Capítulo 26

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Acabo de llegar a su casa, al parecer la fiesta es en el patio trasero. La música se oye desde que entré en la calle, incluso hay luces que explotan en destellos neones, no esperaba menos de Miguel.

—¡Hey, llegaste! —dice Miguel colocando botellas en la mesa cuando entro en la cocina.

—Claro, ¿me prestas tu cargador? —He dejado el mío en casa, nunca llevo muchas cosas cuando voy a fiestas.

—Está en el cuarto de Andrés, y de una vez checas que esté dormido. Ese es el único cuarto que se mantendrá sano esta noche.

—Vale.

Esta casa tiene varias habitaciones vacías. Los padres de Miguel murieron hace mucho, Astrid se hizo cargo de todo desde muy temprano. No sé qué les pasó y creo que nunca voy a preguntar.

Debe ser bien difícil armar un desmadre con un niño de cinco años en casa. Lo pienso porque se meten a tener sexo en las habitaciones y la última vez Astrid estaba furiosa porque terminó limpiando semen en el suelo de su habitación. Ya ven que no exagero cuando digo que las cosas se ponen muy locas.

—Duérmete —dije mientras conecto mi celular.

—No puedo dormir, Tío Ariam ¿Me cuentas una historia? —pregunta Andrés sentado en la cama.

—Había una vez un pollito, levantó la pata, levantó la otra, y se cayó. Fin. Ahora a dormir —dije cerrando la puerta mientras que él en una risita se volvió a acostar.

Siempre he sido odioso con él pero parece que le agrada. No me gustan los niños. A veces me he preguntado qué fue lo que pasó con su padre aunque puedo imaginármelo, supongo que hay cosas que es mejor no preguntar.

Al estar de vuelta me di cuenta que el alboroto se concentra más en el área de la piscina, hay pequeños grupos de personas hablando y tomando en diversos lugares, noto que hay rostros que no conozco posiblemente compañeros de trabajo de Astrid quien se la pasa saludando a todo el mundo y hablando de grupo en grupo.

—¿Qué están bebiendo? —Me acerco a la mesa donde está José Ángel y una hermosa chica al lado de Miguel.

—Vodka. —José Ángel alza su vaso.

—Sírvanme. —Sonrío tomando asiento a su lado.

Así estuvimos un rato, de trago en trago hasta que vi a Betty hablando con Marcos entre risas y me alegré por él. No sirvo para estar guardando rencor, aunque siguen sin caerme bien. Miguel se retira junto con Alicia creo que dijo que se llama y nos quedamos José Ángel y yo riéndonos de las cosas más estúpidas y de no sé qué. La verdad es que el alcohol ya está haciendo efecto. Vi a Giselle hablando con unas chicas y no pude dejar de mirarla, parece algo incómoda, como un pez fuera del agua sólo que la empujaron al agua. Espera ¿Qué?

¡Ella no sabe nadar!

Sin ser completamente consciente mi cuerpo reacciona y supongo que es el alcohol lo que me da el valor de lanzarme al agua. No me importa que esté molesta conmigo, tengo que salvarla.

—¿Ariam? —dijo recuperando el aliento —estamos en la parte baja.

Observo mis zapatos bajo el agua, es cierto. Ahora todas las miradas están puestas en mí.

Qué vergüenza.

Bipolar© [Completa✔️]Where stories live. Discover now