-1-

93.6K 2.8K 879
                                    

(Reescrito)

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

(Reescrito)

Aclaración: Estoy haciendo cambios y correcciones de errores ortográficos, por ese motivo algunos comentarios hechos pueden desaparecer (yo no los borro) Dicho esto, disfruten la historia.

- ¿Estás lista para un nuevo comienzo?

No, en efecto no lo estaba.

Mi cabeza se había hundido en un mar de emociones y mi cuerpo actuaba por voluntad propia logrando que mi dedo índice dibujara garabatos sobre la ventanilla empañada sin control alguno. Pensaba en lo absurdo que había sido al aceptar esta propuesta envuelta en promesas inéditas, logrando que aceptara vivir con mi familia en una nueva ciudad, dejando todo lo que amaba atrás.

Tener tan solo diecinueve años y el conocimiento en saber que podía tomar mi propio camino me había llegado muy tardío.

Por simple curiosidad, por ansiar conocer otros rincones del país por ser solo vacaciones de verano, un nuevo hogar estaba esperándome. La noticia en primeras instancias me resulto prometedora, pero luego me cayó como un balde agua helada entender cuál era la situación actual. Estaba enfadada y angustiada. Había deseado quedarme en San Francisco mucho más tiempo, acudiendo a la universidad local con mis amistas de la infancia, pero la insistencia que mi padre imponía era tal que logró su cometido.

Mi hermana mantenía los ojos sobre la carretera aún húmeda por la pequeña llovizna que había comenzado a precipitarse esta mañana. Una de sus manos se situaba sobre el volante de felpa que ella había decidido colocar en su coche, mientras que con la otra sostenía su teléfono móvil. Supuse que estaba enviando mensajes de texto por el ruido de los pequeños golpecitos de sus uñas acrílicas en la pantalla.

Me había sorprendido su pregunta. Más bien, no me la esperaba para nada.

- No, no lo estoy - me acerque aún más a la puerta del acompañante y me apoye sobre ella mientras divisaba como los coches circulan a nuestro alrededor a una velocidad más acelerada. Sentía nostalgia al recordar que las cosas ya estaban cambiando a mí alrededor -. Si hubiera entendido a la primera que nos mudaríamos de ciudad no habría dudado ni dos veces en quedarme en San Francisco.

- Y... ¿Por qué no regresas? - Consultó simple, como si me hubiese dado una respuesta directa a mi molestia - Por como hablas parece que odias vivir con tu familia y no quieres saber nada con la universidad.

- No puedo hacer eso. Le prometí a papá que me quedaría por ahora - Respondí directa -. No quiero verlo mal o decepcionado, lo quiero mucho para fallarle.

El enojo y decepción que irradiaba se podía sentir por cada rincón remoto del coche, lo cual hacía sentir incomoda a Mia. Me sentía fastidiada, me negaba a comenzar una nueva vida lejos de lo que ya conocía y había construido.

Y aunque eso me convertía en una persona inmadura, no podía ocultar mis sentimientos.

- Sé que no te gusta la situación porque querías que toda la familia se quedara en San Francisco. Pero tienes que entender que estamos en Los Ángeles, una de las ciudades más famosas del mundo, por Dios - se alegró -. ¿Te imaginas encontrarte un famoso haciendo deporte en la playa o bebiendo un café en un Starbucks?

Arderás © ✓ (1) Where stories live. Discover now