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»Berenice«

Escuché el timbre de la puerta y salté de mi cama como si se hubiera tratado de una bomba.

—Tengo que colgar —le dije a Álvaro, que estaba del otro lado de la línea.

—Por supuesto... —exclamó él soltando un suspiro dramático—. Las cosas serán así desde ahora... yo pasaré a segundo plano, Iker tendrá toda tu atención, te olvidarás de mí, cambiarás de celular y perderás mi número, olvidarás que te sientas conmigo en clase y me tendrás tan olvidado que ni siquiera me invitarás a tu boda.

—¡Madre santa, Álvaro! —Exclamé soltando una carcajada mientras abría la puerta de mi habitación—. Me sé tu número de memoria, y serás mi dama de honor, te lo juro.

—Quiero que mi vestido sea violeta.

—Con escote corazón —agregué y me relajé al escuchar su carcajada del otro lado—. Te quiero, Álvi.

—Diviértete Bere, te quiero.

Bajé las escaleras de dos en dos y guardé mi celular en el bolsillo de mi mochila. Vi a Iker parado en el umbral de la puerta hablando con mi padre. Al menos no fue Kara quien abrió la puerta, me acerqué a ellos y le sonreí a Iker, él parecía cansado, pero aún así estaba sonriendo.

—Diviértanse —dijo papá—. La espero a una hora razonable y en lo posible, sin quemaduras.

—Claro que sí, señor Gonzalo.

Subimos a su auto y nos pusimos en marcha, no empezamos a hablar de inmediato, lo que me hizo preguntarme si todo estaba bien. El parque acuático al que íbamos quedaba a cuarenta minutos aproximadamente, yo nunca había ido con otra persona que no fuera Álvaro, Kara iba de vez en cuando con nuestros padres, pero ella y mamá solían persuadirme para que yo no fuera, mi hermana una vez dijo que lo hacían porque no querían que las vieran en público conmigo en traje de baño, con el tiempo dejé de preguntar si podía ir.

—¿Te agrada Hellem? —Pregunté a mitad de camino, habíamos hechos comentarios sueltos sin ninguna importancia, así que era momento de crear una conversación de la nada—. Es muy bonita y parece simpática.

—Si aguanta a mi hermano eso es suficiente para mí —me reí por eso—. ¿Cómo van las cosas en casa?

—¿A qué te refieres? —Él se encogió de hombros, lo miré por un momento y luego fijé la mirada en el camino—. Mamá fue a la florería, Kara posiblemente pase el día en casa de alguna amiga y mi padre... bueno... creo que tiene planes con Hill.

—¿Hill?

—No me gusta referirme a ella como "su amante" —expliqué—. Vamos, sabes quién es Hillary, todos lo saben.

—No sabía que le pusiste un apodo —murmuró apenado.

—¿Sabes? —Dije mirándolo, él me correspondió por un breve segundo—. Coexistimos, me refiero a que... cuando tenía ocho años y me enteré que mi padre tenía otra mujer, no lo entendía. Pero creo que ahora es algo que está... allí.

—¿Quieres decir que ya no te molesta?

—Quiero decir que ya no es mi asunto, nunca lo fue. Por años tuve que ser intermediaria entre mis padres, tenía que evitar que mi madre le arrojara cosas o que gritaran y despertaran a Kara, porque ella lloraba como una Mandrágora —él guardó silencio—. No comparto el comportamiento de mi padre, ni lo justifico, ni lo apruebo, pero tampoco lo juzgo. Aprendí a no hacerlo, quiero decir, él nunca ha estado... ¿cuándo fue la última vez que lo viste en un festejo del día del padre? Exacto, jamás. Él ha estado ausente la mayor parte del tiempo aún viviendo con nosotros, así que... ¿si está tan lejos de ser parte de mi vida por qué debería afectarme que duerma con alguien más día de por medio? Le es infiel a mi mamá, pero al menos, y al parecer, no le es infiel a Hillary, llevan juntos diez años. Es curioso porque es más de la mitad del matrimonio de mis padres. Le he dicho miles de veces a mamá que lo deje, le supliqué, le imploré siendo un mar de lágrimas que por favor acabara con su sufrimiento, y el nuestro, y simplemente no ha querido. Sigue allí, una y otra vez, soportando su doble vida. No tengo idea de por qué, es una idiota.

Tan inevitable como quererteWhere stories live. Discover now