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Seguí caminando por todo el campus hasta ingresar al sanitario para luego, volver con Sky y retomar nuestras charlas sin sentido a base de alcohol

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Seguí caminando por todo el campus hasta ingresar al sanitario para luego, volver con Sky y retomar nuestras charlas sin sentido a base de alcohol. No me sentía de ánimos, deseaba correr hacia el coche e irme muy lejos, mirar las olas heladas del mar o simplemente, recostarme en mi cama como de costumbre.

Con cuidado, guardé la billetera de Dereck en el bolsillo trasero de mi pantalón y sin pensarlo dos veces, comencé a buscarlo entre la multitud embriagada. No había rastros de él por ninguna parte que mirase, hasta observé como Lyn aún se encontraba en la banca de piedra cruzada de brazos sin Pierce a su lado.

Me abracé a causa del frío y corrí hasta el paradero de Sky, quien aún seguía bebiendo y se encontraba mirando el móvil.

– ¿Por qué tardaste tanto? Estaba aburrida sin tí. – Preguntó con dificultad. Estaba realmente ebria por lo que me ví obligada a quitarle el vaso plástico de su mano a la fuerza y la escuché quejarse inmediatamente.

Aún sobre el banco, posaba el gran suéter abierto y no dude en colocarlo sobre mis hombros para sentir calor y satisfacción.

– Lo siento. – Fueron las únicas dos palabras que logré soltar, no quería comentar lo sucedido y mucho menos, recordar los detalles.

– No te perdiste de mucho – Contó y se cruzó de brazos – Un muchacho un tanto pícaro y bromista intento sacar a bailar a Lyn, ella se negó tantas veces que aquel chico recibió una cachetada, fue un buen espectáculo – Miró sus uñas y noté su mirada perdida – Luego dos muchachos se pelearon detrás de mí y casi me tumbaron, pero salí ilesa y lo célebre tomando más cerveza.

No me contuve y reí, no por el hecho de su relato, sino como lo estaba contando. El alcohol que tenía en sangre sobrepasaba los límites y predecía que en cualquier momento, ella vomitaria.

Seguí observándola, era un espectáculo andante y yo era la responsable de cuidarla, pero podía reírme de su estado por el momento, mañana tal vez no recordaría nada.

Su mirada se perdió entre la juventud, entre los bailes eróticos y el humo tóxico de los cigarrillos. Sobre una banca se encontraba sentada Mia observando a Ross con los ojos iluminados, manteniendo una postura natural y dejando que su cabello dorado sea trenzado por una de sus tantas amistades.

Sky solo se centraba en ese lugar, específicamente en sus ojos avellana, en su sonrisa resplandeciente y la escuchaba suspirar con anhelo, con cansancio y desilusión.

– ¿Alguna vez has estado tan enamorada de una persona que no dejas de pensarlo y siempre ronda por tu cabeza, pero eres consiente de que jamás vas a lograr estar él? – Soltó aquella pregunta repentina pero no respondí, sabía lo que estaba por venirse, por lo que me quedé callada y deje que se desahogara – Solo cuando ella se acerca a tí para decirte algo es el momento donde más lo aprecio, porque la veo. Recuerdo que en el campamento olía su presume en la tienda y me desvelaba, también estaba nerviosa porque comprendía que ella se encontraba a mi lado, tan dormida y serena, una pintura impecable, tan perfecta.

Arderás © ✓ (1) Where stories live. Discover now