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Durante estos treinta días estuve esperando su respuesta aterrada, sin saber si logro o no burlarse del peligro y llegar a la libertad, y tuve que controlarme para no ir corriendo a buscarlos. Una idea muy estúpida, claro, porque encontrarlos sería imposible. Sin embargo, la desesperación era más fuerte que yo.

A pesar de eso, logro mantener la calma poniendo mi mente en otras cosas, como, por ejemplo, pasar el día en un parque, ir al cine cuando puedo… ver lo que hace mi hermano menor en su día normal.

No sé porque empecé a hacer esto, no tiene sentido porque ya no siento nada por ellos. A veces pienso que fue solo por curiosidad, para ver como viven, otros días siento que solo lo hago porque necesito odiarlos, y no es que me falte razones, claro, pero sea lo que sea que me motiva a seguir viniendo me ayuda de cierta manera a no volverme loca.

Estoy viviendo con Red Velvet y con su primo desde que sali de la casa de Jerry. No es un lugar muy grande, es un pequeño departamento que solamente es para una persona y estamos viviendo tres en total, pero no tenía a donde ir y tampoco en nadie en quien más confiar. Sé que no ha sido justo para ella que fuera a buscarla, estaba poniéndola en peligro de nuevo después de lo mucho que le costo escaparse esa noche, y si no fuera tan necesario no lo hubiera hecho. Evito pasar el mayor tiempo posible dentro de su departamento para no molestar, y también para protegerlos, cada vez que salgo me aseguro que sea hora pico para poder pasar desapercibida con la gente y solamente regreso cuando es muy tarde. No he podido conseguir un trabajo por el momento, pero tengo un poco de lo que le robe a mis padres, si es que se pueden llamar asi, y estuve viviendo con eso hasta el momento.

El mesero me trae un plato con pasta recién hecha, un vaso con coca-cola y después se retira. No tengo ganas de comer, solamente ordeno porque necesito disimular para que nadie sospeche de mi de lo que hago en realidad. Tomo el tenedor y empiezo con una albóndiga, luego levanto la vista y los miro. Dos mesas más adelante, cerca de la ventana, una mesa doble esta ocupada por seis chicos de uniforme de colegio privado. Ellos charlan animadamente. Su mesa esta llena de platos y la comida que tienen es la más cara del menú.

Una chica hermosa como una estrella de cine esta colgada de mi hermano menor. Es su novia, Beatrice Aston. Es la heredera de una megaempresa que fundo su abuelo antes de que naciera y que será suya dentro de poco. Por lo que escuché logro entrar en Harvard, las malas lenguas dicen que fue gracias a la ayuda de su abuelo y su madre, y que estudiara abogacía, no sé como eso le ayudara a dirigir una empresa. Ella es todo lo que los demás sueñan con ser, bonita, inteligente, rica, con un apellido respetado por todos, y todo lo ha conseguido sin haber hecho ningún esfuerzo porque nació así. Tiene el cabello oscuro, la piel bronceada por el verano en el caribe con sus padres y su novio, piernas sin fin y unos ojos preciosos.

A pesar de todo eso, yo conozco a la verdadera Beatrice. Primero, porque nuestro mundo, su mundo de hecho, es demasiado pequeño y todos se conocen entre si, segundo, porque alguna vez fui ella.

Conocí a Beatrice cuando tenía seis años. Recuerdo que era amiga de Liam desde ese entonces y que la veía muy seguido porque venía con la mayoría de esa mesa a mi casa. Era una niña encantadora, todo el tiempo sonreía y era muy parlanchina, aunque no todos pensaban lo mismo que yo… ella era descarada. Decía todo lo que pensaba. A ellos no les gusta eso.

Siempre estaba rodeada de dos guardaespaldas por orden de su padrastro y en su casa tenía que lidiar con la nueva familia que su mamá consiguió. La gente la odiaba más que nada porque siempre estaba teniendo conflictos con su hermana menor y causaba alboroto por todo, pero, aún así, nadie se alejaba de ella porque al ser la única heredera de la riqueza de los Aston tenían que soportarla. Y lo sabía.

Cuando finges mucho, sabes cuando alguien esta actuando. Por fuera Beatrice parecía perfecta, que tenia la vida soñada, pero sabia que se sentía sola y que era como era porque buscaba afecto y atención.

A pesar de tener todo y ser quien era, mi hermano no la quería y la engañaba con su amiga, su mejor amiga. Beatrice no lo sabía, o tal vez fingía que no se daba cuenta. Ella estaba muy enamorada de él y todos se daban cuenta porque no podía sacarle la vista de encima. Tiene la aprobación de mis padres y todos piensan que al salir de la escuela lo más probable es que oficialicen su relación finalmente.

Beatriz era la hermanastra de Zack.

Al fin los Wilson lograrían lo que no les permití.

Al notar que están por marcharse llamo al mesero y pago mi cuenta para salir antes que ellos, no quiero que Liam me vea porque quizás me pueda reconocer. No sé si es posible que lo haga, han pasado años desde la ultima vez que nos vimos y cambié mucho desde que tenía dieciséis, por no decir que estoy mucho más delgada por todo el estrés y que ahora mi cabello es rubio.

Me apoyo en la pared de un negocio que queda en la otra esquina del restorant y los espero hasta que salen. Liam y su novia salen caminando de la mano y cruzan hacía mi calle.

. – … la esposa de Zack acaba de dar a luz – escucho desde lejos que viene contando – Tengo que ir al hospital, ¿no te molesta que no te acompañe al festival mañana? Es que van a hacer una fiesta de bienvenida para la bebé.
Liam, que no le esta prestando atención enserio, rueda los ojos.

. – Si, esta bien, ¿Quieres que falte al festival y te acompañe? – pregunta, apretando la mano.

La cara de Beatrice se ilumina y sonríe contenta.

. – ¿Lo harías? Muchas gracias. – Ella le da un beso rápido en los labios – Estaba muy deprimida por tener que quedarme sola con esa gente. Los odio a todos.

Mi labio tironea en una sonrisa involuntaria. Al parecer no cambio nada en todos estos años, sigue siendo la mocosa directa que odiaba a su hermanastra.

Ellos van caminando hasta la camioneta negra con vidrios poralizados y un hombre alto y de traje baja para abrirle la puerta. Liam le mira con asco al pasar, casi como un chicle en sus zapatos, el guardaespaldas de Beatrice no responde, pero, después de cerrar la puerta rueda los ojos, rodea la camioneta y se sube con ellos.
Mi madre jamás le perdonaría una falta de respeto de ese calibre. Siempre dijo que teníamos que ser amables y respetuosos con todo el mundo, ¿se olvido de mencionarle a Liam o es que solo me lo dijo a mi?

Camino hasta la siguiente esquina y voy hasta un parque que queda a dos cuadras del restaurant para sentarme y procesar lo que paso y escuche. Zack al parecer tuvo un bebé y esta casado.

Me dejo caer en una de las bancas y me rio.

¿Quién hubiera dicho?

No me duele, me da igual, pero no puedo evitar pensar en que esa sería mi vida de no haber roto con él. Ahora estaría saliendo de un hospital con mi esposo y estaría llevando en mis brazos a nuestro bebé. No habría preocupaciones. No conocería la maldad de este mundo ni viviría de esta manera un solo día. Mi madre estaría organizando esa fiesta de bienvenida para su nieta y mi padrastro estaría vivo. Todo hubiera sido muy distinto si nunca hubiera terminado con Zack. Es inevitable.



Luego del parque voy hasta una de las panaderías que pertenece a una de mis ex amigas: Lale.
Todas las que eran mis amigas lograron abandonar este sitio menos Lale. Ella no pudo escapar como hicieron las demás, se ha casado y maneja esa pequeña panadería que su marido le dio para que pudiera mantenerse distraída. Los vi juntos dos veces de las diez que la vi en total; nunca se miran, no se hablan y parece muy infeliz.

En realidad, la encontré en una de esos días que me quedaba en el parque después “almorzar” con Liam y sus amigos. Se había parado al lado de mi banca para estirarse antes de irse corriendo y paso delante de mi varias veces mientras corría sin mirarme ni una vez. No tuve miedo de que me reconociera, llevaba casi siempre una gorra y campera deportiva negra que me cubría hasta el cuello junto a una bufanda que cubría la mitad del rostro. La única vez que me quitaba la gorra era en el restaurant, pero como me sentaba tan lejos que nunca corría el riesgo de que me viera Liam.

Lale no era le mejor amiga que tuve. Debo decir que solamente la visitaba por aburrimiento porque no tenía nada mejor que hacer antes de ir a buscar a Liam de nuevo.

Su vida parecía ser tan decepcionante com la mía, solamente que era lujosa y no la querían matar.

Hubo momentos donde la encontré mirando otras parejas con nostalgia mientras salía a correr por el parque.
Después de salir de la panadería voy caminando hasta uno de los lugares más favoritos de Liam: un bar.

Lo único inteligente que hizo hasta ahora fue emborracharse lo más lejos posible de todos sus conocidos. Me quedo horas viendo como se emborracha sentado en una mesa que usa casi siempre mientras la camarera va cada tanto a llenarle el vaso. Solamente se va cuando una chica se le acerca o si el dueño del bar lo tiene que echar por que se hizo muy tarde.

. – Otra vez por aquí, ¿no? – me dice una de las camareras viéndome sentada. La miro de reojo y ella mueve la cabeza hacía la mesa de Liam, sonríe – El niño dorado esta aquí también…

No vine tan seguido como para que sea clienta habitual, solamente unas cuatro o cinco veces en total, pero ella me noto al parecer. La analizo de arriba abajo, evaluando si será un problema o no y respondo:

. – No te quejes – reprocho viendo como lo reprueba con la mirada – Es una presa fácil.

Cuando logré escapar de la casa trabaje por un tiempo como camarera y sé lo duro que trabajan todos los días, sobre todo cuando tienes que atender clientes tan pesados como los que vienen por aquí. Se trata de un bar de mala muerte que queda a las afueras de la ciudad al que solamente frecuentan motociclistas o maleantes. La miro desde mi silla. Nunca lleve tan poca ropa como ella va vestida en este momento. Este es un lugar asqueroso en muchos sentidos.

No es el lugar que iría un chico como Liam pero de alguna manera mi hermanito logro sobrevivir a este lugar y convive con ellos sin que nadie lo haya matado hasta ahora. Es increíble.

. – Hicimos una apuesta – dice, sentandose al frente mio – Eres su esposa, su novia, su ex acosadora o su hermana – ella apoya las manos en la mesa y se me acerca – Aposte que eras una cazafortuna que estaba detrás de él.

Casi me rio.

. – ¿Tengo cara de pederasta? – pregunto.

. – Nunca la tienen – hace un mohín, coqueta.

Bufo.

Ella se me acerca y me estudia detenidamente, luego gira la cabeza y mira hacía la mesa de Liam.

. – Eres su hermana – Parece desilusionada al darse cuenta – Tienen la misma forma de los ojos.

No contesto y sigo observando en silencio a Liam charlar con una chica morena que se sentó en sus piernas, ahora sin disimular lo que vine a hacer. Ella se levanta de la silla y sigue atendiendo otras mesas sin intentar regresar a molestar de nuevo.

“Ojala pudiera asesinarlo y ocupar su vida”, pienso, mientras miro a mi hermano con envidia.

En estos treinta días me di cuenta que Liam piensa que tiene una vida miserable y que es poco. En estos treinta días me di cuenta que Liam piensa que tiene una vida miserable y que esta encerrado en una jaula porque esta obligado a hacer cosas, como casarse con Beatrice porque es la chica que le conviene y no su amante, que tiene que ir a la universidad para estudiar finanzas y poder hacerse cargo de la empresa de su papá, que yo construí en realidad, pero la realidad es que su vida es excelente y que lo desperdicia como un niño caprichoso porque no le dejan hacer lo que quiere.

En estos siete años se convirtió en un idiota con todas las letras. Verlo de tan cerca me hizo darme cuenta que lo que vi esa noche en su casa no fue nada comparado con quien es en realidad; es un patético que va de camino a la destrucción de los Wilson. Sé que si su papá lo hubiera conocido se volvería loco si supiera todo lo que hizo, los escándalos, las infidelidades, las drogas, el hecho de que fuera un alcohólico, que no iba a clases, la falta de modales… todo en él gritaba que era un mediocre.

“Mi hermano se convirtió en mi ex”

Al final mi hermanito tomo la decisión de irse del bar y de paso se llevo a la chica con la que estaba. Fue una excelente decisión, casi lo estaban haciendo en la silla enfrente de todos.

Mientras salgo del bar reviso mi teléfono para ver si recibí un mensaje de Jerry.

(UN MENSAJE RECIBIDO)

Después de todo un mes recibo el primer mensaje de parte de Jerry. Lo abro sin perder el tiempo y empiezo a leer rápido: al parecer logro con éxito escaparse y ahora vive en una linda casa en España junto a sus dos hijas. Están bien. Las niñas adoran un parque que queda enfrente y dice que consiguió trabajo en un restaurant.
A pesar de haberme hecho sufrir, me siento aliviada, al fin están a salvo.

¿Encontraste a Jen?

Su mensaje termina con esa pregunta.

Número desconocido

Envío el mensaje y luego le quitó el chip al teléfono, lo rompo, rompo el teléfono y después lo arrojó a un basurero cercano.








Es un edificio de al menos tres pisos, muy antiguo y que ha sido actualizado como mínimo hace veinte años, tal vez, la pintura que alguna vez fue roja se volvió rosa claro y la puerta de emergencia esta oxidada por lo que cuando ingreso debo ser muy cuidadosa de no cortarme con el picaporte.

Antes tuve que buscar su ventana para ver si era seguro o no, debo hacerlo cada vez que tengo que entrar, porque si está abierta significa que está a salvo, entreabierta es porque alguien nos sigue y si se cerró significa que están adentro.

–  ¿Me trajiste lo que te pedí? – pregunta Red Velvet apenas ingreso, acostada desde el sillón.

Cuando me fui temprano esta mañana ella estaba acostada en ese mismo sillón en la misma posición de ovillo en la que se encuentra en este momento. Tiene una enorme manta de lana color rojo carmesí y se puso un gorro negro que le cubre hasta las cejas. Ni siquiera le distingo el rostro y parece una más con los demás muebles de este departamento.

– Si, esta un poco aplastado por el viaje pero es comestible – respondo, sacando la baguette que compre en la panadería de Lale. A Red Velvet le gusta mucho las cosas que vende y siempre me pide que le traiga algo.
Ella se sienta y lo recibe, encantada a pesar de mi advertencia.

– Gracias. – me abraza.

Le sonrió.

– ¿Y donde esta Noah? – pregunto, me quito la bufanda y le envuelvo el cuello. Esta demasiado pálida y la nariz se le puso roja a pesar de que la manta es tan gruesa.

. ..– Se va a quedar con un amigo del trabajo esta noche. – responde, despreocupada.

Cuando me puse a buscar a Red Velvet lo primero que hice fue llamar a su primo Noah, había tenido la inteligencia para memorizarme su numero, y él me dio los detalles de como llegar a este lugar. Estaba tan agradecido por haberlos ayudado a escapar esa noche que ni siquiera dudo en dejarme vivir con ellos, era quien pagaba la renta del alquiler así que la decisión era solamente suya.

Lamentablemente no fue una buena idea aceptarme. El lugar es demasiado pequeño para que tres personas puedan vivir juntos y apenas si cabemos. Solo cuenta con una habitación, que es en la que dormimos yo y Red Velvet, un living y una cocina pequeña. Es ideal para una  persona, tal vez dos, pero la renta es bastante económica y esta bien para esconderse. Por eso muchas noches Noah tuvo que pasar en casa de algún amigo del trabajo porque era muy incomodo para los tres.

No puedo seguir complicando sus vidas

Por eso desidi que ya no puedo seguir viviendo con ellos… voy a marcharme.

Aunque antes tengo que hacer algunas cosas.

Camino hasta la ventana y la cierro

. – Se te ven las raíces – me dice – ¿Vas a teñirte de nuevo?

Me miro al espejo que tiene colgado de la pared y veo mi reflejo después de mucho tiempo. Tengo un aspecto deplorable, los ojos hundidos, los labios resecos y la tez color amarilla… estoy más delgada de lo que pensaba. La remera me queda muy grande y se me marca los huesos de los brazos.

– Voy a volver al negro de nuevo – susurro, mirando hacía otro lado para no tener que seguir viendo mi reflejo –  ¿Quieres ir conmigo a la peluquería?

Desde que llegue no vi a Red Velvet fuera del departamento más de dos veces y cuando salió tuvo un ataque de pánico, ni siquiera pudo mantener la paz a pesar de que estábamos Noah y yo acompañándola.  Su primo dice que tiene estrés postraumático y que por eso se comporta asi. Se pasa el día escondida en la cama o en el sillón, con las ventanas abiertas, mientras esta pegada al teléfono por si alguien le llama para decirle que tiene que salir huyendo, incluso en esas pocas veces que Noah y yo estamos con ella.

No quiero desperdiciar mi dinero en una peluquería. Solamente lo hago porque quiero que salga por lo menos una vez.

Su cara se contrae y empieza a arrugar sus labios, pensando en alguna idea para evitar mi invitación sin que me ofenda.

– No pasa nada, esta bien.

No dice nada, no hace falta por que sé que se siente agradecida.








Ver el día a día de Liam me distrae y me ayuda a calmar el sentimiento de angustia que tengo desde que Misty murio… pero dura poco porque cuando llega la noche, y tengo que irme a la cama, las pesadillas vuelven y empieza el calvario enserio.

Hay días donde revivo el momento donde la vi en la camilla del hospital sin vida… su funeral… el momento exacto donde le dispararon...

No puedo dormir.

Por suerte mi hermano es un completo idiota y nunca es aburrido con él.

Mientras Red Velvet duerme, preparo el desayuno para ella y para mi. Quedarme en la cama sin poder dormir es mucho peor, prefiero hacer algo productivo, sobre todo cuando es quizás la ultima vez que nos veamos. La despierto suavemente y ella viene conmigo a la cocina.

No tengo hambre, pero aún así me siento a su lado y le acompaño hasta que termina  de desayunar. 

– Voy a irme – Tengo la cabeza apoyada en la palma de la mano mientras le cuento mí plan - Este es un lugar muy pequeño para los tres. - respiró hondo - además, me preocupa que me encuentre Jasper y ustedes salgan perjudicados.

Haber venido no ha sido una mala idea. Necesitaba verla y saber cómo estaba después de lo que pasó esa noche. Era una deuda que tenía con ella después de todo lo que hizo por mí estos cinco años.

Nunca pensé que me haría amiga de Red Velvet. Vivimos tanto tiempo juntas y jamás habíamos cruzado palabra si no era necesario o para pelear. Pero cuando me entregué esa noche no solo pensé en Misty, si no que me preocupaba que le pasará algo a ella. Estaba angustiada por qué la dañaran.

–  ¿Es por él?

Sonrío.

– Si, en parte.

Ella apoya los codos en la mesa y se agarra la cabeza.

No quiero que se sienta culpable si algo me pasa, es una decisión que solamente tome yo, pero temo que por mucho que me esfuerce no se quitara esa idea de la cabeza. Si la situación fuera al contrario tampoco me sentiría diferente. Lo sé. Sin embargo, quedarme solamente le traerá un problema con Noah y, por mucho que le cueste entender, él es todo lo que tiene. Noah fue quien se la jugo por ella y quien se quedo.

–  ¿Que planeas hacer si te atrapan? – pregunta, con la voz temblorosa y el cuerpo poniéndose rígido – Este no es el momento de hacerse la fuerte, Fresa. Ellos no juegan, te van a buscar y te van a matar. ¡Y ni siquiera eso! Antes de matarte te van a torturar. ¡Te usaran como un juguete y des...!

– Lo sé. - respondo, tratando de ignorar sus lagrimas y seguir adelante - Pero lo estuve pensando y es algo que tengo que hacer… ya es una decisión tomada.

No tengo idea de lo que pase mañana, si estaré viva, si morire, o que sera de mi si muero… lo único que poseo es el ahora y el saber que sigo con vida pero que mi tiempo es limitado.

Cuando se termine todo quiero tener la tranquilidad de haber hecho las cosas bien.

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HOLA

Grcacias por leer Done For Me

Espero que te haya gustado el capitulo

Por favor, si te gusto deja un comentario o un me gusta

NO SPOILER

IG: THETEAROFMYANGEL

DONE FOR MEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora