Capitulo 37.

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Unas manos intrusas se adentraron por debajo del delgado suéter de tono mantequilla, rodeando su torso el calor envolvente que parecía no querer dejarlo ir. Ese cálido cuerpo que se apegaba a su espalda siendo los brazos los cuales lo abrazan quienes no le permitieron seguir avanzando quedando a pocos pasos del final de la escalera para llegar a la terraza donde a través de los ventanales se podía ver cómo la gente se reunía en espera del momento.

— nunca será tarde para mi .. ¿cómo puedes hablar de esa forma cuando se trata de la persona que estará por siempre a tu lado? — tomó ventaja del escalón más abajo que se encontraba para reposar su cabeza en el hueco entre el hombro y el cuello del azabache donde pareciera que su rostro encajaría perfectamente. —

Un sollozo que se ahogó en la garganta del menor llamó lo suficiente su atención para alzar la mirada en dirección a el

— detente .. ¿qué no te basto el jugar conmigo ese año en preparatoria? .. — la voz del menor titubeó por un momento, cuando el rubio pudo distinguir el como su cuerpo se tensaba y sin darle tiempo a reaccionar era empujado escalones más abajo alejado del Ichinose — te esperan .. es el momento de tu aparición. —

El menor logro avanzar hasta la terraza cuando una voz quebradiza volvió a responder alertando a su cuerpo de una extraña sensación de angustia que lo recorrió.

— .. para ti ¿todo eso fue un juego ?.. ¿de que? ¿De si lograba follarte en el primer o segundo trimestre? .. ..¿solo eso logre expresarte? — el rubio jaloneo sus cabellos acomodándolos hacia atrás, sin dirigirle la mirada — todos estos años .. ¿eso pensabas de mi? —

— supongo .. que es lo que me obligue a creer .. no es como si hubiera tenido muchas opciones, estaba comprometido con 15 años y tú solo eras el alpha que las omegas adineradas se peleaban .. ¿por qué yo hubiera tenido el derecho a ilusionarme? — él omega se negó a seguir sollozando al retener sus lágrimas cerrando sus ojos con fuerza en un intento por ahogarse en el bullicio que se armaba a sus espaldas — yo siempre arruiné todo .. si no fuera tan débil .. tal vez sabría porque me es tan doloroso recodar .. pero tan inútil soy que ni siquiera soy capas de cumplir algo tan simple como eso .. tal vez si no fuera tan débil .. yo si podría ser feliz junto a quien quiero ser feliz .. tal vez no sería llamado aquí el anormal, como también me llamaban en la escuela .. solo tal vez ..—

— eres tú el que debe detenerse ahora — el rubio no tardo siquiera en llegar a un escalón de distancia del contrario, rozando la superficie de sus dedos con la suave mejilla del omega que retenía casi aguantando la respiración el llanto que quería salir, redondeando sus acalorados pómulos con su dedo pulgar ignoraba esos caminos salados que bajan por su propio rostro — no sirve de nada arrepentirse, ya que aunque llores por años de arrepentimiento nada se borrará y solo desperdiciarás valiosos momentos de tu vida donde pudiste crear recuerdos más valiosos de lo que perdiste, en vez de pensarlo como un tal vez, solo di que quieres hacerlo y hazlo .. si quieres amar a quien sea que amas, solo ámalo .. aunque solo hayan compartido una mirada alguna vez por casualidad o sea un viejo compañero de secundaria .. no importa nada de eso si tú lo amas. —

— ¿y que esperas que diga en ese momento? Cuando esté frente a esa persona y que espere después de todos esos años me siga amando como para correr a sus brazos como un adolescente que confunde el amor con el deseo carnal. — su mano se posó sobre la del rubio acariciando la cálida piel a comparación de sus frías manos, entre abriendo sus ojos para contemplar el desmoronado rostro de ojos zafiro — después de tantos años .. con un lindo y adinerado omega que te espera dispuesto a ti .. ¿aún vas a correr en busca de mi? —

En ese momento, que un impulso lo arrebató, con un recuerdo que solo impulsó a su deseo. Cuando sintió por primera vez el querer no arrepentirse después y solo cumplir un deseo aunque sea aprovechando una pequeña abertura donde se veía una posibilidad de triunfo, cuando ya no quiso ser quien espera a quien llega, si no también correr a los brazos del otro.

El rubio en ese momento no supo que hacer, como debía actuar, que debía seguir haciendo para ser el pilar de ese dañado corazón quien él había sido el primer causante. Sus pensamientos lo empezaron a atormentar con la rabia que el pequeño cuerpo aguantaba sus lágrimas, ¿como saber si era correcto continuar en este punto? Como saber si su amor intoxicaría aquel débil cuerpo que ya había pasado por su límite demasiadas veces como para soportarlo nuevamente, ¿él sería suficiente para regalar su amor correctamente? Para amarlo como tanto lo tenía merecido, como tanto necesitaba ser amado, para bajar la guardia después de más de 10 años donde nunca pudo rendirse, donde nunca pudo dejarse sentir amar, donde nunca quiso amar a nadie.

Con el repentino giro del menor sus rostros estaban a escasos centímetros y sus temores fueron nublados al sentir como el azabache por su cuenta bajaba sus defensas y se lanzaba a la zona de riesgo uniendo sus propios labios inexpertos con los del rubio, en una ligera presión que duraría menos de un par de segundos si no fuera porque aquella mano en su mejilla dirijo su camino por su cuello haciéndolo removerse inquieto, pero  sin alejarse se dejó guiar por el rubio. La mano del alpha reposó en la nuca del menor dando un suave masaje casi por instinto en el trozo de piel que aún se encontraba en blanco ignorando algunas marcas de hematomas anteriores, haciéndole soltar un suave jadeo que le dio libertad de entrar a su espacio bucal, guiándose por simples impulsos que ninguno de ellos logró espantar al esmeralda que parecía esperar por más.

No sabían cuánto tiempo había pasado cuando los brazos del menor rodeaban el cuello del Tepes jalando de esos cabellos dorados, se vio arrinconado en la escalera de la pequeña terraza con la sutil adrenalina que llegó a recorrerlo por unos segundos al pensar que podían descubrirlos, ignorándolos cuando inseguridades se formaban en su mente, con sus labios mordisqueados y jugueteando por primera vez que su cuerpo lograba estremecerse con solo disfrutar como esas manos recorrían sus espalda por debajo de la camisa. Y sin darse cuenta el dulce sabor se volvió salado al abrir sus ojos encontrándose a sí mismo llorando al aferrarse a ese gran cuerpo.

— ¿que ocurre? — el rubio separó sus labios sin despegar su cuerpo al del azabache, como si sus toques se volvieran tan suaves y empalagosos como para aferrarlo a él. —

—. . explícame .. porque nada termina bien al estar junto a ti .. si lo único que quiero es estar a tu lado. — las lágrimas corrían por su rostro con esos labios color cereza de tanto morderlos que mostraban una clara sonrisa. — ¿en verdad crees que podrías ser feliz conmigo?

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If You Were Here. Mikayuu.AU editando Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt