Capitulo 35.

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El delgado cuerpo del Ichinose menor era cargado en los brazos de su padre, que de tanto llorar había quedado exhausto, siendo depositado en el asiento trasero del auto y tapado con la chaqueta del traje que llevaba intentando hacerlo sentir protegido con su aroma.

— por favor, recapaciten de él porque hacíamos este tratado, para mejorar la relación que había sido dañada años atrás ¿lo vamos a empeorar así? — la cabecilla de la familia Eusford se mantenía insistente en perseguir al Ichinose mayor, y antes de que pudiera ir tras el nuevamente un viejo alpha posó su mano en el hombro del alpha de la familia enemiga. — Hiragi .. por favor has entrar en razón a tu yerno antes de que cometa una idiotez cómo está —

— Guren, ¿Shinya ya lo revisó? — ignoró por completo al Eusford que insistía como si no se hubiera dado cuenta de la situación.

— tiene sus rodillas rastrilladas casi por completo, además de grandes moretones en su abdomen. . .Esta muy lastimado, Hiragi — hablo con cierta impotencia en su voz y arrugando su entrecejo con cierta frustración al no a ver hecho nada antes de que todo esto ocurriera.

— ¡por favor actuemos como adultos y hablemos las cosas! Seguramente mi hijo tiene la explicación para todo esto, como que se cayó de la escalera o algo así .. Hiragi, escúchame .. — iba a colocar su mano en el hombro del más viejo, que no duró ni un par de segundos antes de que fuera apartada de un golpe limpio que siquiera lo dejó reaccionar.

— sabes perfectamente que esa clase de heridas no se hacen por una caída de esa clase, teniendo un cuerpo tan frágil se hubiera lesionado quedando en el hospital donde la familia directa tendría que cuidarlo, y si mi nieto asegura que no le permitía tener un celular no creo que le permitiría salir. Cállate de una vez o ¿quieres que nuestra relación en verdad caiga por debajo de la absoluta decencia? —.con su esposa ya muerta debía tomar el mando de la familia que ella manejaba y no tener siempre solo en su vista los planes para las industrias que manejaba a su nombre. — no hare más negocios con usted, señor. Por favor ahora deje de fastidiar a mi familia. —

El azabache abrió sus ojos bastante cansados, escuchando la discusión que se armaba a pocos metros de donde estaba, en su mente ese momento se repetía una y otra vez torturándolo al removerse ansioso con esos escalofríos que lo recorrían.

(...)

Su madre lo hizo entrar a la cocina donde la mucama de la casa se encontraba con un gesto muy arrogante y de asco hacia el azabache que aferrado a su madre se sentó en uno de los bancos que rodeada la pequeña isla en el centro de la cocina, pocos minutos después entró Mitsuba con su pequeña en brazos que al levantarse temprano por la emoción terminó quedándose dormida después de toda la conmoción, la alpha de baja estatura y largos cabellos rosados quien era su madre la acompañaba, preguntándole a la madre del azabache del como se encontraba y pidiéndole privacidad a la chismosa mujer que trabaja para esa casa que con desagrado siguió la orden de su superior.

— nunca espere que esto ocurriera—. La mujer de ojos escarlata acarició la espalda del menor en la habitación, quitándole el velo y soltando su cabello azabache en un intento de verlo más cómodo.

— iré a buscar sus cosas .. no dejaré que duerma ni una noche más en este lugar, por favor cuídelo, se que sabrá que hacer.. — el albino de ojos celestes le regalo una mirada con seguridad a la mujer para dejar un último beso en la mejilla de su único hijo antes de adentrarse en la vivienda en busca de la habitación correcta.

El menor se quedó en silencio, dándole tantas dudas del porque su madre era tan cercano con la de ojos escarlata, pensando por un momento qué tal vez era por la amistad que llevaba con su hija menor aunque llegaba a ser algo absurdo por la poca convivencia que alguna vez llegaron a tener, aunque no tuviera sentido por alguna razón no se le hacía extraño, su vista solo fue despejada del suelo cuando la puerta de la cocina fue abierta nuevamente al adentrarse un rubio que tomó en brazos a la pequeña que sería su sobrina jugueteando con esta.

— bueno, me llevo a Mai, debe comer algo y aprovecharemos de buscar a papá ¿si? — dijo lo ultimo hacia la niña dirigiéndose a la alpha de cabellos morados llamada Shinoa.

— está bien .. por favor .. distrae a.. — la rubia asintió con suavidad sin siquiera tener que saber el nombre de quien se dirigía.

La de ojos escarlata dirigió una mirada a su primogénito, con una sutil sonrisa sentándose en el banquillo al lado del azabache acariciando sus cabellos.

— iré a ayudar a tu madre .. supongo que conoces a mi hijo, te dejo a su cuidado ¿si?—  le regalo una dulce sonrisa al azabache acariciando su mejilla salió de la cocina por el mismo camino que había tomado el albino.

Yuichiro intentó regular su respiración sobando su cara del resto de lágrimas que quedaba en esta e intenta ignorar el deseo que tenía por observar al rubio como si fuera algo nunca antes visto, aquellos azules ojos como ningunos otros y aquellos rubios cabellos, aquel rostro y cuerpo que había madurado tanto para ya en verdad reflejar el cómo es un alpha al contrario de él que continuaba igual o peor de cuando se empastillaba  a más no poder en su adolescencia.

— bueno ... hace años que no nos veíamos .. — su mirada detonaba un desamparo en su interior, intentó con cierta frialdad el formar una sonrisa en esos maltratados labios de tanto morderlos por esa ansiedad que lo hacía sentirse vacío — .. creo .. que lo que pasó la noche que me fui .. tú¿lo recuerdas ..?

El azabache se vio sorprendió por su extraña conducta alzando su mirada al rubio, que estando en un ambiente estable se podía ver cómo bajaba la mirada, tensando su cuerpo a tal punto que llegaba a parecer que todo él temblaba si lo mirabas con mucha atención, apretando sus puños, con su entrecejo arrugado y mordiendo su labio inferior como si en cualquier momento fuera a desgarrarlo, que en poco minutos después se vio como una gruesa gota de sangre corría por su mandíbula cayendo al suelo.

El azabache con algunos rastros de maquillaje entre los recorridos de las lágrimas que reflejaban lo destrozado que se encontraba, acercándose a él en total silencio quitándose los incómodos zapatos que le daban más altura, se asomó en la mirada del rubio dándole una ventaja su diferencia de altura para poder ver su rostro desde abajo. Tomó en un sutil roce su barbilla para alzar su mirada y como si hubieran retrocedido 14 años atrás vio en el reflejo de unos ojos azules una dulce sonrisa que regalaba él esmeralda con unos ojos cansados que le daban tranquilidad inesperada para todo el dolor que demostraban cuando por estos aún corrieran lágrimas, limpiando la sangre sin importar manchar aquel horrendo vestido blanco y rozando su pulgar por sus labios lastimados, a escasos centímetros del contacto entre los dos rostros.

— como olvidarte después de tantos años —  decir ese simple susurro que sus ojos esmeralda llenaron de una total calma esa ira prepotente que invadió el cuerpo del alpha de ojos zafiro.

Y en ese momento el rubio pudo sentir una llama arrasar en su interior, esa llama que se encontraba casi inexistente en aquel espacio que nadie podía llenar, recorriendo en un cálido escalofrío por su cuerpo, lo hizo saber que el azabache no solo se refería a ese tiempo en preparatoria.

(...)

Cuando un arrasador cosquilleo lo inundó y una suave calidez lo envolvió apretando su corazón al formar una sonrisa de pura alegría en su rostro.

If You Were Here. Mikayuu.AU editando Where stories live. Discover now