El Amor Es Ciego... (CAMREN)

Parte 28

Febrero 1986

― Qué sitio más increíble, Stretch¹. Te hace sentir de nuevo como una niña grande. Oh, ¿no sería genial volver cuando Luna sea lo suficientemente mayor como para poder disfrutarlo? -charlaba Camila sobre Disneylandia mientras Lauren conducía el LeBaron prestado de su madre hacia San Diego.

Lauren sonrió y sus verdes ojos brillaron bajo sus Ray Bans. A la artista le encantaba ver a su amiga disfrutar así. Camila trabajaba tan duramente entre los malabarismos de un horario completo de clases y ser madre, que se merecía soltarse un poco ahí y ahora. A Lauren le gustaba especialmente la manera en que Camila planificaba las cosas para el futuro incluyéndola a ella. Era como si fueran una familia real, a pesar de que Lauren sabía que algún día se acabaría. En esos momentos no quería pensar en ello. Sólo quería disfrutar de tener a la guapa castaña a su lado.

Clara había dicho a "sus chicas", como le gustaba llamarlas, que era su fin de semana para pasarlo bien y que si volvían a casa antes de medianoche tendrían serios problemas. Le tomaron la palabra y habían ido a cenar a una pequeña marisquería situada en el puerto de Dana Point.

Entre el océano y las montañas, la vista era impresionante y se lo tomaron sin prisa, compartiendo sus pensamientos y sus sueños. Camila tomó un par de copas de vino mientras Lauren pedía otro Perrier. Lauren le preguntó a Camila si había considerado la opción de vivir en un sitio como California. La pequeña castaña quería decir que cualquier sitio donde Lauren viviera sería también su hogar, pero Lauren no le pertenecía de esa forma y era insensato para su corazón pretender que así fuera. Simplemente dijo aquel sí, que por todo lo que había visto de allí, podría imaginarse viviendo allí algún día. Lauren sonrió por dentro mientras le admitía a su amiga que allí, en Dana Point, es donde siempre había soñado construir una casa en la colina.

Anduvieron por la playa mientras Camila hablaba de su escritura y lo frustrada que había llegado a estar por lo estúpido que sonaba todo aquello que escribía. Tenía las palabras, pero de alguna forma no podía hacer que dijeran lo que ella quería.

― Eso es porque estás intentando escribir con palabras, lo que no eres tú, Hobbit². Lo que necesitas es escribir desde los sentimientos; esa eres tú. Camz, tienes la habilidad de hacer a la gente experimentar las sensaciones que les cuentas. ¿Recuerdas aquellos relatos que me diste para leer? No pude dejarlos. Hay muy poca gente que pueda invocar ese tipo de sentimientos en mí, pero tú puedes… -explicó Lauren.

Fue una corta y simple conversación, pero Camila recordaría siempre aquellas palabras de su amiga. Fue esa honesta valoración de su habilidad y su estilo la que creó a la autora que Camila llegaría a ser. Tres meses después de volver a casa, la joven había terminado su manuscrito titulado "Cameron".

La brisa del mar refrescaba las calurosas calles de la ciudad y las dos mujeres paseaban mirando los escaparates de las tiendas. Finalmente Lauren se dio cuenta del día que era. No podía creer que se hubiera olvidado, pero tampoco es que hubiera tenido aparentemente nadie con quien celebrarlo. Algo le llamó la atención y le pidió a Camila que la esperara al final del muelle. Volviendo a donde su amiga que estaba distraída observando las estrellas del cielo, Lauren le susurró al oído:

― Inclina tu cabeza hacia delante…

Camila hizo lo que le pedía y sintió los brazos de Lauren rodeándola alrededor del cuello. Sintió algo suave y frío apoyarse sobre la piel justo por encima del valle de sus senos. Mirando hacia abajo vio una larga cadena de oro de la que pendía un jade. Era de un suave color verde que se igualaba a los ojos de Lauren y estaba tallado en forma de corazón.

― Feliz Día de San Valentín, Hobbit². -le dijo Lauren suavemente.

Camila alzó el precioso colgante hacia la luz. ― Lern, es tan bonito... gracias. Pero yo no tengo ningún regalo para ti. -replicó Camila, volviendo su rostro hacia la artista.