Capítulo 23

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Melek

Ángel sale corriendo por la puerta con Sulayman sin siquiera darme explicaciones ¿Qué habrá pasado? ¿A dónde irán a estas horas? ¿Será que le pasó algo a Safuan?

Voy a sentarme de nuevo en el sofá, cuando suena el timbre de nuevo. Corro a la puerta con la esperanza de que hayan vuelto porque era una falsa alarma. Pero al abrir la puerta la imagen que nunca en mi vida habría esperado, se dibuja frente a mi. 

Miriam, en todo su esplendor, de pie frente a mi puerta. No la recordaba tan bella. Su pelo ahora es corto y lleva un traje color crema de diseño, combinado con unos tacones no muy altos, y un pintalabios rosado. Tiene una caja blanca, medianamente grande, entre sus manos y la sujeta frente a ella, con firmeza.

Al verme alza una ceja y se yergue en gesto altivo y engreído. Exacto, tal y como la recordaba. Sonrío por la coincidencia. 

— Melek, cuánto tiempo.

— ¿Miriam? ¿Qué haces aquí? 

No voy a mentir, en cierta parte me alegra verla. Puede que por fin arreglemos los problemas que hay entre nosotras. 

— Vine a verte. Espero no molestar— su expresión sigue siendo la misma ¿Será que se ha operado y no puede cambiar de expresión?

— Sí, sí, bienvenida, pasa— abro la puerta para que pueda entrar.

Ella pasa, mientras mira a todos lados. Soy bastante maniática con la limpieza y con el tiempo Ángel se fue adaptando, hasta comenzó a tomar algunos de mis hábitos. Así que la casa está tan limpia como lo estuvo siempre. Por el contrario, sé qué evalúa: el diseño. 

— No parece que seas la esposa de un enorme y reconocido jefe de empresa— comenta

— Que lo sea no significa que tenga que comprar cuartos que no uso, ni tener dinero almacenado en un banco. Soy de las que viven la vida en momentos, no propiedades. 

Eso la hace fulminarme con la mirada, sé que eso últmo le molestó. En fin, ella se toma su libertad para sentarse sobre el sofá y cruzarse de piernas, dejando su caja a su lado. Su actitud altiva no desaparece. 

— ¿Quieres algo para beber? 

— No, no sólo vine a hablar un poco contigo sobre algunos asuntos— Clava su mirada por fin en mi. 

Me siento frente a ella y sonrío. 

— Si es por tu hija... — comiezo

— No, por mi hijo, y tus hijos. 

Eso me sorprende.

— No sabía que tenías un hijo

— Pues ahora lo sabes— Se acomoda en el sofá— y es lo que me impide seguir dejando que nuestros hijos se encuentren. Para mi es imposible.

— Te escucho— no puedo evitar la expresión de disgusto

— Necesitaba un abogado, y dejando a un lado mis problemas con tu esposo, fui a verlo— el mundo se tambalea a mi alrededor y mi corazón comienza a latir «Tranquila Melek»— Generalmente en California, pero los últimos encuentros los hicimos aquí en Carolina. Tengo muchos problemas con mi ex-esposo y ningún abogado quiso ayudarme. Por lo que Angel, aprovechando mi debilidad, me obligó a acostarme con él. Me prometió divorciarse y casarse de nuevo conmigo.

El suelo juega bajo mis pies. No consigo asimilar lo que me está diciendo. La veo como una culebra con cuernos. Consigo al fin tomar control de mi misma.

— ¡MENTIROSA! ¡FUERA DE MI CASA!— me levanto para cogerla del brazo, pero ella se zafa con fuerza y coge la caja, la abre y saca un pequeño papelito

— ¡Esto es el informe del médico! ¡Esto es lo que lo prueba!

Cojo el papelito de entre sus dedos con miedo, porque por la forma puedo intuir qué es. Es completamente negro y una figurita aparece en su centro, blanca y redondita. Está de 4 meses.

— ¿Te crees que esta situación me gusta? — baja su voz y vuelve a girarse hacia la caja. 

Las lágrimas se acumulan en mis párpados. Me ha mentido, me ha estado mintiendo desde hace no sé cuando tiempo. 

— Estas las tomé por si no cumplía con su promesa. Aquí tienes algunas conversaciones, y algunas fotos y vídeos que le hice, a parte de algunas grabaciones de cámaras de seguridad. Hay una en concreto que es de las de mi casa— me tiende un pen drive negro. 

— Este no es su hijo— pronuncio en un susurro, con miedo. 

— Haremos una prueba de ADN para corroborarlo— suspira con cierto cansancio— Tengo ya mi edad Melek, no estoy para andarme con éste y el otro. Es con Ángel que tuve mis últimos encuentros y puedes corroborarlo. 

— Mentirosa. 

— Haz lo que quieras.

La miro sin poder evitar que las lágrimas caigan de mis ojos ¿Cómo puede mentir tan descaradamente? Tanta es la rabia y el odio en mi que podría atravesarla con un cuchillo sin tener remordimientos. 

— Éste es Marlo, uno de los Narcotraficantes más buscados del mundo, que tiene residencia en Australia. Sulayman se encontró con él cuando fue de viaje de estudios y envió a su amigo a por una de las cargas de Cocaína destinadas a España que viajaron en vuestro avión privado, bajo tus maletas 

La miro sin entender lo que me dijo. La miro procesando toda la información que me está dando. 

«Marlo» Su voz suena lejana «Narcotraficante más buscado...» «Cocaína... Bajo tus maletas»

Miro lo que tiene entre los dedos, una fotografía ¿De qué? Lo que parece un hombre estrechándole la mano a Troy,  el mejor amigo de mi hijo.  

— Y la tercera, Safuan. No te explicaré nada. Aquí tengo algunos videos de él que te verificarán que es "trueno"

La miro con incredulidad. En serio me esta tomando por tonta.

— No, está claro que has perdido los cables. Los años te están afectando la cabeza. Te restan las neuronas— tiro las fotos sobre el sofa y le doy la espalda

— Si no me crees, míralo— deja el pendrive sobre la mesita donde yo pueda verlo— Y para darte más seguridad, me sentaré aquí— se sienta sobre el sofá y se cruza de piernas.

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Tan Tan Tan Taaaaaaaaaan, sé que la habéis echado de menos, Melekcita mi queridita. En fin, dejadme vuestro voto de amorcito y vuestro comentario. Las cosas se van aclarando y oscureciendo a la vez. Veamos quién adivina qué pasará (y el que lo adivine le dedico el capitulo siguiente)

Y hablando de cosas siguientes. Aqui termina la primera parte y comienza la segunda. 

Ah y sabrinaKadfi ha escrito "yo tambien" id a darle amor

La chica de los guantes de boxeoWhere stories live. Discover now