Arderás © ✓ (1)

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(Reescrito)

– Aún no lo puedo creer.

La última clase del día ya había dado inicio y, nuevamente, Sky se hallaba en mi clase, acompañándome. A pesar del poco tiempo que llevábamos de conocernos, con cada plática podía asegurar que la confianza que se generaba había forjado una pequeña amistad.

– ¿Qué cosa? – consulta perdida en sus anotaciones.

– Que Dereck tenga un gemelo – esclarezco y la punta de mi bolígrafo comienza a golpear el pupitre sin descanso.

– Bueno, seguro lo aprenderás en las próximas clases, pero te lo puedo explicar – procede a observar la pizarra: ­– Los gemelos se forman cuando un mismo ovulo fecundado se divide en dos...

– Ya conozco cómo se originan los gemelos, Sky.

Cuando fija su atención en mi, ladea su cabeza.

– ¿Entonces? – colocó un mechón rebelde que le tendía sobre su rostro detrás de la oreja.

Temía que sus guantes de látex teñidos de una sustancia medicinal viscosa, ya que nos localizábamos en una clase de prácticas, se hubiera adherido a su sedoso cabello, por lo que me vi obligada a inspeccionar su pelo y corroborar que sus hebras estuvieran en perfecto estado.

– Cuando me hablaste de Dereck te olvidaste mencionar que tenía un gemelo – reclamo.

La miré por unos segundos y sus mejillas comenzaron a tornarse de un rosado oscuro.

– En realidad, cuando estaba a punto de decírtelo me interrumpiste diciendo que Dereck era un ególatra, ¿lo recuerdas? – Rebusco en mi memoria, pero niego al instante – También pensé que, como tuviste aquel inconveniente con Dereck, hablarte de Zack no sería lo mejor. Pero ahora que lo conociste, tengo la libertad de hablarte sobre los famosos hermanos Pierce.

– ¿Famosos? ¿A qué viene eso? – indago incauta.

– Famosos de tantas formas – Declaró –. En Belmont son los hermanos más deseados. Hermanos varones, para aclarar – con un paño mojado, intenta limpiar parte del pupitre donde las sustancias habían salpicado –. Pero a ellos no les interesa mucho tener esa reputación cuando tienen la mente centrada en sus propios asuntos – se despoja de sus guantes de látex y los arroja al cesto de basura a su lado –. Ambos son un par disparejo, como si uno representara el bien y el otro, el mal.

– Entonces las leyendas sobre los gemelos son ciertas – me asombro con sátira y Sky ríe.

– Solo es un decir. Dereck es lo que has visto en estos días: Es indiferente, un poco egocéntrico y malhumorado – divaga en sus pensamientos buscando otra palabra que podría describirlo.

– E irrespetuoso – agregue señalándola con la punta de mi bolígrafo.

– También – concuerda -. Pero – puntualizó – juega en el equipo de Fútbol Americano de la universidad. Y aun no lo has visto jugar. Es realmente bueno.