Capítulo 26.

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Las clases continuaban para ambos como era cotidiano, las  conversaciones entre el rubio y el azabache se hacía algo más común, terminando así que los dos se buscarán mutuamente en la hora del almuerzo.

En las reuniones del consejo podían notarlo más relajado, no se quedaba hasta muy tarde como era ya costumbre y algo sorpresivo para algunos de ellos lo veían usar su celular que ni siquiera sabían que tenía, sonriendo como embobado o riéndose solo.

Los días corrían con velocidad, pero el tiempo juntos pasaba tan lento al disfrutarlo de una manera que no se olvidaban de recordar ningún detalle, los roces de su manos que lograban pasar de vez en cuando, los juegos ridiculos, las discusiones infantiles, los simples tiempos que se mantenían en silencio sin lograr pasar ninguna incomodidad, simples caricias que ya no era el rubio el único que las brindaba de vez en cuando, las caminatas fuera del ámbito escolar, y el salir a lugares junto amigos que ambos compartían como también solo gustos que como pareja de "amigos" compartían, nunca llegaron a comprender el como había avanzado tanto en un par de meses.

O era lo que soñaba el rubio cada noche, era lo que deseaba que ocurría todos los días que tenía que levantarse después de tan magnificas noches junto a esos bellos sueños, la realidad no era tan parecida a como deseo.

Sus miradas más de una vez se encontraban al cruzarse entre los pasillos, más de una vez se toparon pero ninguno dijo ninguna palabra, lo observaba llegar más temprano de lo común y al irse se iba apresurado sin siquiera lograr alcanzarlo para intentar aclarar las cosas. Este extraño comportamiento se vió días después del "accidente" ocurrido con Crowley, se podía notar como lo evitaba y el que pareciera que escapara siempre de algo solo me da mas razones para crear teorías.

Lograba ver su expresión llena de asco al ser arrastrado cerca del cuerpo del pelirrojo, siempre intentaba verse ocupado o como si tendría que juntarse con alguien intentado reducir lo más posible a estar cerca del cuerpo del mayor. Más de una vez lo vi con alguna herida que intentaba ocultar a toda costa, más de una vez llego con vendajes en variadas partes de su cuerpo y como si le hubieran arrebatado su confianza que más lo reconocía volvió a ocupar ese grueso collar anti-marcas.

Mis puños se apretaban entre sí enterrando mis uñas en las palmas de mis manos, mi alpha interior ardía de ira pero no podía hacer nada por acercarme, me mantenían amenazado, tanto parte de mi familia como la familia Eusford, parecía que poco sabía mi padre, el como nos habían traicionado o algo extraño planeaba a escondidas de la familia.

Tantos recuerdos pasaban por mi cabeza, el bailar a su lado tomados de las manos, las cientos de miradas que cruzaban, su aroma tan intenso que hacía todo lo posible por mantenerse cuerdo cuando llegaba a él, su calor, su voz, sus palabras, cada paso que dio a su lado, y cuantas veces lo había salvado, pero lo último él no lo veía así, solo creía que empeoraba todo lo ocurrido cada vez, se echaba la culpa por cada marca o herida que estaban sobre su piel, la frustración en su pecho solo crecía más, pero nadie lo notaba solo querían los beneficios que les regalaban al estar a su lado, nadie en verdad se preocupada.

Sus pensamientos lo atormentaban, al punto de encogerse de hombros en su lugar, solo quería llorar como un niño pequeño hasta quedar con hipo y que ni siquiera pueda respirar con regularidad, por su mente solo pasaba las absurdas ideas de que el menor nunca le tomó atención a todo lo que había pasado a su lado, cada vez que lo miraba era como si mirara un desconocido, como si nunca se hubieran tomado de las manos, como si nunca le hubiera dedicado su amabilidad y total atención, como si fuera la primera vez que lo miraba valiendo menos para el que un desconocido al otro lado del mundo, le dolía demasiado haciendo a sus ojos cristalizarse.

Las clases terminaron al instante que se escuchó el timbre sonar y antes de que el profesor enfrente del salón terminara de hablar, se levantó de golpe tomando sus cosas ordenadas con anticipación, sin responder ni detenerse a las palabras de su profesor solo te retiro casi corriendo por los pasillos intentó no romper sus propias reglas solo su paso se hizo más rápido caminando con la mirada baja entre los demás estudiantes, ignoró todo aroma inapropiado de cualquier omega, todo gruñido desafiante de algún alpha, las palabras de sus compañeros del consejo estudiantil o algún "amigo" que se le cruzó.

Días después se daría cuenta, que desde el viernes durmió y no despertó más hasta un lunes por la mañana, donde no asistió a clases porque nadie logró despertarlo, tampoco es como si se hubieran dado cuenta, su madre con el trabajo que la ocupaba gran parte del día, y nadie de la servidumbre se atrevería a entrar a su habitación sin su permiso confirmado a voz alta. Esa mañana al abrir sus ojos no sintió nada, ningún aroma pudo perturbar su calma que con el paso de los minutos se volvió desesperante, su alpha no abrió sus ojos a la par de él, solo continuó su profundo sueño con un final indefinido hasta mucho tiempo después, pero el sin tener aún la forma de saberlo.

Solo siguió una rutina que con mucha disciplina de parte de su padre aprendió de memoria, refrescando su rostro con agua fría vio en su reflejo las pesadas ojeras que cargaban sus ojos, y bastante marcadas para todo lo que había dormido, su cabello reseco y su piel más pálida de lo acostumbrado, ya no lograba sentir nada.

Se vistió lo más rápido posible, no tenía tiempo para una ducha, y como nunca sacó su empolvada bicicleta que se encontraba olvidada en el jardín, al ya estar por las calles tomó la mayor velocidad que lograba manejar, al estar pasado de la hora a la que la mayoría de los estudiantes entran a Clases las calles se encontraban vacías facilitándole el llegar a la escuela en un tiempo Record.

Al ser su primera falta en el año le dejaron entrar a la institución, el profesor no le permitió entrar a lo que restaba de la primera clase solo quedándole esperar a que tocara el timbre para el receso, el silencio solo alimentaba su somnolencia, caminando hacia los baños para mojar su rostro, siendo interrumpido por una discusión que ocurría en estos mismos solo pasó por el lado de los presentes para poder llegar a los lavabos y cumplir con su misión.

Los insultos constantes que iban hacia el de parte del pelirrojo presente ya le fastidiaron, sin pensarlo mucho su mente lo menos que consideraba en ese momento eran las consecuencias de sus acciones, no importaba lo que hiciera de igual forma su futuro ya estaba hecho y su padre haría lo que fuera para que se cumpliera, ni siquiera pestañeo al golpear con toda su ira retenida el rostro de quien creía que alguna vez fue su amigo.

- ¡ya deja de llorar en las piernas de tu papi para que amenace a mi madre!¡te dejare sin dientes si vuelvo a escuchar una amenaza de parte de los Eusford!

-¡maldito hijo de perra!¡tu eres el que toca demasiado a mi prometido!¡tu interrumpiste cuando iba a marcar lo mío!¡yo al menos tengo educación y una esposa asegurada!¡No estoy como tú!¡rechazado y hecho un asco! quien lo diría del "alpha más codiciado"

- entonces . . No creo que te importe que esté comprometido con él omega del que tanto me hablabas desde secundaria, ¿o si?

Retrocedió evitando el impacto del golpe contra su piel, chocando su espalda contra uno de los muros se giró sin quitar los ojos de sobre su oponente, cualquiera podría sentir lo enojado que estaba el pelirrojo o como estaba totalmente sumido en sus instintos, no regresaría ningún golpe solo quería detenerlo, ya tenía suficiente.

Ya fuera del baño logró empujar al pelirrojo al suelo sentándose en su espalda sujeto sus brazos esperando que llegara René o uno de ellos, que ya se acercaban desde el fondo del pasillo. Solo cuando le inyectaron los tranquilizantes y se lo llevaron logró sentir el dolor de los golpes que lograron alcanzarlo, tocando la zona donde sentía el impacto escuchó esa voz tan tímida diciendo su nombre.

- Mikaela.. gracias por- fue interrumpido el azabache.

- no lo hice por ti, se me había olvidado que estabas todavía en el lugar. - hablo el rubio sin dirigirle la mirada al omega. 

En ese momento no podría adivinar en la profunda oscuridad que caía, llena de tristeza que solo hacía ganar más fuerza a su frustración alimentada diariamente, como su corazón solo latía porque era lo único que podía hacer.
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If You Were Here. Mikayuu.AU editando Onde histórias criam vida. Descubra agora