𝘅𝘅𝘃𝗶. 𝗹𝗼 𝗾𝘂𝗲 𝗽𝘂𝗲𝗱𝗲 𝗵𝗮𝗰𝗲𝗿 𝘂𝗻 𝗲𝘀𝗰𝗼𝘁𝗲

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¡CAPÍTULO VEINTISÉIS!

【LO QUE PUEDE HACER UN ESCOTE】

【LO QUE PUEDE HACER UN ESCOTE】

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—¡Mirad lo que he encontrado!

Holly caminó descalza con el teléfono en la mano y con una sonrisa en la cara hasta Dean, que era el que más cerca tenía. Él estaba sentado en la mesa de la biblioteca del búnker, donde habían decidido instalarse de momento. La cazadora se apoyó en el hombro de Dean, posicionando el teléfono a la altura de su rostro para que lo viera.

Dean tragó saliva, la piel bajo su ropa de gallina. El aliento de Holly le hacia cosquillas en la oreja y un escalofrío la había recorrido de arriba abajo. Era imposible que Holly no se diera cuenta del efecto que tenía en él y se negaba a aceptar que él no tenía ningún efecto sobre ella.

Carraspeó, negando con la cabeza para volver a centrarse en lo que ella le estaba diciendo.

—¿Asesinatos en el bosque?—Dean sonrió de lado—. Podría ser cualquier cosa.

—Oh, sí, sigue leyendo.

—¿Y si me haces tú un resumen?

Holly rodó los ojos, moviéndose para estar frente él y bloqueando su teléfono—. Una de las víctimas escapó y dijo que acudió al bosque en primer lugar porque escuchó a su hermana llamándola.

Dean inclinó la cabeza, sin haber prestado atención a nada de lo que había dicho. En su lugar había estado muy ocupado mirando como llevaba puesta su camiseta, que obviamente le venía grande, dejando ver parte de su hombro. Seguramente Holly llevaba pantalones debajo pero eso no importaba pues el largo de la camiseta lo tapaba.

—¿Esa es mi camiseta?

Holly alzó las cejas antes de mirarse a sí misma y sonreír fingiendo inocencia. Dean también alzó las cejas.

—En mi defensa diré que llevaba tres días en el suelo de tu habitación así que pensé que no la usarías.

—Sinceramente, te queda bastante bien aunque preferiría verte sin-

Dean no acabó la frase antes de que sonara el teléfono de Holly. Ella se encogió de hombros antes de mirar el remitente de la llamada y de que una enorme y sincera sonrisa se abriera paso por su cara. La cazadora recostó la cadera en la mesa, Dean fingiendo ponerse a navegar en su portátil de nuevo aunque no le hiciera caso solo para proporcionarle intimidad.

—¡Hola, pollito!

Holly, ¿a que no sabes qué?—la voz de Danny sonó a través del teléfono con entusiasmo—. ¿Te acuerdas del trabajo que me ayudaste a hacer? ¿El del monstruo del folklore mejicano? ¡La señorita Taylor me ha puesto un diez!

𝐇𝐄𝐀𝐓 𝐎𝐅 𝐓𝐇𝐄 𝐌𝐎𝐌𝐄𝐍𝐓, ᴅᴇᴀɴ ᴡɪɴᴄʜᴇꜱᴛᴇʀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora