Parte 37

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El timbre del teléfono sacó finalmente a Lauren de la cama, su mano se movió y arrancó el aparato de su base.

— Yea. -respondió la adormilada voz de Lauren.

— ¿Lauren? -preguntó la voz.

— ¿Quién eres? -preguntó a su vez la artista, despertándose totalmente.

— Emily, Emily Matthews... la madre de Corey.

— Emily, ¿qué hora es? -preguntó Lauren.

— Las dos de la mañana. Siento llamar a estas horas pero... -la voz de la mujer se rompió y hubo un momento de silencio.

— Emily, ¿qué sucede? -preguntó Lauren, sabiendo que a las dos de la mañana no podía ser nada bueno.

— Pensé que deberías saberlo... yo... bueno, como tu Luna y Corey eran amigas pensé que tal vez tú podrías decírselo. -divagó la madre de Corey.

— ¿Decírselo a quién? -Lauren estaba confusa.

— A Luna. Siento contártelo así, Lauren, pero mi hija murió ayer a la noche. -replicó Emily Matthews llorando.

— ¡¿Qué...?! ¿Cómo...? -Lauren pensó que aún estaba soñando y que era simplemente un mal sueño.

— Ella... ella salió ayer a la tarde con algunos de sus antiguos amigos y nunca volvió a casa. -Lauren escuchó mientras la mujer sollozaba silenciosamente. —La encontraron muerta por sobredosis… -Lauren escuchó sin comprender mientras la madre de Corey le explicaba el resto. Emily era enfermera, pero su profesional indiferencia no pudo disimular la profundidad de su angustia a la artista.

— Emily, ¿podemos hacer algo por ti? Lo que sea… -preguntó Lauren.

— Si Luna y tú pueden venir al funeral, pasado mañana en Westberry... Lauren, por favor, no dejes que Luna se derrumbe por esto, por favor, haz que comprenda lo que Corey hubiera querido. -suplicó Emily.

— Estaremos allí. No te preocupes, me ocuparé de Luna.  replicó Lauren. — Emily, no dudes en llamar si necesitas algo, o a alguien para hablar, ¿vale? -Lauren mantuvo el teléfono en la mano hasta que el fuerte sonido de la línea le llamó la atención. Dejando el teléfono en su base, giró sobre su espalda y dejó que cálidas lágrimas se deslizaran de sus ojos. Poniendo una almohada sobre su cabeza, golpeó con sus puños la cama, dejando que la almohada que cubría su cara amortiguara sus gritos de rabia por una nueva vida que no lograba salvar.

* * * * *


— Luna, cariño, despierta. -Lauren sacudió ligeramente el hombro de la dormida muchacha.

— Aw, déjame, Lolo... es muy pronto. -murmuró Luna bajo las sábanas.

Lauren sonrió levemente al oír el mote en los labios de la joven. Quince años más tarde y para oídos de Lauren todavía sonaba como la voz de la niña de dos años.

— Luna, ha pasado algo. Necesitas despertarte para hablar. -la artista dudó sobre si despertar a la joven o dejar que durmiera y decírselo a la mañana. Intentó recordar cuando ella tenía diecisiete. ¿Qué hubiera querido si su madre se hubiera encontrado en la misma situación?

Luna se despertó bruscamente. Alzando la mirada al rostro de Lauren se dio cuenta de los enrojecidos y llorosos ojos de la mujer. Intentó pensar rápidamente en qué podía causar que la estoica artista llorara.

— ¿Mamá?¡¿Mamá está bien?! -preguntó Luna alarmada.

— Tu madre está bien, cariño, no es ella. Vamos, levántate y lávate la cara para saber que estás despierta, después no vemos en el salón, ¿vale? -pidió Lauren.

El Amor Es Ciego... (CAMREN)Where stories live. Discover now