12

2.7K 204 134
                                    

Azusa se gira en el suelo y se queda boca abajo como yo. Tiene esa expresión tan pacifica en su rostro que me hace desconfiar, como la calma antes de la tormenta, lo que me inquieta e impide que pueda relajarme un poco. Me siento con las piernas cruzadas y lo miro. Es discreto y se nota que es una persona muy elegante, tanto que no parece sentirse comodo revolcandose en el suelo.

-¿Por que me has preguntando por Fresa? -le pregunto a Azusa.

Sus hombros se ponen rigidos.

-Preferiria no hablar de esa persona, Penelope -se gira otra vez -¿Cuantos años tienes?

-Soy lo suficientemente mayor para que esto no sea ilegal si eso es lo que quieres saber. Pero no esperes saber el número porque elijo no decirtelo.

No porque me parezca una verguenza mi edad, estoy orgullosa de decir que sobrevivi tantos años en este mundo, si no porque la Penelope original es mayor que yo por cuatro años y si un día se le da por averiguar mi edad y el que use este nombre falso podria traerme inconvenientes.

-¿Y tú? -regunto apoyando la cabeza a su lado.

-Más de treinta y menos de cuarenta.

Sonrio.

-¿Treinta y uno?

Se encoge de hombros.

Doblo las piernas y cruzo los brazos debajo de la cabeza. Nunca supe la edad del Jefe, me pregunto si tendran la misma edad. Mi subconciente saca su libreta y me pide que le saque información, quizás podemos conseguir algo util que nos ayude más tarde. Respiro hondo, me preparo mentalmene, pero cuando me vuelvo a él, me quedo callada:

Azusa se acosto de costado, doblo su brazo debajo de su cabeza y lo usa de almohada. Su camisa blanca se ha manchado con tierra y tiene el cabello un poco humedo. Me quedo mirandolo unos segundos, observandolo, asegurandome que de verdad este durmiendo. Esta podria ser la mejor oportunidad que llegue a tener para escapar, él dijo que las camaras estan apagadas y que los guardias fueron movidos a la parte del frente de la casa. Sin embargo, no me confio. Puede ser una trampa.

Miro la ultima planta de la casa y veo que su ventana esta abierta, que una mujer esta parada mirando hacia abajo y parece estar usando una bolsa negra desde mi posición, seguro es su camisa en realidad. Bajo la vista a la puerta de la piscina: los guardias de Azusa se meten de golpe adentro.

Debe haberse enterado que no estoy en su habitación y debe estar buscandome.

Eso no es bueno para mi,no quiero que descubra mi relación con Azusa todavia. Si no logra encontrarme en el interior de la casa ira a los jardines y de ahi saldra de la casa. Enseguida me levanto, debo aprovechar que las camaras esten apagadas, entro en la sala con la piscina, cierro detrás de mi cuidadosamente, paso al pasillo continuo y me meto debajo de unas cortinas.

El corazón me late muy deprisa. Me quedo quieta sin saber donde meterme y cuando escucho pisadas acercandose me meto detrás de una pared, me arrastro por el suelo y me meto debajo de la mesa. Si me encuentran necesito hacerles creer que estaba tratando de escapar. No me queda de otra. Pero antes debo asegurarme que Azusa se haya ido para aparecer, él no puede verme.

Mi subconciente me pregunta si me he vuelto loca, la idea de confesar que estaba escapando suena bastante mal, lo sé, pero no hay de otra. Necesito proteger que conozco a Azusa a como de lugar.

-¿Donde se metio esa perra? -escucho hablar a los guardias en voz baja.

Unas pisadas más deprisa llegan desde afuera:

-Acabo de venir de la habitación de las putas y no esta ahi tampoco. No fue a buscarla.

-Les dije que si llevaba a las putas arriba iba a pasar algo malo. -dice esa primera voz, empezando a alejarse y muy deprisa. -¡Revisen los baños y cualquier habitación que usen los clientes! Tal vez se esta escondiendo y espera a que nos descuidemos para salir.

DONE FOR MEWhere stories live. Discover now