Parte 40

2.9K 227 4
                                    

— No puedo creer que ninguna de las dos haya dicho nada de mi corte de pelo. -dijo Camila mientras comenzaban a irse de la zona de equipajes.

— Es genial, mamá. -dijo Luna.

— Oh, sí. -añadió Lauren. La artista no se atrevía a decirle lo increíblemente preciosa que estaba realmente.

— Bien, juzgando por sus profundas respuestas, creo que dejaré pasarlo. -rió Camila.

— Oh, no mamá, de verdad que estas genial. -dijo Luna con más convencimiento.

— Umm, sip, estás preciosa, Camz. -Lauren intentó no mirarla fijamente.

— Actual, muy despampanante. -dijo Luna, parándose a admirar a su madre.

— Completamente impresionante. -añadió Lauren, aprovechando la indicación de Luna.

Camila las miró mientras Lauren y su hija intercambiaban una sonrisa cómplice.

— Oh, puedo ver que voy a ser superada por ustedes dos juntas. -respondió Camila.

No pudieron más que sonreír a la pequeña castaña. Camila apoyó un brazo sencillamente alrededor de la cintura de su hija y deslizó su propia mano dentro de la endurecida mano de la artista. Anduvieron, mirando alrededor, como una familia. Lauren sujetó fuertemente la mano de Camila con la suya y saboreó el dulce contacto. Camila no hizo ningún movimiento para quitarla y la artista supo que ella no sería la primera en romper el familiar tacto. Cogieron el equipaje de Camila y en unos momentos Lauren volvió con el Explorer, parándolo frente la entrada del aeropuerto para recoger a su amiga.

Lauren salió del coche para colocar el equipaje en el maletero, abriendo la puerta del copiloto para que Camila entrara. Luna lo observó con una brillante sonrisa al ver cómo cada mujer trataba a la otra. En su corazón la joven sabía que Lauren era atenta y encantadora con su madre. Se movían como dos personas que habían crecido acostumbradas al movimiento una de la otra. Cuando Lauren abrió la puerta a la madre de Luna, Camila se introdujo sin decir nada, como si este gesto le fuera normal cada día.

— Así que, ¿dónde me llevarán a comer? Estoy hambrienta. -dijo Camila para romper el silencio.

— Tú... ¿hambrienta? ¡Qué sorpresa! -dijo Lauren con un leve toque de sarcasmo. Antes de que la artista se enterara, Camila le dio un golpe en el muslo.

— Sólo llevo cinco minutos aquí y ya me estás tomando el pelo. -dijo Camila con un fingido suspiro de desdeño.

— Eso es porque me lo dejas fácil, Hobbit². -replicó Lauren con una risa, lo que hizo que la artista ganase un nuevo golpecito. — ¿Qué tal Simons? Salvo que tuvieras en mente algo más elaborado.


— ¡Oh, un Simon Especial, sí!. -Camila apoyó la cabeza en el asiento, disfrutando de la idea.

— Ewww. -dijo Luna desde el asiento trasero. — Voy a tener que ver a ambas comer esos asquerosos sándwiches, ¿verdad? -gruñó Luna.

Secretamente la joven estaba extasiada por la forma en que las dos mujeres se llevaban.

* * * * *


— Este sitio es maravilloso, Lauren, me encanta. -dijo Camila a la mujer sentada junto a ella en el sofá. — Lo has hecho muy bien, estoy orgullosa de ti. -añadió.

Las dos mujeres se quedaron hablando hasta tarde por la noche frente a la chimenea. Aunque oficialmente era verano, la noche era fresca, dando la excusa perfecta para encender el fuego. Luna hacía mucho que había ido a la cama. La joven no estaba realmente tan cansada como decía estar, pero sabía que sería bueno para ambas mujeres poder pasar cierto tiempo juntas.

El Amor Es Ciego... (CAMREN)Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang