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Es medio dia cuando vuelvo a despertar. El cielo tiene un color profundo celeste y la luz, calida, penetra sin esfuerzo por la ventana, deslizándose delicadamente por el suelo de madera. Ayer fue un caos. Tuve sexo otra vez con Jen. Debería sentirme fatal por eso, pero a pesar de sentir ese pequeño tirón entre las piernas, pero disfrute de todo el sexo que tuvimos. Cierro los ojos y cubro mis ojos con un brazo. Anoche mi subconsciente se pego una siesta y yo me olvide todos esos contras, desde sus mentiras hasta el hecho de que estuviera prohibido en si.

Me quedo acostada un momento, saboreando ese pequeño minuto de serenidad, y después abro los ojos y sucumbo a la culpa y angustia por todo. Tuve sexo con Azusa y después me acosté con Jen en menos de una hora de abandonar su cama. ¿En que me convierte eso? No hablo por ellos, si no de lo que pienso de mi. Estuve con dos hombres que son prohibidos y lo disfrute. Necesito a Azusa, es importante que me gane su confianza, pero Jen y yo no podemos estar juntos. Esta mal. Es incorrecto. Y mucho menos después de coger con otro, por que lo que demuestra es que estoy interesada en él y elimina todas las barreras que con tanto esfuerzo estoy tratando de construir entre nosotros.

No voy a volver a tener sexo con Jen. Punto final. Ayer fue la última vez que me acuesto con él. Fue nuestra despedida y no hay más retorno. Y si llega a aparecer le voy a decir que nunca más habrá nada entre nosotros, que todo ha sido una fantasia que al fin termino. Pero es que este mundo logra que nos confundamos de alguna manera, que nos hace hacer cosas malas como buenas que en real esta prohibido, que seamos personas crueles, egoístas y hagamos daño a inocentes. Es probable que no le guste mi anuncio, y entiendo que es por que deje llevar esto muy lejos, permitiendo que siguiéramos con este juego macabro, teniendo sexo, reclamandonos, besándonos, durmiendo juntos... teniendo más sexo... pero hasta aqui llegamos y ya no voy a cambiar de opinión.

Después de bañarme, abro el armario y tomo una blusa negra con botones color beige en la parte de adelante y de mangas hasta arriba de los codos, unos jeans negros y unas zapatillas. Saco el helado que deje en el freezer y una cuchara. Supongo que pensaron que una cuchara no haria daño asi que me las dejaron. Ayer trajeron nuevas sillas mientras estaba durmiendo. Me siento en una y me como una cuchara de helado, pensando en esa idea que tuve ayer a la mañana. Quizás tuve la unica salida posible pero esta sera una misión suicida. ¿Lo podre lograr?Necesitare muchas ideas y las cámaras para revisar los caminos posibles. Sé que hay un solo botón que abre las puertas y que queda en la sala de los guardias... la cueva de los lobos.

De pronto la puerta se abre suavemente y siento una corriente recorriendo mi cuerpo. No me giro ni hago ningún movimiento que lo alerte que sé que esta aqui. Él pasa por mi lado, abre los cajones y después mueve una silla que queda a mi lado. Meto una cucharada en mi boca y él mete su cuchara en el pote de helado. Miro hacia otro lado. Las entrañas se me derriten y siento como el ambiente entre nosotros cambia, cargado de sensualidad, como siempre. Se inclina a mi lado y pone la cuchara delante de mis labios. Lo miro y lentamente bajo la cuchara de mis labios, me acerco y la meto en la boca. Jen sonrie de lado.

¿Que estoy haciendo? Meto la cuchara en el pote y la lleno de helado al ver que va a intentarlo de nuevo. Jen me agarra la mano y la mete en su boca. Me doy cuenta que el ambiente se vuelve denso entre nosotros. Quema donde me esta agarrando y cuando tira de la cuchara al chuparla siento ese tiron en mis entrañas. Me mira y veo la lujuria en sus ojos brillando mientras empuja la cuchara vacia contra mis labios. Me lamo el labio inferior y la tomo entre mis labios, saboreando su saliva.

Me agarra de la mano y tira de mi brazo hacia su boca, inhala contra mi pulso, baja con sus labios, saca la punta de la lengua y dibuja circulos pequeños, me mordisquea y me besa. Siento una punzada en mi sexo y me empujo hacia adelante apretando las piernas para contener el deseo. Me meto otra cuchara de helado en la boca. Él sube con sus labios por mi brazo, besa mi hombro, acaricia mi cuello y me besa debajo de la oreja. Tengo esa sensación de que mi cuerpo se empieza a derretir, como mi entrepierna palpita de deseo y la punta de mis dedos de los pies retuercen dentro de mis zapatillas. Su calor físico me hace temblar. Su olor, sus labios en mi piel y su piel con la mia... es una mezcla embriagadora que nubla mi juicio. El corazón me da un vuelvo cuando me vuelvo y veo en sus ojos lascivos, prometiendo todo tipo de cosas que me puede hacer, y me vuelvo débil, tiemblo, deseosa por que me haga todas esas cosas y más.

DONE FOR MEWhere stories live. Discover now