Parte 23

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Lauren y Luna habían pasado un agradable día juntas. Desde que salieron de casa y tomaron algo para comer, habían pasado un par de horas más antes de irse de Laguna Beach. Lauren se dio cuenta de que Luna comenzaba a estar algo nerviosa e inquieta. La mujer mayor conocía ese sentimiento muy bien. Estaba acostumbrada a mostrar esa conducta y había aprendido a reconocerla como una señal de que su cuerpo, o su mente, o ambos, estaban ansiando la paz que las drogas podían ofrecerle.

Lauren llevó a la joven por el brazo hasta el estudio. El mobiliario de Luna no llegaría hasta dentro de un día o dos así que la artista sentó a la joven frente a su propia mesa de proyectos.

— Aquí, dibuja. -dijo Lauren con brevedad.

— ¿Que dibuje qué? -la miró Luna confusa.

— Es el momento para que dibujes lo que tengas en tu cabeza. No te preocupes por lo que parezca, sólo libera tu mente y tus manos. -Lauren alzó la cabeza de su propio bloc de bocetos unos veinte minutos más tarde para ver la cabeza de Luna volcada sobre el papel, completamente concentrada en su trabajo. La artista sonrió. Sin embargo, no había sido ella quien había tenido la idea. Camila había concebido el plan de sustituir una adicción por otra, una adicción destructiva por una inofensiva.

Eso estaría en la joven e iría con ella y Lauren sabía que tendría que mantener un ojo alerta todo el tiempo. No se madura de golpe, a pesar de que Luna lo estaba haciendo bien, y Lauren se figuró que aún le tocaría tomar el rol de niñera y canguro más de una vez. Todo esto se convertiría definitivamente en todo un examen para su paciencia con su propio trabajo de arte expuesto los siguientes seis meses.

Dame fuerza... -suplicó la artista a quien quiera que escuchara su petición.

* * * * *

— ¿Así que, conseguiste el nombre de la chica que estaba hoy en lo de Troy? -preguntó Lauren. Decidió romper algo de la tensión que había en el coche. Luna estaba más callada de lo normal, si era por los nervios o por la vergüenza, Lauren no podría decirlo. Recordaba lo increíblemente aterrorizada que ella estuvo al ir a su primera reunión de A.A.

— Sof, Sofía Estrabao… -replicó Luna. — ¿Lauren?

—¿Hmmm?

— No sé si lo sabes, pero soy gay… -dijo Luna nerviosa.

— Siempre me siento honrada cuando alguien confía lo suficiente en mí para darme ese tipo de información, Luna... ¿Sabes una cosa?

— ¿Qué? -respondió Luna.

— Yo también lo soy… -anunció Lauren con toda la fuerza que le era posible.

— ¡¿Qué?! -casi gritó Luna, pero tan pronto su cerebro tuvo medio segundo para pensarlo, le encontró sentido. De repente, en alguna parte de su mente, muchas cosas referentes a aquella mujer tuvieron sentido, pero Luna no podía comentar lo que estaba pensando, era sólo una intuición. — ¿Lo sabe mi madre? -fue todo lo que la joven pudo pensar en decir.

— Sí. -murmuró Lauren. — Tu madre lo supo cuando estábamos en la universidad juntas.

— Nunca me lo dijo. -respondió Luna.

— Bueno, seguramente pensaba que no era necesario decírtelo, mi vida personal no incumbe a nadie. -replicó la artista.

— Wow… -Luna sacudió su cabeza. — Creía que mi madre alucinaría si se lo contaba. Tú y ella no fuisteis... ya sabes…

— Eso no te incumbe, pero no. -respondió Lauren. — Tu madre ha sido siempre mi mejor amiga y nuestra relación siempre ha sido esa y será así siempre…

El Amor Es Ciego... (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora