Capítulo 46

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- ¿Bayolet? Ahora en que lío te has metido.

Me giré para voltear y ver a la mujer hecha todo un desastre, con un bebé entre sus brazos. Muy joven para ser madre opino yo. Con los cabellos hecho un lío, un vestido de flores muy gastado y descalza, con un ligero aire de tragedia como si no hubiese dormido en días lo que explicaría las tenues ojeras de sus ojos oscuros y de un marrón brillante, con ligeros moretones en algunas partes y la mejilla roja. A diferencia de su hija, esta tenía el cabello de un tono castaño más claro.

Bayolet se acercó a su madre, no lucía nerviosa ni asustada, de hecho, es todo lo contrario. Su semblante mostró compasión ante su madre al sostenerle la mejilla con su mano y sus ojos reflejan tristeza. La niña pareció recordar algo y rápidamente metió una mano en su bolsillo.

- Mira, para su leche- le dijo ofreciéndole tomar el billete que yo antes le había dado.

No me percaté del momento en el que lo cogió del suelo, seguro esa niña podría pasarme por el lado y vaciar mis bolsillos si se le antojaba. La escena pareció un tanto conmovedora hasta que su madre de un manotazo le tiró el billete de la mano al suelo y le dedicó una mirada de desprecio, volviendo a meser al bebé entre sus brazos que se había despertado por la brusquedad de ese gesto. Nosotros tres arrugamos la frente un tanto confundidos al presenciar aquella escena, Bayolet volvió a endurecer su expresión.

- ¡Bay!- gritó un niño mucho más pequeño que Bayolet, como de la edad de Andrés, totalmente emocionado corrió a abrazar a su hermana.

- Vuelve a la cama Erick- le dijo ella revolviendo el desordenado pelo azabache del niño y con ese gesto y una sonrisa triste se quitó al niño de encima volviendo hacia nosotros.

Caminó de lo más normal subiendo las escaleras, Marcos y el pelirrojo le siguieron. Le dediqué una última mirada a la mujer que me lanzo una mirada de desconfianza mesiendo a su bebé y me volteé dándole la espalda al subir las escaleras también. Y creo que volvió a apagar las luces, quedando con su cría en la oscuridad de aquel desastre.

¿Y ya? ¿Eso era todo?

¿Ni agua fría ni chanclazos?

No sé si aliviarme, o preocuparme de que no haya reaccionado como una madre normal.

- Este es mi cuarto- señaló a una de las habitaciones sin puertas de la cual colgaba una cortina rosada, sucia y rota, y siguió caminando pasándose de largo- Pero no duermo allí.

Noté que el segundo piso estaba totalmente deshabitado, caminábamos por un pasillo cuyas habitaciones no tenían puertas por lo que pude notar los escombros y las tablas en cada uno de los cuartos, todo tiene un aspecto catastrófico, pobre. Las paredes de ladrillo viejo que aún conservaban un poco de pintura en algunos lugares, parecían seguirse cayendo por las paredes al llover.

Me di cuenta entonces que su cuarto es el único que está habitado en este segundo piso, y algo me parece muy raro.

- ¿Por qué no duermes en tu cuarto?- pregunté, con una evidente curiosidad.

- Porque allí no es seguro- respondió sin mirar atrás.

Sentí la necesidad de hacer otra pregunta pero guarde silencio. Al final del pasillo nos esperaba una escalera, sin puertas, así sin más estaba la escalera y la subimos ya entrando al tercer piso.

La escena que ahora se mostraba ante mis ojos me recordó a una etapa de mi infancia, de una horrible infancia. Me di cuenta rápidamente de que todo esto, todo, hasta la mujer de allí abajo, tenían el mismo aspecto del lugar en los que pasé los primeros años de mi vida.

Pareció que Bayolet trató de disimular la vergüenza en su cara, y lo entendí. Está sintiendo ¿Pena? ¿Lástima porque obviamente no nos esperamos nada de esto?

Bipolar© [Completa✔️]Where stories live. Discover now