Capítulo extra: Escamas al descubierto

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La ciudad de Benidorm, situada a las orillas del mar Mediterráneo, era el destino turístico más demandado por los jóvenes españoles

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La ciudad de Benidorm, situada a las orillas del mar Mediterráneo, era el destino turístico más demandado por los jóvenes españoles. Eran miles los que viajaban desde diferentes puntos del país para disfrutar de la fiesta nocturna y la playa de Levante. Masas enteras de gente, joven y no tan joven, se concentraba a las puertas de las discotecas con apenas ropa para desmadrarse y degustar los juegos carnales que la noche podía ofrecer. Rara vez uno volvía siendo el mismo.

Por eso mismo, a la hora de elegir su regalo de cumpleaños número dieciocho, Verónica no lo dudó aunque Laxus se opusiera y su madre no estuviera del todo convencida. Nana ni se molestó en hacerla cambiar de opinión, sabía que no lo conseguiría. Era una guerra perdida. Su padre, por otra parte, solo extendió la tarjeta de crédito y dejó a su disposición casi quinientos mil euros para costearse sus pequeñas vacaciones.

Habían alquilado un piso en pleno centro de Benidorm, a cinco minutos de la playa, para pasar su cumpleaños. La idea original era estar una sola noche, pero tener tanto dinero en sus manos acabó por convencerles y reservar durante una semana entera. De nuevo, Laxus se opuso. Era el único que no estaba emocionado con la idea, ni los chicos estaban tan gruñones como él.

A la hora de abordar el segundo tren, pues tenían que hacer escala en Madrid ya que no había viajes directos desde Valladolid, Laxus desapareció y no volvió hasta pasada media hora. Ninguno de los presentes, salvo Verónica, prestó atención. Ya era parte de la rutina.

La joven conocía bien a la serpiente y sabía cuándo había tenido sexo, empezando porque dejaba de quejarse y se quedaba callado en su cuello. Sus sospechas se confirmaron cuando una empleada salió del baño que había al final del pasillo, recolocándose la falda y los tirantes del sujetador por debajo de su camisa.

Sujetó al cambiaformas por la cabeza y le obligó a mirar a la mujer.

─¿Te divertiste? ─le preguntó.

─Nunca está de más un poco de sexo matutino ─susurró Laxus a la altura de su oído para que no le escucharan. Notó a Jina mirándolo y esbozando una sonrisa en silencio, pero no le dio importancia. Era divertido ver cómo Verónica perdía el control─. Fuiste tú la que quiso venir. También tengo derecho de divertirme.

─Eres idiota.

Laxus sonrió extasiado al ver cómo se ponía de morros y se centraba en el paisaje para no mirarle.

Era hermosa.

Se quedó quieto, observándola en silencio, maravillado por su belleza, mientras los pasajeros próximos a ellos palidecían al ver una serpiente moverse tan libremente.

─¿Soy el único preocupado de los paseos nocturnos de la serpiente? ─dijo Adri en voz alta, quitándose las gafas de sol y lanzando insinuaciones a un grupo de chicas que le tenían fichado─. No es por nada pero yo no me fio de él.

Las cadenas del ángel (Saga Scarlet #2)Where stories live. Discover now