Tan inevitable como quererte

»42«

»Iker«

Berenice llevaba una semana sin hablarme.

Mandé mensajes que no respondió. Llamadas que no contestó. Visitas que rechazó.

Las ideas se me estaban agotando, y las excusas también. Era sábado por la noche y tenía a todos mis amigos sentados en el patio observándome con los ojos entrecerrados tirando conjeturas que me estaban volviendo loco. Al parecer, Berenice tampoco les había dicho lo que pasó.

—No aguantaste más de cinco minutos —dijo Liam como si esa fuera la verdad absoluta.

—Eres ridículo —acusé poniéndome de pie para buscar otra soda.

—Iker, solo dinos que mierda hiciste, tal vez podamos solucionarlo.

—¿Eso crees? —Dije mirando a Álvaro, me sorprendía que ella no se lo haya dicho—. ¿En serio creen que podrán arreglarlo? —Ellos me observaron expectantes—. Bien, tuve sexo con Larissa.

El silencio fue arrollador.

Se quedaron tan duros como estatuas, me pareció que ninguno parpadeó al menos por un largo minuto. No sabía qué más agregar, así que dejé que las cosas siguieran su rumbo, me acomodé en la silla de nuevo, abrí la lata del refresco y la empecé a beber, colaborando con aquel silencio que se estaba tornando incómodo. La música se escuchaba de fondo pero ni siquiera podía distinguir qué canción era, estaba pendiente de sus reacciones, esperaba que alguno dijera algo.

—Ni cómo solucionar eso —soltó Rey llevando las manos detrás de la cabeza—. La cagaste majestuosamente, es más, la cagaste profesionalmente... no lo sé, universalmente.

—Ya entendí —dije mirándolo.

—¿Qué tú, qué? —Masculló Liam apretando la lata hasta que el contenido se escurrió por sus manos—. ¡Dijiste que no te gustaba! ¡Dijiste que estabas enamorado de Berenice!

—¡Fue el año pasado!

—¿El año...? —Álvaro estaba entre confundido y enojado—. ¿Tu primera vez fue con ella? ¿Por eso no querías decírmelo?

—¿Cómo mierda acabaste en la cama con Larissa el año pasado? ¡La odiabas! —Exclamó Omar con la misma actitud que Álvaro—. ¿Qué mierda pasa contigo?

—No les diré lo que pasó, ni por qué, solo diré que pasó y si Berenice iba a enterarse alguna vez, no debía ser de este modo. Ella nos escuchó hablar y... maldita sea. No sé cómo solucionarlo, ¿de acuerdo? No responde mis llamadas, ni mensajes, me ignora cuando estamos en clase y cuando voy a su casa.

—Quiero golpearte —soltó Liam viéndome—. Te juro que jamás quise golpearte con tantas ganas como ahora.

—¿Y sabes si Larissa ha hablado con ella? —Preguntó Omar, entre todos, ya parecía el más calmado.

—Ellas no han hablado y no sé si eso es mejor o peor.

—¿Estás enamorado de Larissa? —Preguntó Liam de pronto.

—Por supuesto que no —respondí sin siquiera pensarlo.

—¿Volverías a tener sexo con ella? —Preguntó Omar.

—No.

—¿Te gustó? —Preguntó Rey, todos volteamos a verlo—. ¿Ahora resulta que eso no se puede preguntar?