-Sueltame, Jen.
Esta vez no cometeré el mismo error que la primera vez. Debo pensar bien antes de dar mi siguiente paso si no quiero que todo esto se derrumbe y pierda la gran oportunidad que se me ofrece en este momento. Siento como Jen está observandome y cuando me giro, su mano se pone en mi nuca, tira de mi y me huele debajo de la oreja. Respiro hondo. Mi cuerpo reacciona cuando me toca y siento como el deseo nace en mi. Su mano baja por mi cuerpo lentamente y su pulgar roza la cinturilla de mi pantalón.
-¿Me has engañado con otro, Fresa? -pregunta con la voz baja, peligrosamente tranquila.
¿Como lo sabe? Ni siquiera me ha visto.
La pregunta me deja descolocada por un momento, tratando de encontrar una respuesta que me diga que fue lo que lo hizo darse cuenta primero.
Empujo su mano y retrocedo. No me toques.
-¿Y si lo hiciera que harías? -espeto.
Da un paso a mi y yo retrocedo.
-Jamás mencionaste que teniamos que ser exclusivos. -le recuerdo. -Si tu tienes el derecho de coger con otras yo también tengo el mismo derecho ¿verdad?
-¿Con quién fue?
No te importa. ¿Acaso tu no eras quien decia que no sabía ser fiel? Mira, yo tampoco.
-Tú en la tuya -lo señalo -y yo en la mia.
-Una mierda. ¿Con quien fue, Fresa?
Ahora resulta que la infidelidad está mal para él. ¡Hipócrita! Trata de agarrarme del brazo pero lo empujo con una mano. No quiero que me toque. Odio que me toque. Jen empieza a avanzar cada vez más rápido y yo retrocedo hasta que mi espalda choca contra la pared al lado del baño. Se dobla a mi costado y cierra la puerta, dejándome sin escapatoria. No me importa. No iba a tratar de escapar porque no tengo miedo.
Apoya cada mano a la altura de mi cara y se inclina sobre mi.
Sonrio y me muerdo el labio.
-¿Estás intentando intimidarme o vas a cogerme?
-Primero vas a decirme quién fue y después, si logro perdonarte, te voy a coger.
-Ay, mi amor, ¿Te parece que te estoy pidiendo perdón? -¡Ja! Patético.
-Deberias.
Por favor.
Todavía me acuerdo el día que me confeso haberme sido infiel en menos de una semana. ¡Y está esperando que le pida perdón por eso! Es más. Tengo mis dudas de si era o no era Penélope. Todavía no lo ha aclarado pero considerando todas las veces en que cogieron a mis espaldas tal vez no recuerda de que hablo y me confiese de alguna más... ¡Hasta podía ser que hable de Red Velvet!
-Es que jamás he tenido que darle explicaciones a nadie, Jen... ¿Que puedo hacer?
Sonrio sin ganas, viendo como trata de mantener esa imagen imponente que ha tenido siempre, ocultando a ese hombre herido, engañado al que han tomado por estupido esta noche.
-Te vas a acostumbrar o te prometo que nunca más vas a salir de aquí si no es conmigo. Espera ¿Sabes qué? -ladea la cabeza a un lado -No, no vas a salir nunca más de aquí. Voy a dejarte bajo llave y solamente vas a tener contacto conmigo.
-Ay, me parece que vas a terminar vuido antes de fin de semana si ese es tu plan, Cachorrito.
Frunce el ceño.
-¿Como me has llamado? -pregunta sin poder ocultar la molestia.
Frunzo el ceño.
-¿No te gusta? Que raro. -arrrugo los labios, fingiendo confusión -A él se le puso más dura cuando lo llame asi. Pensé que era adorable.
