. La sonrisa de Lauren había sido reemplazada por una mirada de intensa concentración, mientras la artista parecía luchar contra algo dentro de sí.

Obviamente había tomado una decisión porque, de pronto, su rostro adquirió un suave brillo mientras acariciaba con sus dedos las mejillas de Camila.

El Amor Es Ciego... (CAMREN)Where stories live. Discover now