Capítulo 17.

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-- ¿¡que haces?!¡sueltame! — dos alphas se encontraban en la habitación cerrada por dentro, uno de cabellos rojos y otro de cabellos rosados, peleaban a rastras en el suelo.

El de cabellos rojos que parecía mayor al tercero mantenía sujeto al azabache hasta que el más bajo empezó a dominar la pelea no le quedó otra opción que soltarlo y el menor no dudo en aprovechar en el momento.

Se arrastró como pudo hasta la puerta que estaba siendo forzada por un grupo de betas y el Delta que estaba a cargo de estas situaciones, con su último respiro quito el seguro de la puerta dejándose caer al suelo soltando feromonas de una forma inconsciente, su omega dominaba el momento queriendo ir hacia los alphas con necesidad que peleaban por el, fue detenido por unas betas que lo sostuvieron, entre gruñidos y berrinches del omega por ser llevado a la enfermería, mientras los demás se encargaban de la pelea.

El omega se retórica y soltaba gemidos agudos en busca de un alpha que lo ayudará, era su primer celo y su gamma interior se había liberado por completo con un celo retenido por demasiado tiempo, la necesidad que sentía lo hacia tener asco de si mismo.

Sus pantalones se sentían húmedos y sentía un vacío que hacia estrugar sus ropas, apretaba sus piernas y se frotaba como podía- has que se detenga. ..  ¡por favor! -  le rogaba a la enfermera que está cerraba cada ventana y puerta del lugar

- Perdóname cachorro, no puedo darte nada en tu primera etapa de calor -La enfermera acariciaba sus cabellos con cuidado y el azabache se aferraba a ella.

En la puerta se escucharon unos golpes desesperados alertando a la mujer, corrió hacia la puerta viendo a un René desesperado por su ayuda - ¡espera un momento, iré por los tranquilizantes!

La enfermera tomo las cosas de los cajones con nervios a flote, antes de salir me miro por un último momento - te deje más hielo a un lado y agua por cualquier cosa, ten mucho cuidado pequeño-

Me tape por completo con las sábanas reposando el paño mojado sobre mi rostro acalorado ¿todo esto era necesario? Simplemente quería renunciar a todo esto.

Me tape por completo con las sábanas reposando el paño mojado sobre mi rostro acalorado ¿todo esto era necesario? Simplemente quería renunciar a todo esto

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Mis ojos se abrieron al sentir un nuevo aroma presente en la habitación, me escondi por completo bajo las sábanas dejando solo mi cabello expuesto.

Empeze a sentí suaves caricias, me hacia encojerme en mi lugar por el tacto, un escalofrío recorrió toda mi espalda.

Un peso más se unió sobre la camilla, de a poco y con bastante paciencia iva quitando las sábanas de sobre mi rostro, mi cuerpo se tensaba temblando ligeramente al a ver soltando un suave gemido por su tacto.

-¡alejate! - empuje al otro cuerpo que estaba en la camilla al suelo sin darme cuenta hasta escuchar como se quejaba

-¡Yû chan, Idiota!¡eso dolió! - dijo entre quejidos

Quite las sábanas con furia haciéndolas caer al suelo y dirigirme a el - ¡tu eres el idiota!¡no me digas así!¡nadie te dejo llamarme así! - le lance la almohada con la fuerza que podía en ese momento.

La almohada sólo callo en sus piernas, sin hacerle ni daño mientras el rubio en el suelo aún se quejaba

-¡sal de aquí!¡ te dije en la fiesta que no te acercarás más a mí! - mi voz no salió tan fluida como deseaba pero hacia un esfuerzo tremendo porque mi omega no se le tirara encima.

El rubio acariciaba la partes de su cuerpo aún adoloridas, intentando levantarse del suelo fue empujado nuevamente por el azabache al acercarse demasiado.

-¿por qué te vez tan calmado? - el azabache se envolvió en las sábanas tomando una posición elegible para estar atento a los movimientos del rubio.

- ¿quién dice que estoy calmado? - el rubio hablo con total seriedad cruzandose de brazos sus puños apretaba sus ropas disimuladamente, apoyandose en la camilla vacía.

El azabache temblaba, y bajo las sábanas sus piernas se frotaba ligeramente un tanto desesperadas, su cuerpo buscaba calor e inconsientemente peñiscaba sus brazos.

Su cuerpo no aguantaría mucho, se notaba como retenian su respiración y se ahogaba en si mismo con un tanto de dolor, el Rubio frente a el desprendía un aroma muy reconfortante y delicioso que lo hacia babear internamente, no debía caer en los impulsos, pero ya estába renunciando a esos pensamientos.

Mikaela no ignoraba el dulce aroma que desprendía, ya lo conocía de hace años pero al percatarse de la incómoda situación del menor comprendía con más delicadeza, intentando quitar cualquier impulso sexual de su alpha, veía el miedo en los ojos del azabache y sinceramente eso no le exitaba para nada, sí, se veía el deseo en su cuerpo pero no eran sus verdaderos deseos de un Yuichiro consciente, menos en una escuela donde los años más grandes son la mayoría sólo alphas, no era lastima, ni pena, por alguna razón me sentía frustrado al verlo así.

Era verdad mi alpha estaba en celo controlado con supresores, pero por alguna razón el aroma del azabache estaba haciendo pasar el efecto de las píldoras, por un momento regrese a la realidad con un golpe de feromonas.

El de ojos esmeralda apretaba sus piernas con desesperación, su rostro se encontraba totalmente acalorado al punto de no poder abrir sus ojos por completo, se veía  desesperado,  haciendo que mis labios soltaron un gruñido inconsientemente que hizo temblar al menor.

- ¡ah!  .  .. perdón Yuichiro - se tapó la boca con ambas manos al ver la reacción del contrario.

- . .  So,  ..  solo vete - respondió para luego ocultarse nuevamente, la presencia del alpha sólo empeoraba la situación y su omega se hacia más insoportable

Esas palabras por alguna razón le dolieron, ¿en verdad creía que lo dejaría sólo en esa situación?.

Con mucho cuidado avanzó unos pasos sentándose en la camilla donde se encontraba el bulto de sábanas llamado Yuichiro, acariciaba con cuidado lo que sería su cabeza hasta que unos ojos que lo observaban se asomaron bajo las cubiertas, con mucho cuidado en su toque acerco el pequeño cuerpo hacia el , envolviendo sus brazos a la altura de su cintura se aferró al pequeño cuerpo posando su cabeza en el hombro del azabache, aspiro ese agradable aroma, cerrando sus ojos al sentir como el de ojos esmeralda se sentaba en su regazo, siendo rodeado su cuello y su cabeza era ocultada en el cuello del rubio.

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Puede que haya cambios si es que algo no me convence por completos.
Espero que les haya gustado.
Este capítulo siento que fue algo extraño, por lo que hago esta advertencia.

Chao

If You Were Here. Mikayuu.AU editando Where stories live. Discover now