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Jen está sentado en la barra. Tiene un vaso cuadrado con un líquido marrón hasta la mitad. Nota mí presencia, pero ni siquiera hace el intento de mirarme, se lleva el vaso a los labios y lo bebe sin mirarme.

-¿Porque le dijiste a Misty que volvimos? ¿Porque mentiste? -gruño entre dientes -Rompiste la tregua. ¿Con que derecho le haces eso? ¡Ya accedí a todas tus mierdas! ¿No podías dejarla en paz por lo menos?

Echa un vistazo sobre su hombro. Está vacío, las puertas están cerradas y no hay nadie caminando alrededor. Es raro considerando el horario. Jen se levanta de la silla de golpe, me rodea la cintura con el brazo y tira de mí. Me encojo. Sus labios toman los mios sin previo aviso y me besa. Es un beso apasionado, violento, que me ataca sin darme un momento para que piense en que debo hacer y, como si estuviera en estado automático, como si no hubiera más opciones, le correspondo. El sabor a wisky y café es todo lo que saboreo, pero no me molesta. Es casi una marca registrada a Jen. Mis manos se agarran de su cara y nuestras lenguas se encuentran, se reconocen y se abrazan entre ellas como dos amantes separados.

Ladeo la cabeza, abriendo más la boca, y él me levanta con un brazo, me sienta en la silla y se agarra de la barra con las dos manos, girando la cabeza hacía el otro lado también. Lo agarro de la cara con las dos manos. Siento los latidos de mí corazón en todo mí cuerpo. Tengo el corazón desbocado y el deseo crece, toma todo mí cuerpo y la sensación es tan deliciosa como dolorosa... Él marca un ritmo, acariciandome, chupándome y mordisqueando mí labio solamente como lo haría él, y yo sigo mis atenciones replicandolo, como una marioneta que es manejada por un titiritero.

Me da un último beso antes de apartarse y nos quedamos inmóviles, frente a frente, con las reparaciones agitadas, mis ojos cerrados y sintiendo los latidos por todo el cuerpo... Gruño y apoyo la frente con la suya, bajando las manos de su cara hasta sus hombros.

-Muy bien, mí amor. -susurra -no lo has besado.

Abro los ojos de golpe, levanto la vista y lo miro, asustada por lo que dijo. Jen se aparta sin mirarme, se sienta en la otra silla y tira la cabeza hacía atrás, tomándose todo el líquido de un trago.

-¿Me has besado porque estabas celoso? -murmuro mientras me giro hacia él, apoyo los codos sobre la barra y me inclino sobre su cuerpo.

Se sube sobre la barra, toma otra botella de un cajón de abajo y lo destaca con una moviento rápido de la mano.

-Eres tan inmaduro.

Jen bufa.

-Lo dice la que se cogió a mí amigo.

-¡Cómo si tú fueras mejor que yo!

Está por servirse en el vaso cuando cambia de opinión y decide beberlo directamente de su botella... Alargo el brazo, se lo arranco de la boca y lo sirvo en el vaso.

-No seas tan vulgar. -digo.

Chasquea la lengua, me intenta arrancar la botella de la mano, y yo en un momento de rebeldía, lo tiro por encima de su cabeza. Me agarra el cuello con una mano y yo le agarro de la muñeca con las dos manos. No es el único que está enojado. Yo estoy tan furiosa como él, me ha besado por celos y me ha dicho puta como si fuera poco.

-¿Lo besaste? -pregunta.

Su respiración se entrecorta, la mia también.

-¿Donde estabas cuando me fui con él? Creí que querías saber dónde estaba siempre.

-¿Querías que te siguiera?

Mierda. No. ¡Hubiera sido un desastre!

-Dime que no lo besaste y yo te creeré.

DONE FOR MEWhere stories live. Discover now