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- La esposa de un amigo va a abrir una tienda nueva y me invitaron a la inauguración. ¿Te gustaría asistir conmigo? - pregunta sentándose en la otra silla -

- ¿No temes que me escape?

La fase "convirtiendo a Venencia en esposa florero" comienza ya.

- Tuviste oportunidad para escapar cuando fuimos al cementerio pero no lo hiciste. - me recuerda con una sonrisa divertida dibujada -O ¿Es que temes tentarte esta vez?

Estupideces no, Querido. Tengo la paciencia al limite contigo... no sigas.

- En primer lugar, intente escaparme de ti varias veces - Hasta le pegue y lo mordí - En segundo lugar, estábamos en medio de la nada, en un cementerio en el que no había ni una sola persona, viva, y tu llevaste a un sequito de guardaespaldas para que me saltaran encima si intentaba huir.

- ¿Cómo sabes que lleve guardaespaldas?

Porque a donde sea que vas hay alguien cuidando tus espaldas o a donde sea que yo pise me observan. Nunca estamos a solas a ninguna parte donde que vayamos.

- A diferencia de lo que piensas de las mujeres, no somos idiotas y nos damos cuentas de las cosas. - respondo con frialdad - No, no ire a ninguna parte contigo, Azusa. No quiero ser tu esposa florero, ya te lo dije.

- No eres mi esposa - me recuerda.

- Tampoco quiero que me presentes como tu zorra de turno. Soy más que eso.

Azusa sonríe.

- Hubiera dicho que eras una amiga.

Le miro de reojo.

- Sera divertido, Venecia. Estoy intentando hacer las paces contigo... ¿Por qué no lo tomas y ya?

Respiro profundo.

- Ha pasado tres semanas. Deberías perdonarme ¿no?

Si me conocieras un poquito sabrías que las cosas no se solucionan tan simple para mi. No puedes comprarme regalos, invitarme a salir y esperar que haciendo todo eso te perdone y haga como si nada. No funciono asi.

Pero no me molesta su acting, Jen usaba el sexo para tratar de que lo perdone cuando hacía tonterías. Los hombres funcionan todos iguales, solo que usan metodos distintos.

- ¿Te molesta lo que dije de las hijas de tu amiga?

Es tan inteligente.

- Tu nivel de deducción es tan alto que tengo miedo. - ruedo los ojos.

Una sonrisa ladina tira de la comisura de su boca.

- Admitir que tienes sentimientos no es malo... si me dices que te importan podría.

- Con permiso, iré a bañarme. - Me pongo de pie y rodeo la silla para salir.

¿Por qué dije eso? Suena a invitación para un tipo como él...

Él esta tratando de inmiscuirse de nuevo y es mejor que me vaya antes de que empiece algo que más tarde termine lamentando. Siento como su mirada me persigue y después escucho como se remueve en la silla;

- ¿Puedo ayudarte? - pregunta apoyando el mentón en el dorso de la mano.

- No, gracias. Tengo dos manos y unas lindas piernas.

Mueve la cabeza a un lado.

- Estas muy delgada y no has comido nada desde anoche... tal vez te marees.

Sonrio.

- No. Estoy casada y tu eres mi cuñado. No estaría bien que mi esposo llegue por casualidad y nos encuentre y lo mal interprete.

- Si tu esposo llegara a venir le gustaría más probar tu cerebro que preocuparse si nosotros estamos cogiendo en la ducha.

Le dirijo una sonrisa llena de frialdad pero no me detengo y sigo con mi camino. Mientras enciendo la ducha y dejo el agua a mi gusto, escucho su tarareo desde el balcón. ¿No se piensa ir? Dejo lo que estoy haciendo y voy hasta la puerta para ponerle la traba, temerosa de que intente entrar y obligue a que este con él. Por ahora se mostro muy comprensivo conmigo, aunque si hay cosas que cambiaron desde que dejo al descubierto su verdadero ser, pero aún así no olvido que amenazo a las niñas y que probablemente las este buscando para entregárselas a Jasper.

DONE FOR MEWhere stories live. Discover now