-¿Misty, qué haces aquí?
Misty ya no es la misma chica que vi por última vez hace cuatro años atrás, ha cortado la cascada dorada que le llegaba hasta la cintura y ahora le caen hasta sus hombros en tirabuzones. Su cuerpo ya no es tan delgado como antes, sus pómulos no son tan marcados como antes, tiene un brillo muy hermoso en su piel y limpio de maquillaje. Lo que no ha cambiado es la angustia en su mirada cuando me mira y esos ojos verdes apagados y huecos.
Misty.
Ella mira por encima de mi cabeza y de golpe me suelta. Veo detrás de ella a dos guardias y que la empiezan a seguir. Giro mi cabeza y la miro. Estoy inmovilizada. Soy incapaz de poder moverme. No sé que hacer...
Misty camina hasta Jen y, antes de que pueda reaccionar, le da vuelta de un cachetazo.
Entonces reacciono.
Saco la navaja cuando veo a uno de los guardias estirando el brazo hacía ella y le apunto en la cara. Camino de espaldas, con la mano en lo alto, apuntándole a ellos, mientras protejo a Misty. Es muy probable que si ellos vienen por nosotras no hay nada que pueda hacer, pero ahora todo cambio.
La sangre zumba en mis oidos. Estoy muy alterada por que misty esté aquí que no sé que hacer. Estoy aterrada.
-¡Tú monstruo! -grita, furiosa como una gata salvaje -¿Cómo pudiste traerla aquí de nuevo? ¡Ella era feliz sin ti!
La miro, a él y enseguida nos cambió de lugar. Le agarro de la mano y me pongo el el medio, pero Jen, que ya no me mira, me empuja a un lado. La agarra y la tira contra su cuerpo.
-¿Cómo te atreves a venir aquí? -grita, agarrándola del brazo -¿A que volviste?
-Vine por ella. -dice ella con los dientes apretados.
Su valentia me sorprende. Ella no es asi.
-La voy a salvar de ti, Jen.
-¿Y qué haz hecho tú por ella? -pregunta -La abandonaste y dejaste que vagara por ahí sin preocuparte por dónde estaba y cómo.
-¡Ella desapareció! -grita, ofendida por sus palabras. -¡La llenaste de miedos y por eso se fue!
Él le pega un cachetazo.
¡No!
Me pongo delante de ella y levanto la mano.
-¡Con Misty no! -grito y apoyo la punta de mi navaja en su garganta -No pongas tus sucias manos sobre ella.
Jen abre mucho los ojos y por un momento me preocupa cuál pueda ser su siguiente movimiento. Siento la mano de Misty sobre mi hombro, y cuando me vuelvo a ella, me señala a nuestro alrededor y noto que nos han empezado a rodear los guardias. Todos iran sobre mi si llego a mover este cuchillo. Se me forma un nudo en la garganta. Siento que no puedo respirar, que algo oprime mi pecho, y el miedo se me acumula en el estómago.
-Fresa...
La voz de Jen es una advertencia
Me doy cuenta que estoy conteniendo la respiración. Los guardias van acercándose más. La mano de ella me agarra con más firmeza y yo vuelvo la vista a él.
De nuevo se me eriza el vello. Estaba dispuesta a morir para dejarle el camino libre a Misty. Si mato a Jen estaría arrebatandole todo su futuro a ella y a sus hijas.
-No es quien crees que es. -su voz es baja.
Jen va bajando lentamente mi arma, me agarra de la mejilla con una mano, y luego la mira a ella.
-Yo la salve. -responde.
-¡Cuando al fin logro superar el horror que vivió a tu lado!
De pronto es como si ya no viera a la misma chica que conocí en esos dos años y veo a una mujer muy distinta. Se ha ido la mujer tranquila y dulce para darle paso a una mujer fuerte y que no va a tolerar la mierda de ninguna persona. Misty, sin mirarme, me hace a un lado y se planta delante de Jen, mirándolo a los ojos fijamente.
