Safuan
El cuchillo atraviesa con delicadeza su piel tersa. Lo siento atravesar algo más espeso, lo que supongo que es el riñón. Su sangre, caliente, comienza a brotar por la apertura que acabo de provocar, mojando mis dedos. Las manos del joven entre mis brazos se aprietan en mi camisa y escucho un grito desgarrado seguido de un sollozo más allá de la puerta del cuarto de los niños. Escucho el susurro entrecortado del chico entre mis brazos.
— Jaz... Jazm... min... Jazmin...—
Reconozco el nombre de su hermana menor, y entiendo que la quiera proteger hasta el último aliento que quede en sus pulmones. Y lo respeto, los hermanos son sagrados.
Saco despacio la navaja de su costado, poco a poco, dándole tiempo a sentir cada pequeño rasguño que hace el filo en su trayecto atravesando su cuerpo.
Lo suelto y dejo que caiga de rodillas frente a mi. La chica se calla de repente y me mira asustada.
— P... Por favor— tartamudea dando pasos hacia atrás
— Ve a tu cuarto— ordeno en respuesta
Da un paso hacia atrás, mira a su hermano en el suelo, me vuelve a mirar, y corre por la puerta principal.
«Genial, ahora me tengo que dar prisa»
El cuerpo del chico se desangra a mis pies, me agacho sobre él y compruebo su pulso: aún sigue vivo, lo que causa que mi corazón revolotee en mi pecho anticipándose a lo que está por ocurrir.
Sonrío con suficiencia, y me acerco a su oído. Tendrá sus últimos segundos de gloria.
— Con Yan nadie juega— le susurro.
Lo coloco bien sobre el suelo, tumbado sobre su espalda, y coloco mi rodilla en su pecho, justo en el centro, sobre el esternón.
Él abre los ojos y me mira con horror, intuye lo que haré. Deshago la mascara que cubre mi cara, y dejo que me vea antes de morir. Sus ojos se abren más ante la sorpresa de reconocerme.
Presiono sobre sus costillas, poco a poco, hasta que escucho el crujido de la primera de sus costillas bajo mi rodilla, desde ahí comienzo a contar: una, luego otra, tres, y cuatro... Hasta contar las 14 costillas verdaderas, creando un vacío en su pecho, y hundiendo su esternón entre sus pulmones.
Una gota de sangre brota de su boca y oídos dejando una hilera roja en su trayecto al suelo: El joven acaba de morir
Desencajo mi rodilla de su pecho, dejando aún el agujero en el centro, comi valle entre montañas, y me pongo en pie.
Segundos después la casa ardía entre llamas con el cuerpo del traidor dentro. Meto mis manos en los bolsillos y camino tranquilamente lejos de ahí.
«¿Estará mamá despierta a estas horas?»
******************************************************************
Espero que lo hayais disfrutado
![](https://img.wattpad.com/cover/153962164-288-k48692.jpg)
ESTÁS LEYENDO
La chica de los guantes de boxeo
ActionSu piel es suave, aprieto su mandíbula entre mis dedos, deformando su boca. Pero una hilera de sangre roja ensucia su labio, bajando hasta su barbilla, donde quema mis dedos. Siento sus dientes apretarse, y un golpe en mi estómago me desestabiliza...