𝐇𝐄𝐀𝐓 𝐎𝐅 𝐓𝐇𝐄 𝐌𝐎𝐌𝐄𝐍𝐓
❝ parece que siempre estas
olvidando cosas. hay cosas
que simplemente no pueden olvidarse.
ni hacer como si no hubieran pasado ❞
❝ mira, si esto es por aquella
vez, tú estabas de acuerdo.
dejé las co...
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Holly se alisó el cuello de la camisa antes de golpear la puerta con el puño, su placa falsa ya lista antes de que se abriera.
Cuando la puerta se abrió, Holly recibió a la señora O'Malley con una sonrisa—. Buenos días, somos los agentes Taylor y May, del FBI, ¿podemos hacerle unas preguntas?
La mujer se encogió en su lugar, los ojos rojos del llanto y asintió, abriéndoles la puerta para que pasaran. Holly se aseguró de que Sam la siguiera antes de entrar. La señora O'Malley los guió por el pasillo hasta el comedor donde había una niña que jugaba con tazas de té falsas.
Holly le sonrió y la saludó—. Oh, hola.
La niña la ignoró, su madre apareciendo por la puerta y mirándola unos segundos antes de pedirle que se fuera a jugar a la habitación, la niña obedeciendo a su madre inmediatamente.
—¿Quieren algo para tomar? ¿Té, café?
—No, estamos bien, gracias—Sam y Holly se sentaron en el sofá y la mujer enfrente de ellos se dejó caer en el sillón.
—¿Puede contarnos que pasó exactamente con su marido?—estaba claro que Sam había sido la mejor opción para hablar con una mujer afectada por la muerte de su marido. Dean también tenía sus momentos pero no tenía tanto tacto como Sam.
—Cassie se despertó de una pesadilla y George fue a tranquilizarla. Yo... Ni siquiera me di cuenta de que no había vuelto a la cama—con manos temblorosas, Layla se llevó el pañuelo a la mejilla para limpiarse las lágrimas—. Me volví a dormir sin darme cuenta y cuando bajé a buscarlo...
—¿Notó frío en la casa? ¿Olores extraños?
—No, no, todo era normal. Como cualquier otra noche.
Holly hizo una mueca, ver a le gente sufrir nuca había sido su pasatiempo favorito, por eso se había hecho cazadora.
—¿Le importa si bajamos al sótano?
Layla asintió y les indicó el camino—. ¿Le importa si no les acompaño? No quiero...
Holly asintió y palmeó su brazo—. No se preocupe. Y gracias por su tiempo.
La señora O'Malley se despidió y los dejó bajar solos al sótano donde aún había rastros de sangre en el suelo. Sam sacó el medidor de EMF pero no hubo ninguna frecuencia.
Holly recorrió con la mirada el sótano pero no encontró nada que pudiera indicarles una muerte fuera de lo normal.
