Parte 51

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Estaban en medio de la gran habitación. Las puertas francesas estaban ligeramente abiertas y el sonido de las olas golpeando en las rocas se filtraba hasta ellas. Lauren tomó el rostro de la pequeña castaña entre sus manos y la besó una y otra vez. Camila encontró sus manos retirando la abierta camisa de los hombros de Lauren, deseando sentir la piel de la artista tanto como le fuera posible. Lauren dejó caer su cabeza, exponiendo su cuello a las caricias que los labios de Camila le otorgaban. Los ojos de la artista se abrieron y se encontró mirando directamente a la pintura de la pared.

— Camila... cariño... -intento decir Lauren.

Camila deslizó sus manos por la musculada espalda de la artista, soltando expertamente el enganche que mantenía el sujetador. Dejó que sus dedos se deslizaran por los hombros de Lauren, retirando los tirantes del sujetador y deshaciéndose de la prenda en un fácil movimiento.

— Preciosa... -murmuró Camila, besando la desnuda piel del pecho de la mujer donde nacían sus senos.

— Camila... cariño... -Lauren estaba casi sin aliento. —Necesitamos hablar...

— Mi amor, han sido dieciocho años... ¿no podemos hablar más tarde? -razonó Camila, abriendo los dos primeros botones de los vaqueros de Lauren.

— Es sólo que... -se detuvo Lauren intentando recuperar y controlar su aliento. — Hay algo en la habitación que puede ser algo vergonzoso cuando lo veas, y quería avisarte de que...

— Si es una muñeca inflable te prometo que no se lo diré a nadie. -Camila se detuvo para mirarla con un encantador brillo en sus ojos.

Lauren dejó escapar una gutural risa.

— Te has convertido en una mujer perversa.

Camila le sonrió, pero vio que la sonrisa de Lauren se convertía en un ceño.

— Cariño, ¿qué es? -Lauren giró lentamente a la mujer, dejando a Camila frente a la pintura. Apoyó sus manos en los hombros de la pequeña mujer, anticipando su negativa reacción. — Ok, Jauregui, ahora es cuando ella te dice lo pervertida que eres.



— Oh, Lauren... esta es la manera en que siempre había imaginado esa imagen. -dijo Camila sobrecogida.

Lauren soltó un audible suspiro de alivio, envolviendo con sus brazos a la mujer más pequeña y acercando su rostro a la piel de su cuello, dejando un sendero de besos hasta la oreja de la mujer. Acarició la sensitiva carne con la punta de su lengua, usando sus dientes para mandar un ramalazo de eléctricas sensaciones bajando por la espalda de la castaña hasta sus piernas.

— ¿Que he hecho en mi vida para merecerte...? -susurró Lauren.

Camila se giró dentro del abrazo de la mujer, apoyando firmemente su cuerpo contra el de Lauren hasta que la artista sintió que sus rodillas tocaron el comienzo de la cama. Con un suave empujón, Camila acomodó a Lauren en la cama, agachándose para continuar el contacto de sus labios.

Lauren abrió sus piernas y empujó las caderas de Camila contra ella hasta que la mujer estuvo entre sus piernas. La artista abrió el botón de sus vaqueros descubriendo el plano abdomen. Lauren dejó que sus labios y su lengua exploraran la piel, tirando de los vaqueros para lanzarlos lejos. Los gemidos de placer de Camila, combinados con la sensación de su piel bajo los dedos de la artista hicieron que Lauren estuviera a punto de explotar del orgasmo en ese mismo momento. Levantó la camiseta un poco más.

— Lauren... -Camila miró a la mujer que tenía bajo ella. — Ya no seré nunca más aquella niña de dieciocho años.

Lauren miró la expresión de preocupación del rostro de su amante y respondió con una brillante sonrisa. Se deshizo de la camiseta con un sólo movimiento.

El Amor Es Ciego... (CAMREN)Where stories live. Discover now