24. Los miedos de un pasado muerto

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—¿En serio? —Verónica no salía de su asombro—

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—¿En serio? —Verónica no salía de su asombro—. ¿Lo harás?

Las esperanzas que tenía sobre Miguel eran muy pocas, en realidad. Pensaba que en su búsqueda por redimirse decidiese cambiar de opinión ayudándola con el nuevo obstáculo que había aparecido en su camino. Pero tenía serias dudas de cuan efectivo podría ser ese sentimiento de "culpa" que le atormentaba día tras día.

Por suerte, y gracias a las enseñanzas de cierta niña diabólica, había jugado bien sus cartas. Lo suficiente bien para que el emblemático arcángel decidiese apiadarse de la reencarnación de su nieta.

—Con una condición, eh.

No esperaba menos del abuelo de Blood. Son tal para cual.

Bajó de la mesa, ya vestida, y se encaminó hacia al arcángel dispuesta a escuchar su propuesta.

—Dime.

—Debes dejarme entrar a tu mente —dijo, apuntando a su frente—. Y según lo que vea, seré tu tutor o no.

No veía problema alguno en un principio pero alguien no pensó lo mismo.

—Ni lo pienses, Miguel —Simon se interpuso entre ambos—. No te lo permitiré.

—Necesito ver si servirá de algo mis lecciones.

—¡Ni loco!

Verónica rodeó el cuello de Simon desde atrás y lo apartó con cuidado, atrayéndolo hacia ella.

—Antes de ponerte a chillar como loco —empezó a decir con tranquilidad—, explica qué podría pasarme.

—Demasiadas cosas.

—No haré nada, lo prometo —aseguró Miguel levantando las manos—. Solo quiero ver. Nada más.

—Eso mismo hiciste con Haziel, ¡y mira lo que pasó!

Entonces, Simon lo explicó con sumo detalle.

Los arcángeles podían alterar las memorias de la gente del mismo modo que los demonios pero sin necesidad de marcas u objetos provenientes del Infierno o que estuviesen conectados a la lágrima de la vida. Ellos, especialmente el resto de seres celestiales que estaban en un puesto superior en la amplia jerarquía, tenían la habilidad de hacer desaparecer todas las memorias de un humano, de un cambiaformas... Incluso de un demonio, si este estaba demasiado débil como para defenderse.

Haziel bajó al mundo humano con una misión y Miguel canceló sus recuerdos, soltándola en un campo lleno de lobos que esperaban devorarla. De no ser por Lucifer, en ese momento, habría sido asesinada como una humana y no habría podido recuperarse de sus heridas en su condición de ángel.

Simon tenía miedo de que Miguel cancelase sus poderes igual que hizo con Haziel, y eliminase, por tanto, los últimos resquicios del poder de Blood por el que tanta gente se había sacrificado.

Las cadenas del ángel (Saga Scarlet #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora