•COMPLETA• (editando)
Samanta creía que involucrarse con los gemelos más atractivos del campus universitario y enamorarse de uno de ellos solo sería una simple experiencia como cualquier muchacha de su edad. Sin embargo, jamás creyó que ambos la lle...
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(Reescrito) Parte 2/2
"El hombre es un demonio. El hombre es un Dios. Los dos son verdad."Elizabeth Gilbert
Cuarenta minutos transcurrieron, y el primer tiempo había concluido. Cuando mis intenciones se basaban en disfrutar del juego, en lo único que podía limitarme era en centrar toda mi atención en Zack. Cada vez que se removía en su asiento, mi cuerpo se alertaba y mis palmas segregaban humedad, prohibiéndome a gozar del partido y la rutina de las animadoras.
Sky, mientras continuaba devorando las palomitas dulces de su bolsa plástica, no se percataba de mi incomodidad, y solo centralizaba su atención en el gran campo de juego.
- ¡Mierda! - Chilló - ¿Se habrá lesionado?
Escapé de mi nerviosismo y luego de echarle un vistazo rápido a las gradas del equipo visitante, quienes se quejaban a los cuatro vientos, examiné la escena.
Un jugador adverso se hallaba tumbado sobre el césped, aferrando sus manos a su tobillo y no se contenía en lanzar alaridos de dolor.
Sus compañeros corrieron en su ayuda al igual que algunos jugadores del equipo de Belmont, y dos paramédicos circularon por el campo con una tabla espinal y un botiquín de primeros auxilios tras ser llamados por el árbitro.
Al mismo tiempo, en el centro del campo, los jugadores comenzaban a insultarse mutuamente.
- ¿Acaso están discutiendo? - Consultó Sky con la curiosidad brotando de sus ojos. Se inclinó con la intención de examinar mejor la escena, y unas cuantas palomitas de maíz se cayeron de su bolsa.
- No creo que decir ¨Maldito hijo de puta¨ sea un halago - expliqué con ironía.
Sky rodeó los ojos.
- Entonces si están discutiendo.
Entorné los ojos, oteando como ambos equipos emprendían a incitar una pelea.
Jugadores del bando contrario querían comenzar una riña, sin embargo, Dereck se interpuso delante de sus compañeros exigiéndoles con severidad que se detuvieran lo más rápido posible.
Gracias a su eminente figura logró empujar a todo su equipo en dirección a los bancos situados a metros de las gradas. A los segundos, había logrado un gran orden en los jugadores ya tranquilizados.
- ¿Cómo logró tranquilizarlos tan fácil? - musité en voz baja.
- Siempre tiene todo bajo control - Zack oyó mi pregunta, y replicó volviendo a tomar confianza.
- ¿Hasta para controlar a esos chicos que sobrepasan su estatura?
- ¿Acaso nunca lo viste controlar a esos gorilas de cerca?
- ¿Debería? - encorvé una ceja.
- No te lo recomiendo - chasqueó su lengua -. Algunos muestran sus problemas de ira en las prácticas, y Dereck solo ayuda a que se tranquilicen. Aunque, a veces, resulta herido.
