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Cuando Azusa al fin da signos de vida, me siento como una mierda y no soy capaz de enfocar mis pensamientos por el cansancio que siento. No conseguí dormir más de pocas horas en casi dos días. Estoy agotada mentalmente y físicamente, mis piernas se sienten adormecidas y me duele la espalda por estar mucho tiempo sentada. No tengo ningún impedimento para moverme por donde quiera por este sótano pero cada vez que trato de ponerme de pie me mareo y termino sentada de nuevo.

. - Si te preocupa que le haya puesto algo a tu comida te equivocaste - dice con la voz tensa - No disfruto envenenando a mis invitados.

¿Invitada?

Una persona para que sea considerado como "invitado" debe ser alguien que esta por voluntad propia en el lugar y que no alguien al que trajeron a la fuerza, a la que tienen retenido en un sótano con custodia que vigila que no pueda huir.

Pero bueno, la mente de ellos es distinta a la de cualquier persona normal que haya conocido, asique supongo que si me considera como tal debe ser así para él.

No es mal anfitrión: Cada cierta hora aparece una persona para traerme la comida. Es una mujer de mediana edad y el cabello rubio platinado. Nunca me habla, siempre deja la bandeja a mis pies y se retira sin mirar atrás. Tampoco trato de tener comunicación con ella, sé que es inútil porque si tiene la orden de no conversar conmigo jamás abrirá la boca porque sabe que si no acabara arrojada en algún rio, ella o su familia.

. - Pensé que no te volvería a ver ¿Qué cambio?

Azusa toma la silla del rincón y se sienta delante de mi, cruza las piernas y se deja caer contra el respaldo, aburrido.

. - No pensaba venir a verte, no te hagas ilusiones.

. - ¿Por qué me ilusionaría por que vienes a verme? - me rio sin humor.

No sé que tiene de gracioso decir una estupidez de ese nivel. ¿Por qué me iba a sentir ilusionada por verlo? Eso no tiene sentido.

Aunque, claro, es preferible antes que otras personas.

No, Azusa es igual de peligroso, que no te engañe

- Astrid me informo que no probaste la comida que preparo para ti. Dice que llevas sin comer desde ayer. - murmura. No estoy segura si esta enfadado conmigo porque tengo los ojos cerrados y no lo veo.

- No sabía que vigilaban si me alimentaba o no. - respondo en tono seco.

- No es de mi interés si te alimentas o no, pero Astrid esta muy preocupada porque nunca ha visto a nadie tan delgada en toda su vida. Ella piensa que estas cerca de la inanición.

¿Quién es Astrid? O ¿Por qué le importa a Astrid?

Para empezar, si eligiera una muerte no sería la inanición porque no hay nada más doloroso y, segundo, porque jamás le daría el gusto a Azusa de verme retorcerme de dolor hasta la muerte. Por lo que, el temor de Astrid es infundado y ridículo.

No contesto.

Azusa mira la bandeja al lado y luego a mi.

- ¿Acaso no comes nada porque Jen solía hacerle algo? ¿Es eso? No soy como él.

Frunzo el ceño y levanto una ceja. ¿Qué?

- Jen nunca le puso nada a mi comida. No estoy comiendo porque no tengo hambre y porque no me gusta el queso fundido.

Rápido... eres rápido, Azusa.

- ¿Cuándo ha sido la ultima vez que comiste algo? - pregunta mirándome de arriba abajo.

Estoy demasiado agotada para recordar mi ultimo almuerzo pero sé que no se callara a menos que le responda, y no tengo animo para soportar su charla incesante, así que contesto lo primero que se me ocurre:

- Con mi hermano - susurro.

- ¿Qué?

- Pasta.

- ¿No tienes sed?

- ¿Ahora temes que muera deshidratada? Pensé que a la única que le preocupaba mi muerte era a Astrid.


Suspira y rueda los ojos

Se levanta de la silla, se inclina sobre la bandeja y toma el tenedor. Aprieto los labios, temiendo que intente darme de comer cuando veo que envuelve con el tenedor los fideos, pero, de repente, lo lleva a su boca en vez de ofrecérmelo. Luego, toma el vaso con agua y lo bebe también. ¿Esta tratando de probar que no le puso nada en la comida? ¡Ay, odio que se comporte de esta manera! Hace las cosas más difícil. Es como si intentara ganarse mi confianza todo el tiempo y eso solo me hace desconfiar. Azusa me ofrece el tenedor y le digo que no, después, me ofrece el vaso con agua y vuelvo a rechazarlo.

- ¿Por qué eres tan amable conmigo?

No me gusta sentirme cómoda cuando estamos juntos, sé que es el enemigo y que todo lo que hace tiene intenciones ocultas detrás. Parece buena persona pero no lo es. Si, nunca me ha insultado ni trato de obligarme a tener relaciones sexuales, jamás me agredió físicamente o permitió que otros me atacaran, no obstante, no es alguien inocente por comportarse como una persona normal haría.

Juega con mi mente

Azusa no se presento en este lugar en todo este tiempo no porque no le importara o porque estaba planeando que hacer conmigo, si no porque esta aislando: me dejo atrapada entre estas cuatro paredes, sin que nadie se acercara a mi y me hablara porque planea que los muros que puse entre nosotros se debiliten y al fin pueda obtener de mi lo que necesita.

Sobre todo en este momento, Azusa sabe que me siento sola por la perdida de Misty y la supuesta muerte de Jen, asi que intentara que me aferré a él por los tiempos vividos en La Casa. Demostré lo mucho que la extrañaba cuando casi me puse a llorar al hablar de ella... y estar encerrada aquí solo provoca que piense mucho más en todo. Además, estoy segura de que le informan que no puedo dormir porque tengo pesadillas.

Tampoco es ciego: el hecho de que no este comiendo ni haya bebido nada solo prueba sus sospechas de mi lado emocional debilitado y ahora ataca esto apropósito, no porque Astrid le haya obligado si no porque sabe que decir y que hacer. ¿Por qué? Es el perfecto caballero, educado y gentil . Su juego es letal. Todo lo que hace previamente fue calculado fríamente.

Pero lo que no sabe es que en los dos años que estuve en la casa pase mucho tiempo en el sótano. No tengo miedo a la soledad y este lugar se siente mucho mejor en comparación. Sin embargo, necesito llegar a Azusa y cumplir mi objetivo. Tengo que salir de aquí y recuperar su confianza.

- Tengo sueño, Azu - le digo cambiando de tema y poniendo la cabeza sobre su rodilla - ¿Te quedarías y me harías compañía?

Suelta un bufido.

DONE FOR MEWhere stories live. Discover now