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Capitulo 89

Cheng Huan levantó lentamente la cabeza y movió la boca: "Tú ..."

"¿Qué?"

Lo que quería preguntar cambió mucho en su boca, y finalmente no tuvo el coraje de decirlo. Cheng Huan nunca supo que sería tan tímida. Estaba un poco desanimada y sacudió la cabeza: "Nada".

Después de hablar, Cheng Huan se levantó y dijo: "Voy a cocinar".

Jiang Mingyuan sintió que su estado estaba un poco equivocado, y parecía estar sucediendo algo, pero ahora que la estrella todavía está allí, obviamente no es un buen momento para comenzar una conversación. Se levantó y sostuvo a la persona que se iba a ir: "No, vamos afuera a comer. "

Cheng Huan se volvió para mirarlo.

El hombre la observo: "De todos modos, me he escapado de la muerte. Tengo que celebrar ¿No?"

Apretó los dedos Cheng Huan, los entrelazó y no se le permitió tener otras opciones: "Vamos, he reservado el lugar".

El restaurante para la cena que reservo era elegante y de buen gusto, pero Cheng Huan no comió mucho por su mente enredada.

Su cambio fue visto por Jiang Mingyuan. El hombre no preguntó nada. Cuando llegaron a casa, persuadió a la estrella para que durmiera, volvió a bajar las escaleras y llamó a la puerta del dormitorio principal.

Cheng Huan acababa de darse una ducha cuando el hombre llamó a su puerta, su cabello aún estaba húmedo y, goteando agua, no abrió cuando escuchó el golpe y preguntó en voz alta para que le contestara desde afuera sin tener que abrir: "¿Hay algo malo?"

"Abre la puerta, quería preguntarte algo".

¿Está este asunto relacionado con su identidad? El corazón de Cheng Huan estaba tenso y se sintió un poco aliviada por que el hombre haya tocado el tema. Se abrochó la pijama y abrió la puerta: "Entra, ¿Y hablemos?"

Jiang Mingyuan asintió y paso a su lado. Cuando entró en la habitación, no lo mencionó primero, pero parecía buscar algo en todas partes.

Cheng Huan: "¿Qué estás buscando?"

El hombre miró a su alrededor y finalmente encontró lo que buscaba. Se acercó, recogió el secador de pelo de la cómoda, se dio la vuelta y le dijo a Cheng Huan: "Ven aquí y sequemos tu cabello".

Cheng Huan no se acercó: "¿No me dirás algo?"

La frente de Jiang Mingyuan frunció ligeramente el ceño: "Sécate el cabello antes de hablar".

No tiene muchas expresiones faciales en circunstancias normales, y fruncir el ceño es un signo de insatisfacción. Efectivamente, sin esperar a que Cheng Huan encontrara ninguna excusa, el hombre se acercó y la detuvo, la sentó frente al tocador y encendió el interruptor del secador de pelo.

El viento del secador de pelo es un poco caliente, y los hombres no están muy capacitados para usarlo. Ocasionalmente, si permanece en un lugar durante mucho tiempo, el cuero cabelludo estará un poco caliente.

Pero Cheng Huan no se sintió tan incómoda. Se sentó en silencio y miró a Jiang Mingyuan desde el espejo del tocador. El hombre parecía serio y actuó con el mayor cuidado posible.

De repente sintió que no había nada con lo que sentirse incómoda.

El cabello de Cheng Huan era largo y le tomó un tiempo secarlo. Jiang Mingyuan apagó el secador de pelo y peino el largo cabello.

No está cerca de su madre, y no tiene amigos del sexo opuesto, por lo que no conoce el cabello particular de las mujeres, como el cabello rizado de Cheng Huan, que es muy problemático cuidarlo y no se le debe secar sin un tratamiento previo o el cabello generalmente explotara en un girasol.