Espero todo de Jen, pero esta vez ha sido una jugada sucia. ¿Sacarme las puertas para que no pueda alejarme de él?
Él sale del baño, se seca con una toalla lentamente, la arroja al suelo y después toma la ropa que tire al suelo. Agarra una camisa negra, unos pantalones, camisa y saco negro y se anuda la corbata. Cuando va a agarrar su reloj veo que elige el mismo que me regalo alguna vez. Yo me visto también y pongo distancia entre nosotros.
-¿Eso quieres? -pregunta con un tono helado. -¿Quieres que me vaya?
-¡Si!
Lentamente empieza a avanzar hacia mi y yo retrocedo. Mi espalda choca contra la pared, dejandome sin ningun lugar a donde ir, y él pone su mano al lado de mi cara, se inclina sobre mi y mirandome a los ojos dice:
-Saquen la puerta.
Me da un vuelco el corazón.
Giro la cabeza y veo aparecer dos guardias con una masa en la mano.
-Si, señor. -responde con tono inexpresivo.
Mi primer reacción es impedirlo, sin embargo su mirada me tiene inmovilizada. mi subconsciente me mira pasmada. Me quedo paralizada; Jen se ve como un animal. Es casi como si fuera una bestia sin alma, él nunca me ha mirado de esa manera, y por primera vez me preocupa de verdad haber tirado demasiado de la cuerda. ¡No sé que ierda hacer! ¡No puedo moverme!
-¿Quiere que también cambiemos las claves, Jefe?
Si cambia las claves del ascensor es problable que nunca más pueda volver a salir de aqui porque no hay otra salida.
-Si. Mi esposa todavia no apende su lección al parecer. -le responde sin dejar de mirarme, diciendomelo a mi -Dupliquen la seguridad, quiero que pongan camaras en el ascensor, en la puerta de esta habitación y quiero a tres guardias las veinticuatro horas con mi mujer. Si alguno se le ocurre sacarle los ojos de encima aunque sea una vez voy a matarlos y después los tirare a la basura por pedazos.
¡Esta duplicando la guardia por mi! El cuerpo se me pone tenso. No, no importa, encontrare la manera de salir de aqui. Mi subconsciente me pregunta cual sera esa manera, temblando asustada por la mirada de Jen. ¡No sé, pero habra alguna manera! ¡Siempre ha manera! Sin embargo, ahora estoy sola y jamás he estado sola en toda mi vida.
-Nunca te lo voy a perdonar.
-No importa, no me importa tu perdón.
-Te odio.
-Demuestrame ese odio en la cama, porque es el unico lugar en el que me interesa algo de ti. -me susurra con voz ronca.
Sus ojos se oscurecen y, por un segundo se ve como mi hombre, pero enseguida apaga esa llama.
-Clausuren la piscina.
Cierro los ojos.
-Si mi esposa quiere salir de esta habitación me van a llamar a mi primero y si les doy permiso ella podra salir de aqui y yo vendre a acompañarla. -sus ojos me devoran con cada palabra y siento como si alguien se hubiera robado todo el aire que hay en la habitación, me asfixio -Desde ahora nadie hablara con Fresa ni harán nada de lo que ella les diga.
Me va a aislar de todos para que solo me concentre en él...
-Si, señor.
-Si alguien se acerca a mi esposa, aunque sea un cliente, quiero que disparen.
-Si, señor.
Da un paso atrás, mete las manos en sus bolsillos y, dandome una ultima mirada, pasa por mi lado.
