en un mundo donde todo esta dividido por un jerarquía donde tu futuro esta puesto enfrente sin segunda opción.
Donde el omega solo levanta el trasero, tiene cachorros y amarra al alpha con la tentación involuntaria del celo o mejor dicho su cuerpo...
La familia Hiragi se reconoce por ser una de las familia con la sangre más fuerte entre todas con la generación de gammas más fuerte que todas las que se han visto antes, no tan reconocida por continuar el apellido si no el honor de su sangre.
Mi Mamá renuncio al matrimonio arreglado con uno de las alphas que tenían para el, renunció a su familia para estar con mi papá, Shinoa es la única de la familia que aún habla con el, pues es la misma que es la deshonra por ser tan débil.
Nunca me importó no a ver conocido a mis abuelos por esa parte por creer que yo era un error, pero ahora me da asco pensar que me quieran conocerme por la gran fuerza que han visto en la sangre que tengo, aún así les agradezco a la familia de mi padre, siempre me ha protegido de ellos y siempre les tendré un gran cariño, por protegerme de los castigos de mi padre o curarme las heridas que me hacia por pelear y así no preocupar a mi madre.
Aún así no podía quitar la mirada de odio en mi rostro al tener la obligación de estar en la alargada mesa de la familia Hiragi, con todos los que serían mis primos con la edad suficiente para opinar por un lado y por el otro mis abuelos por parte de la Familia Ichinose, por último y quien tenia mi más odio sin conocerlo bien era el alpha quien se encontraba sentado frente mio, el tal "candidato" que ofrecían con mucho orgullo mis abuelos por parte materna.
Crowley Eusford, el pelirojo sentado frente mio, separandonos sólo la mesa que se encontraba llena de platillos exquisitos, me miraba con fastidio o hasta arrogancia, pero no lo dejaba tan fácil, por encima de todo eso sonreía con amabilidad hacia mis abuelos maternos e "intentaba" sorprender a los demás presentes en la mesa, me parecía repugnante que este fuera el "gran candidato" que tenían para mi, siendo que el era uno de los principales autores por los cuales ahora debía usar ropa de manga larga para ocultar heridas de mis padres y no precuparlos, la escuela era buena y no podía renunciar a la oportunidad de entrar a la universidad siendo un omega.
- somos compañeros de escuela, nunca imaginé que mi prometido sería así- decía de una forma muy agradable, simpática y hasta contento ¿era un chiste? Me acababa de ofender y es como si nadie se hubiera dado cuenta.
- ¿Por qué no, querido? -hablaba mi abuela materna con mucho cariño- mi nieto puede verse descuidado y hasta algo desalineado, pero ya verás que cuando le toque su celo será el más codiciado además de su buena sangre, la belleza y el apellido es congenito - presumía su apariencia y cabello bien cuidado, siendo una alpha se veía esbelta, y como una mujer madura se veia mucho mas joven de lo que en verdad era.
- ¿aún no tiene su celo?¿cómo pueden estar tan seguros de que es omega y comprometernos? - jugeteaba con su cabello pelirojo con una sonrisa en sus labios imborrable y dominante.
-es algo familiar, Yuichiro de pequeño era muy gordo, y aún lo esta sólo que se fue formando con caderas y cintura como debe ser un omega para poder quedar preñado, además de su estatura, en nuestra familia es una tradición regalar un peluche al los recién nacidos, en la forma que lo cuidaba con el paso de los años revelaría más claramente su actitud - Esta me miro con arrogancia y algo de asco por intermedio se levantó de su lugar acercándose hacia mi asiento acomodando mi espalda pegandola al respaldo con algo de fuerza bruta, quitándome el cubierto equivocado de la mano y cambiandolo por el correcto para el platillo que servían- has muy mal acostumbrado a este cachorro, es como un perro desordenado.
Respire ondo esto ya era suficiente, golpee la mesa con ambas palmas levantándome de mi lugar.
- les pido perdón a mis abuelos paternos y a mis padres por levantarme de esta forma - me levanté empujando la silla hacia atrás seguido de quien se llamaba mi abuela para dirigirme hacia la cabeza de la mesa donde estaba mi abuelo materno- espero que usted no me decepcione de igual forma
Confesé dando una leve reverencia me retiré del salón
- Habrá que trabajar mucho para que sea un omega digno y más con esa horrible actitud. .- fue silenciada automaticamente cuando el ambiente se puso tenso al sentir las feromonas de enojo del alpha de la casa, fue obligada a regresar a su lugar nuevamente por el jefe de la casa Hiragi y por alguna vez pudo decidir algo en verdad.
- por una vez en tu vida cierra tu boca, ya te e oido hablar así por más de 30 años - sin decir ninguna otra palabra se levantó de su lugar caminando tras su nieto, dejando atónitos hasta a los alphas presentes por sólo el tono de su voz.
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Cada día todo empeoraba, cada día se le hacia más frustrante, nadie a su alrededor lo sabía pues nadie sospechaba la gran carga que tenía sobre sus hombros por la sangre que portaba, era cierto no todo era tan malo, cada día era obligado a tomar lecciones de comportamiento y aunque fuera cansador se le hacia entretenido poder aveces compartir tiempo con su abuelo materno, y para la familia era sorprende que se comportará tan amable con el, siendo que era el único nieto que nunca había conocido y quien sería su desonrra al ser la Unión de un matrimonio fuera de lo planeado.
Los estudios se hacían difíciles y cada vez me veía menos con mis amigos y después de esa cena como una "coincidencia" desconocida todos en la preparatoria se enteraron que yo Aún no tenía mi celo y eso no mejoró el bullying, tenía miedo de decir algo eso no arreglaría nada sólo sería peor y fuera de la escuela donde no tenían jurisdicción los maestros.
Llegaba más a menudo a ese pasillo desolado y por alguna razón nunca me topé con nadie del centro estudiantil y aún así más de una vez volvía hablar con ese chico que nunca me a dejado ver su apariencia era ingenioso las formas que lograba que no lo viera y aveces lograba mejorar mi día.
Evitaba lo más posible a Crolwey con la escusa de tener que estudiar cuando llamaban a todos los estudiantes para dar mensajes importantes y sabía que el estaría presente, ya era suficiente soportar estar en la misma mesa que el una vez por semana.
Ya habían pasado 3 meses e íbamos por la primera semana del cuarto mes, poco me quedaba de las pastillas que suprimian mis hormonas como feromonas, tenía miedo, de que llegara mi celo y me obligarán a dejar la escuela por casarme, de que me obligarán a algo que no quería, simplemente tenía miedo.
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