5

2.5K 217 32
                                    

-Un placer, Azusa.

Ni siquiera me atrevo a tocar su mano. Parpadeo rápidamente, ignorando como mi corazón late acelerado, y giro la cabeza a un lado.

-Ya que hemos terminado con las presentaciones hay algo que me gustaría saber, señorita Penélope. 

Su voz es amable y suena como si esta situación le diera risa en lugar de sorprenderlo, como si todos los días conversara con una chica herida que le acusara de perseguirla. Y quizás asi es. Los tipos que vienen por aqui no soy muy normales.  

-¿Y qué es? 

-¿Estas en problemas?

Esta vez soy yo la que le sonrie.

-Ya veo. -se rie. 

Le miro de reojo y puedo verlo ligeramente interesado, sonriendo de costado. 

-Bueno, para empezar, mi acompañante es la primera en llegar, pero como usted esta en su lugar supuse que seria usted  con quien pasaría la velada... Sin embargo, tiene el hombro herido y esta aquí, conversando tranquilamente, y no ha hecho ningún intento por seducirme.

-Quizas lo encuentro poco atractivo para intentarlo y estoy esperando que de el primer paso. -me encojo de hombro. 

Eso es una mentira. Tiene unos dedos largos y unas uñas perfectas, muñecas delgadas y pálidas con un reloj enorme de maya de de cuero y los gemelos tienen unas iniciales que no alcanzo a ver. El traje le queda como si fuera su segunda piel, seguro hecho por un sastre a su medida, y el cabello esta bien peinado, se nota que es un hombre fino, y tiene una sonrisa de matador que me deja sin aliento.

Es una lastima tener que conocerlo aquí. Es quizas uno de los hombres mas guapos que conocí. Si lo hubiera conocido en otro lugar tranquilamente podría haber aceptado sus avances y me hubiera ido a la cama con él la primera noche, sin sentir remordimiento por lo que pudiera suceder a la mañana siguiente.

-¿Quieres que de el primer paso? -me pregunta mirandome con mucha atención.

Una corriente eléctrica me recorre la columna vertebral y siento como mis entrañas se aprietan. Esa pregunta se siente como un cachetazo. Me ruborizo y corro la cara a otro lado, pensando en que ojala lo hiciera.

-¿Has hecho algo malo, Penelope? 

Ladea la cabeza y me mira atento a lo que pueda de hacer.

Me ruborizo.

-Del Jefe.

Levanta una ceja. 

¿Por que he dicho eso? Es un cliente. Él también se ha quedado sorprendido de mi sinceridad. Pero parece como si pudiera confesarle mis secretos más profundos cuando miro sus ojos. Al darme cuenta de ello, bajo la cabeza y me doy la vuelta. ¿Que me pasa? Acabo de conocerlo. 

-¿Y que hizo para que su Jefe la este buscando y usted deba esconderse? -pregunta bajando la voz.

¿Por donde empiezo? ¿Por la parte donde lo seduje para convertirme para ser su esposa o cuando intente matarlo? Tengo buenas opciones.

Si no vuelves conmigo todos morirán

-Nada -me encojo de hombros -¿Que podria hacer yo?

-¿Has intentado escapar?

Me encojo de un hombro.

-Te estan buscando para saber quien fue quien te ayudo ¿por eso te escondes?

Bueno, si... un poco de eso y un poco de lo otro.

Me giro, me encojo de un hombro y él, sonríe mostrando los dientes blancos.

DONE FOR MEWhere stories live. Discover now