-Hola, Jen.
Sonrio y él me imita.
Rapido le pego un cabezaso. Jen retrocede agarrandose de la frente. Me rio maliciosamente pero pero de golpe me da un cachetazo y me da vuelta la cara.
Gimo, sin poder evitarlo, y siento que una sensación exquisita y dulce presiona en mi vientre.
-Oh, nena... como extrañaba jugar sucio contigo. -me agarra del mentón -¿Te gusta esto? Siempre has sido una niña muy mala, Fresita... muy violenta... te gustaba el sexo rudo ¿o ahora solo haces "el amor"?
-Yo ya te olvide a ti y a todos tus juegos enfermos, Jen -me paso la lengua lentamente por el labio inferior y lo muerdo -Jamás he sentido ni la más minima atracción por ti y ni siquiera te deseo.
-¿Ah, si? -pregunta levantando las cejas y acercandose peligrosamente a mi.
-No. -respondo sin parpadear.
Sonrie entre dientes y me da un beso en los labios.
-Mmm -susurra -Ya eres toda una mujer pero todavia sigues mintiendo, Fresita.
-¿Te parece que miento? -pregunto con tono jocoso.
Asiente.
-Pues voy a tener que recordarte lo que mis juego enfermos te gustaban -se acerca -y demostrarte que el unico dueño de tu cuerpo soy yo y que soy el unico que te puede proporcionar el placer que tu necesitas.
El corazón me late muy deprisa. El ambiente cambia a nuestro alrededor y su mirada es abrazadora. Se inclina, desliza su mano por mi cuello, me empuja a su boca y me besa sin más preambulos. Empuja su lengua a mi boca la fuerza, me reclama como un animal poseso. Mi cuerpo reacciona ante él como en los viejos tiempos y antes de que me pueda detener, estoy besandolo con el mismo fervor. Jen sube la mano a mi cabello y con los dedos enrededados, tira mi cabeza hacia atrás y me besa más intensamente. Siento una punzada en la entrepierna y como se humedece. Solo ha sido un maldito beso. Mierda. Estoy muy excitada por un beso de mierda.
Su mano baja de mi cuello hasta el cuello de mi remera, la empuja hacia abajo y luego hace lo mismo con la copa de mi sosten, mi pecho queda al aire y sus dedos acarician y tiran de mi pezón. Su lengua y la mia se enredan, se acarician y cuando el chupa mi lengua jadeo fuerte. Jen baja a besos por mi cuello y se inclina sobre mi pecho. Tirando mi cabeza hacia atrás con fuerza, arquea mi espalda y su lengua lame mi pezón, lo besa y lo chupa. Después va al otro. Con los dientes baja mi remera, baja mi sosten y se enchufa en mi pecho.
-¿No me deseas, entonces?
-¡Nunca!
-Mejor asi. -murmura -no queremos que la diversión termine ahora ¿no?
Sus ojos brillan maliciosos y me tira y besa el pezón con los dientes y los labios. Trato de mantener a raya mi cuerpo pero siento como mi humedad aumenta y esta dulce tortura pone a mi cuerpo en su maximo.
-¿Tienes la menor idea de caliente que te ves de esta manera, Fresa? -me pregunta poniendose de pie y agarrandome la cara con las dos manos. -Si te pudieras tan solo imaginar lo que te voy a hacer...
Trago saliva con fuerza. Conozco a Jen y creo que si puedo llegar a imaginarme un poco lo que puede o no hacer.
-¿Hace cuanto no te corres, Nena? -me pregunta en un susurro y habla en mi oido -Y no hablo de esos pequeños y pasajeros... hablo de esos de verdad que tu exquisito cuerpo me daba. ¿Los recuerdas?
Sus manos bajan por mis muslos y me acaricia de arriba abajo lentamente. Oh. Siento como el fuego se propaga y se hace un incendio incontrolable dentro de mi cuerpo hasta lo más profundo de mi cuerpo.
